miércoles, 6 de septiembre de 2017

Faroles



Es una película torpemente desaprovechada e incomprensiblemente reorientada, uno de esos múltiples ejemplos de "hiperconfianza en lo que se muestra" a los que el cine norteamericano nos tiene tan acostumbrados. Y es que 99 HOMES es un film peyorativamente norteamericano, y no debe engañarles el nombre de su director, cuya ascendencia es iraní pero nació y se educó en Estados Unidos. Norteamericano, que es un término que no tendría que ir asociado a una visión sesgada de un problema mucho más amplio y complejo, como es la especulación salvaje de la vivienda y derivados tan soeces como el florecimiento de "intermediarios" que se apoderan de las casas desahuciadas para revenderlas, en algunos casos muy por encima de su valor catastral. Bahrani consigue eludir el fantasma del telefilm, gracias a un arranque que logra enganchar por su tremenda congoja y a la insoslayable presncia de Michael Shannon, que es capaz, por sí solo (y van ya...), de dotar de entidad a una historia que va desinflándose a medida que va dscubriendo sus verdaderas intenciones, que no son otras que el ensalce godofrédico del luchador yanqui de clase trabajadora por rsurgir una vez ha tocado fondo. El gravísimo error de Bahrani (autor del guion) es no delinear a sus personajes en toda su complejidad, con lo que resulta bastante molesto que el pobre padre desahuciado (un desorientado Andrew Garfield) termine trabajando para el tiburón que le arrebató su vivienda, e incluso llegando a entender los motivos por los que hace lo que hace. Lo que me deja una única e inquietante reflexión: si el dinero todo lo puede ¿qué es la moralidad?
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!