martes, 13 de junio de 2017
Con todo el camino por recorrer
STRAY BULLETS es una peliculita evidente, demasiado. El trabajo en cadena de un grupo de amigos para ponerle en pie un temprano debut a un veinteañero, hijo del actor Larry Fessenden, que pese a tener cositas interesantes se queda en un corto alargado, repleto de lugares comunes y homenajes nada disimulados. De hecho, el grueso del film acontece en el interior de un coche, en el que huyen tres tipos tras una especie de atraco que ni siquiera es detallado, y mientras uno agoniza en el asiento trasero los otros dos discuten sobre qué deben hacer ahora... ¿A que les suena una barbaridad? Los personajes no están definidos, la trama es vaga, la tensión nula, y filmar un tiroteo a cámara lenta con el Ave María de fondo es una redundancia complicada de tragar. Todo ello con dos jóvenes alelados, muy alelados, disparando con una pistola de paintball que han sustraído, los muy pilluelos, buscando así la metáfora perfecta, porque "en este juego, aunque sólo quede uno, todos reciben disparos". Por mi parte, espero que el joven Fessenden siga puliendo sus posibilidades en futuros proyectos, no todo el mundo tiene la posibilidad de realizar un largo con su edad.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Qué alivio que no tenga nada que ver con el cómic de David Lapham, también llamado "Stray Bullets".
No, nada. Es otra cosa diferente...
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