Y ya que estamos, y que nos hemos enterado de que el bueno de Robe se retira más quemao que la pipa de un indio, vayamos con el franquiciado éste del slasher, que de un tiempo a esta parte tiene al payaso Art como protagonista, con la particularidad de que, sin inventar nada, parece ir reinventándose con cada nueva entrega, amplificando el interés de los fans y hasta de los profanos. TERRIFIER 3 suaviza la descolocante e incontenible megalomanía de la segunda entrega, y aunque se va hasta las dos horas no se va por las ramas, y nos pone frente a una película explícitamente salvaje, y que tiene algún momento muy interesante sobre cuál es el icógnito origen de este personaje. Ahora bien, esto es lo que es, un film repleto de asesinatos, mutilaciones y cosas que a lo mejor no pensabas ver nunca en una pantalla, por lo que han de abstenerse los que se impresionen con facilidad, porque esto no es para ellos. De momento Damien Leone (que tiene pensado irse a las cinco entregas) no sucumbe a los cantos de sirena y se mantiene en un perfil independiente, de lo que resulta un festival de sangre y vísceras que funciona por acumulación, y que ha tomado el relevo natural de los Michael Myers, Fereddy Kruger o Jason Voorhees, y diría que dejándolos como simples aficionados de la matanza, dado el nivel de imaginación y crueldad que se gasta este payaso. Son películas que me hacen cierta gracia, y a las que les alabo su vocación antinormativa, pero tampoco hay que fliparse más allá de lo normal. La más entretenida de las tres, eso sí...
Saludos.