viernes, 5 de septiembre de 2014
La mitad del cuarto
CARNE fue el primer aviso de Gaspar Noé, el primer toque de atención tras aquel desasosegante corto que era TINTARELLA DI LUNA. Un mediometraje de 40 minutos en el que se condensaban las principales constantes de su obra mayor, SOLO CONTRA TODOS, y de todo su cine, hecho de incomodidad, sorna apocalíptica y un punto de vista sobre la humanidad de un nihilismo a veces aterrador. Si vieron el largo no les sorprenderá en demasía, pero merece la pena reivindicar este impecable boceto por varios motivos. Entre ellos, la impactante utilización de esos intertítulos que son como golpes en nuestro rostro, como avisos (ustedes mismos si la siguen viendo...); o el feliz encuentro entre el director francoargentino y esa bestia llamada Philippe Nahon, perfecta encarnación del hombre que se traga su misantropía en actos cotidianos y repetitivos, el carnicero de caballos que vive con su hija y que ha trocado los sentimientos por convicciones... digamos que no siempre acertadas. Esta oscura fábula, salpicada de sangre y casquería (más moral que física, es cierto) puede leerse en varios niveles, como cuento de terror, adivinanza con fin del mundo o una historia de amor tan oscura y heterodoxa que resulta imposible tomarla como tal. Y para quienes, pobres incautos, no sepan aún de la existencia de Noé, aquí tienen la mejor oportunidad para ello; un film, ya digo, que sigue desestabilizando conciencias casi un cuarto de siglo después.
Saludos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
El Noé sí que es un César del 7Arte
¿Qué espera usted de ese rodaje llamado, sin más, AMOR?...
Pues espero que se cumpla lo que ha dicho creo que su productor una película que me la ponga dura y haga llorar a mi mujer. O viceversa, que también me vale.
Pues sí... No sé cómo no se me había ocurrido...
Publicar un comentario