martes, 7 de julio de 2020

Dioses y monstruos



Otra de las composiciones más espectaculares de Ennio Morricone es, no hay duda, THE MISSION. De hecho, ni se entiende la película en sí, ni a estas alturas conozco a nadie que logre disociar lo uno de lo otro. Y es curioso, porque esta epopeya postcolonial, que juega al acercamiento tramposillo a Herzog, habría sido mucho mejor si se hubiese quedado en las imágenes, obviando un discurso tan pretencioso como deslavazado. Es así, después de dos horas agotadoras, metidos hasta las trancas en la Amazonia, estamos como aturdidos; yo la vi muy joven, en el cine, y no entendí nada, excepto que me flipó el crucificado cayendo por la catarata, y que aquella banda sonora la ponían hasta en los 40 principales, lo juro. Robert De Niro y Jeremy Irons lo ponen todo, y aun así falta química y sobra frialdad... pero qué bien tiran las flechas con los pies... Todo el rollo del esclavista metido a jesuita como que no te lo crees... hasta que lo ves al tipo escalar una montaña arrastrando unas corazas... Es decir, que tenemos una cáscara reluciente, circunspecta, magnánima, pero cáscara al fin y al cabo... Y luego está Morricone, y el resto te da todo igual ante esos hermosos sonidos... Así es.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!