jueves, 30 de marzo de 2017
Surfeando por los contornos de la comedia
Siete años tardó la realizadora alemana Maren Ade en ponerse otra vez tras las cámaras tras ENTRE NOSOTROS, película que vi hace ya tiempo y que recuerdo como un básico y soporífero drama psicologista acerca de una pareja que se merecía todo lo malo que le pasaba. Siete años después, tras conquistar el Fipresci en Cannes y tener todas las papeletas para llevarse el oscar en lengua no inglesa, puedo afirmar que TONI ERDMANN confirma que Ade debe usar su tiempo en algunas cosas, menos en madurar sus proyectos. A mí me ha aburrido, y son casi tres horas viendo a un tipo que cree tener gracia ponerse una peluca y una dentadura postiza, mientras su hija soporta estoicamente su acoso y derribo, quizá porque al fin y al cabo se trata de su padre. TONI ERDMANN no es más que eso, una sucesión de situaciones inconexas y de una frialdad sospechosa, pero reconozco que tiene dos o tres momentos que están bastante bien rodados y que, a duras penas, logran dar un poco de sentido a esta estrafalaria mezcla de SOPA DE GANSO, HOLY MOTORS y EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS (la de Lon Chaney). Baste recordar que entre los dientes postizos del principio y el Chewbacca búlgaro del final, disfrutaremos de un estupendo rallador de queso de diseño. La originalidad, una vez más, cobrándose víctimas... Ah, y está previsto un remake norteamericano para el año que viene con Jack Nicholson...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
No entiendo para qué sirve esta película. Bueno, al menos para qué sirven los 60 minutos que aguanté.
Para ver a gente desagradable haciendo cosas desagradables y sigamos sin enterarnos de nada. A los críticos les ha encantado...
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