lunes, 13 de octubre de 2014
Iluminando las esquinas
SULLIVAN'S TRAVELS es una película que todo el mundo debería ver al menos una vez en su vida. Está dicho. Pero, francamente, ¿es tan especial como se nos viene recordando desde que los cahieristas la acogieran como obra maestra absoluta hace ya algunas décadas? En este caso, mi opinión es firme. No sólo no pasa el tiempo por sus reveladoras imágenes, sino que su mensaje, implícito y explícito, acodado en un puñado de zarpazos poco "digestivos" para el Hollywood de la época dorada, sigue teniendo una vigencia asombrosa para estos años tan inciertos que ahora vivimos peligrosamente. Y es un terreno peligroso en el que, con pulso firme, se adentra Preston Sturges, pues su crítica apunta hacia el corazón mismo de una industria a la que retrata desalmada y usurera, incapaz de separar las ideas del montante económico, ni a las personas de los personajes. Sullivan es ese director joven, con éxito, que cree que le ha llegado el momento de dar un giro a su carrera y enfrentar problemas más "serios"; su candidez y tenacidad lograrán incluso ablandar lo poco de corazón que podría quedarles a sus acaudalados productores, que asisten estupefactos a la conversión del propio Sullivan en un mendigo que, camuflado, extraerá las necesarias vetas de realismo para su "historia social". Sturges no desdeña el tono cómico, incluso alardeando de su dominio del slapstick, pero el film contiene algunos giros apasionantes y de una magistral suavidad. El encuentro entre el desilusionado Joel McCrea y la desengañada Veronica Lake en la cafetería es maravilloso, así como toda la parte que Sullivan pasa en un campo de castigo mientras el resto del mundo le cree muerto. Además, su reflexión final es, a la vez, una declaración de principios y una invitación a la risa congelada de quienes, dulcemente, han aceptado su derrota frente a la máquina.
Imprescindible.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
5 comentarios:
Coincido.
y "camuflado", te falta la m.
Buenos días.
Subsanado. Buenos días a usted también, y gracias...
Cuando los presidiarios ven a Pluto la risa se descongela y muestra su inmenso poder. Maravillosa.
Esa escena es increíble...
Uno de mis tratados filosóficos favoritos. Con diferencia.
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