viernes, 24 de mayo de 2019
Bifrontismo
Hacía tiempo que no veía nada de Shinya Tsukamoto, mucho tiempo, para ser exactos. No me entusiasma el cine turbio, estridente y desubicado del japonés, quizá porque veo una intención que no termino de comprender, o porque veo una forma de narrar que epata y sorprende en sus primeros minutos, pero que luego se hace largo, imposible de remontar. Uno de sus títulos recientes (aunque es de 2011) fue KOTOKO, asfixiante retrato de una personalidad bipolar, una mujer incapaz de distinguir la realidad de la visión, deformada y amenazante, que constantemente le lanza su maltrecha mente. Interpretada con convicción por la cantante Cocco, a Tsukamoto le pueden sus obsesiones y resbaladeras, y no le basta con torpedear una y otra vez con primeros planos del rostro de la protagonista o mostrar cómo se lacera físicamente para mitigar el sufrimiento psíquico, sino que además (oh casualidad) resulta que sólo consigue cierto balance mediante una serie de canciones, que no es que esté mal traído, pero que en alguna escena roza lo paródico por lo alargado del tema. Una película difícil de ver, de ubicar y hasta de apreciar, pero que, fíjense, ni siquiera es de lo más bizarro de su autor. Ahora, que rueda lo que le da la gana con cuatro perras, pues también...
Saludos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario