sábado, 2 de noviembre de 2019

Películas para desengancharse #72



¿En qué momento se desenganchó Woody Allen de la manera de filmar que él mismo inventó en ZELIG? Es una pregunta con poco sentido, ya que aquel insólito film estaba enclavado en la mejor época creativa del neoyorquino, y Allen siempre ha tenido el derecho a hacer lo que le venga en gana. Pero es curioso observar esta especie de anomalía tantos años después, cómo ha influido en tantos directores, que luego se han erigido en meros émulos de eso tan complicado de digerir que es el "metraje encontrado". A través de la delirante personalidad (personalidades, sería más correcto) de Leonard Zelig, un insignificante judío de New York, Allen crea un guion capaz de adentrarse en todas y cada una de las miserias que han conformado la historia del siglo XX. Zelig es un tipo que tiene la cualidad de "mimetizarse" con cualquiera que esté a su lado; si es un negro se volverá negro, si es chino igual, si es un corredor de bolsa empezará a especular y ganar dinero. Y todo por desarrollar un ansia enorme por agradar, tras una infancia en la que era sistemáticamente despreciado o directamente ignorado. Con un uso de la "imagen insertada" que deja en pañales a FORREST GUMP, Allen despliega su habitual diatriba existencialista para mirar directamente a los ojos a la sociedad norteamericana, basada en el juego de las apariencias y en la que el mediocre puede prosperar si tan sólo "cae bien". Y lo hace como un extraño documental perdido, con sonido impostado y una fotografía de Gordon Willis deliberadamente dañada. Es una de esas películas que te hacen recuperar la confianza en un tipo tan agudo e inteligente, sobre todo porque sólo a Woody Allen podría ocurrírsele insertarse a sí mismo detrás del mismísimo Hitler dando un discurso...
Saludos.

4 comentarios:

JLO dijo...

Me haces dar ganas de ver esa pelicula de nuevo. Y no me voy a perder la ultima de el en cine.

Mister Lombreeze dijo...

OBRA MAESTRA y de mis favoritísimas de Allen.
Y ojo a la parte técnica, vaya prodigio, sensacional fotografía en blanco y negro.

dvd dijo...

No he visro la última, porque cada vez me interesa menos el cine que hace, pero Woody Allen tiene un buen puñado de películas maravillosas desde principios de los setenta hasta finales de los ochenta. Luego se "aburguesó", en cierto modo y empezó a hacerlas todas iguales. ZELIG es casi como una anomalía, un golpe de genio no sólo en lo argumental, sino por supuesto en lo formal...
Un saludo.

dvd dijo...

El trabajo de Gordon Willis es una pasada, cierto...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!