martes, 4 de julio de 2017
Viaje de ida y vuelta
La última película hasta el momento de Woody Allen (se encuentra rodando otra ahora mismo) es CAFÉ SOCIETY, una película que amalgama otras tantas películas del propio director, y me extraña que esto haya pasado desapercibido para la crítica, pues es el sustento principal de una trama más que floja y de una dirección de actores que desmerece en mucho al director neoyorquino. Aquí están presentes tanto MANHATTAN como ANNIE HALL, BALAS SOBRE BROADWAY y PODEROSA AFRODITA, pero sobre todo ACORDES Y DESACUERDOS, con la que comparte estar situada en una época que el director no ha llegado a conocer. No es este el problema de CAFÉ SOCIETY, Allen es aún capaz de recrear ambientes, atmósferas (Storaro no es moco de pavo) que suplan la economía de medios, pero le falla algo menos tangible aún, una partícula en alguna parte del entramado que lo cohesione, que nos invada y nos haga partícipes de la ensoñación del joven Bobby Dorfman (si Woody Allen volviese a ser joven sería Jesse Eisenberg), recién llegado a Hollywood desde Nueva York para ponerse al servicio de su tío Phil, un conocido productor y agente de estrellas. Bobby quiere medrar, ascender en la escala social, Phil quiere dejar a su mujer, y ambos están enamorados de la misma chica, una lánguida y marmórea Kristen Stewart. A partir de ahí, Allen se sirve de la excusa romántica para hablarnos de actores, actrices, directores, productores, guionistas. Pero también de gangsters, políticos, chicas de mal (o buen) vivir y una cantidad ingente de judíos hablando sobre otros judíos. El resto, ya lo conocen, Allen se lo ha contado a todos ustedes una y mil veces, algunas con más gracia, o con más ingenio, e incluso con bastante más mala leche misántropa.
¿Es entretenida?... Se deja ver, pero, teniendo en cuenta que lo mejor es el arranque (la primera media hora para ser exactos), yo me esperaba otra película muy diferente.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
una de sus tramas más flojas para una de sus películas más bonitas
la fotografía de Storaro es para que la exhiban en museos.
yo la encontré muy, muy disfrutable.
Yo ya a Woody Allen se lo permito todo, como a un vecino que te ha estado dando la tabarra toda la vida... ¿Qué le vas a decir a estas alturas? Pero que las tiene mejores, vaya...
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