sábado, 15 de abril de 2017

El espejo roto #9



Con Shut up and dance, puede que Charlie Brooker nos desplace, por primera vez, hasta aquel glorioso capítulo inicial, el del cerdo y el ministro, para desplegar nuevamente una crítica terrible, no tanto hacia los terrores tecnológicos, sino más bien lo que la tecnología nos puede ayudar a descubrir, aunque puede que no estemos preparados para verlo. El capítulo es un gigantesco McGuffin, que por lo tanto es preciso no desvelar demasiado, y que básicamente presenta a Kenny, un retraído joven que trabaja en un local de comida rápida y que es reiteradamente vejado por sus compañeros. Sin querer ni poder ir mucho más allá, lo que vemos es a Kenny frente al ordenador de su casa iniciando una típica sesión masturbatoria, pero que se ve interrumpida por unos extraños mensajes, que le convencen de que está siendo observado y grabado, y que si no realiza una serie de acciones, a cual más estrambótica, todo lo que ha estado haciendo será difundido.
El valor de este capítulo, más allá de lo que cuenta, es el diabólico giro final, capaz de sorprender al espectador en el peor sentido de la palabra, puesto que demuestra que nuestra percepción puede ser alterada y nuestras convicciones puestas a prueba, De hecho, a mí me dejó bastante mal cuerpo, ya que su motivo principal, que no desvelaré, es algo que es muy superior a mí, y con lo que no puedo mostrarme de ninguna manera que no sea una repugnancia íntima y profunda... Y ahí lo dejo.
Saludos.

2 comentarios:

Jimmy FDZ dijo...

Estoy de acuerdo. Éste es de los episodios que me gustan porque se deja de lado el afán pontificador o las "ingeniosas" críticas sociotecnológicas para construir un relato muy, muy bien narrado. La verdad es que creo que nadie se esperaba ese giro final.
Saludos.

Tarquin Winot dijo...

Yo es que estoy muy entregado a esta serie y me gustan casi todo los capítulos que he visto, pero coincido en que este es de los mejores. No es de los que te levantan el ánimo en un mal día, precisamnete...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!