sábado, 30 de noviembre de 2024

So cretino...


 

Y ya que estamos, y que nos hemos enterado de que el bueno de Robe se retira más quemao que la pipa de un indio, vayamos con el franquiciado éste del slasher, que de un tiempo a esta parte tiene al payaso Art como protagonista, con la particularidad de que, sin inventar nada, parece ir reinventándose con cada nueva entrega, amplificando el interés de los fans y hasta de los profanos. TERRIFIER 3 suaviza la descolocante e incontenible megalomanía de la segunda entrega, y aunque se va hasta las dos horas no se va por las ramas, y nos pone frente a una película explícitamente salvaje, y que tiene algún momento muy interesante sobre cuál es el icógnito origen de este personaje. Ahora bien, esto es lo que es, un film repleto de asesinatos, mutilaciones y cosas que a lo mejor no pensabas ver nunca en una pantalla, por lo que han de abstenerse los que se impresionen con facilidad, porque esto no es para ellos. De momento Damien Leone (que tiene pensado irse a las cinco entregas) no sucumbe a los cantos de sirena y se mantiene en un perfil independiente, de lo que resulta un festival de sangre y vísceras que funciona por acumulación, y que ha tomado el relevo natural de los Michael Myers, Fereddy Kruger o Jason Voorhees, y diría que dejándolos como simples aficionados de la matanza, dado el nivel de imaginación y crueldad que se gasta este payaso. Son películas que me hacen cierta gracia, y a las que les alabo su vocación antinormativa, pero tampoco hay que fliparse más allá de lo normal. La más entretenida de las tres, eso sí...
Saludos.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Y y Y


Hace ya un puñado de años, el cineasta taiwanés Edward Yang se encargaba de dinamitar cierta tendencia ombliguista del cine noventero con YI YI, un retrarto coral, inmenso, inabarcable, que sin embargo se entendía maravillosamente bien, porque Yang "quería hacerse entender". Me da que demasiado a menudo se nos hace pasar por cine de autor películas que no hacen más que aumentar una cuota de estrenos que personalmente encuentro abrumadora, y que proponen en lo visual lo que no tienen en su discurso. Ya en su anterior film, la directora Jane Schoenbrun proponía unatractivo juego en el que el terror provenía de la utilización de un espacio único, la habitación de una joven que era advertida por un extraño que se comunica con ella mediante la pantalla, dejándonos la incertidumbre de si es o no la verdadera amenaza. Ahora entrega I SAW THE TV GLOW, donde da un triple salto mortal al metatextualizar lo que vemos, la extraña amistad entre dos adolescentes unidos por un aún más extraño programa de televisión. Me da que vemos apenas el estado mental del protagonista, donde no es capaz de separar lo que vive de lo que imagina, lo que tampoco deriva en un intrincado juego narrativo, lo que unido a un exasperante ritmo la deja como una curiosidad que falla en su intento por "normalizar lo excéntrico". Apenas dos personajes que parecen hablar deliberadamente un lenguaje ininteligible; Yang era capaz de poner en pie un guion con decenas de protagonistas, y que todos aterricen en nuestro imaginario como si los conociésemos de toda la vida.
No es tan difícil de entender.
Saludos.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Cuando lleve los bueyes


 

No lo hago nunca, pero hoy me apetece parafrasear al señor que lleva a pastar a los rumiantes (nótese la desafortunada metáfora), para hablar de SMILE 2, que pasa por ser uno de los títulos más on fire de la última hornada. Como decía, esta continuación no me molesta, al menos no tanto como para enfadarme por el dinero tirado o los minutos perdidos, que tanto da. No molesta, pero tampoco me subyuga, creándome una pátina que fluctúa desde lo muy inquietante hasta lo funcionarial (que no rutinario), incomprensible por cuanto el carrusel de atrocidades redobla a los de la primera entrega, sólo superior por ser anterior, que ya es algo. Parker Finn quiere ser muy listo, muy multifuncional, pero un visionado atento descubre a un cineasta que tiene algunos trucos aprendidos y no duda en usarlos en cuanto tiene oportunidad. El asunto es que es secuela y no lo es, porque Finn repite la fórmula cambiando los personajes, dando todo el protagonismo a una estrella pop de esas chorras que tanto se llevan ahora, y obteniendo los mejores momentos de los problemas con las drogas y la dependencia enfermiza de una madre explotadora de manual. Todo ello confluye en un estado pesadillesco, donde la realidad queda alterada, y la joven no sabe si todo es producto de su mente agotada o las visiones esconden algo más siniestro. Problemas hay muchos, como que ya sabemos lo que va a ocurrir con esos seres sonrientes, o que los personajes vany vienen sin otorgar mucho peso a la narración. El acierto, al menos, está en no escatimar truculencias, que aunque diseminadas son efectivas, por mucho que la amenaza no se perciba apenas como una especie de "tren de la bruja", lo que la hace ideal para jovencitos con ganas de emanciparse de un cine de terror más timorato.
Se puede ver, y también se puede olvidar...
Saludos.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

C.H.O.F.


 

En una sociedad normalmente estructurada, diríamos que los documentales representarían la forma más avanzada de acercar el audiovisual a las texturas de la realidad. Esto no solamente es una pequeña e inofensiva falacia, sino que además ha ayudado a la proliferación de multitud de subformatos, programas de tercera categoría que los incautos hacen pasar por documentales de calidad probada. Ahí nos topamos con los true crimes, que conforma gran parte del sustrato de las parrillas de cualquier plataforma, con la exitosa fórmula de "sensacionalismo+casos reales=genteaburridapegadaalapantallaunviernescualquieraconunboldeheladoynulavidasocial". Así las cosas, no es éste un tipo de producto que asome mucho la nariz por aquí, aunque ha habido excepciones, como aquella impresionante THE JINX (abominen de la incomprensible T2), pero me temo que se trata de una aguja en un pajar. De todas formas, como soy humano también caigo preso de mis debilidades, y en algún momento algo me dijo que podría ser interesante bucear por el lodazal de Netflix, por lo que me topé con una cosa llamada LOVER, STALKER, KILLER. Y por no extenderme más de lo que ya lo he hecho, les diré que no te pueden hacer pasar por ingeniosa e intrigante una trama que ves venir desde los primeros minutos, incluso si hablamos de un caso real. Es horrible, cutre y bostezante, y sólo se lo recomendaría a quienes echen de menos el hogar conyugal tras haber mariposeado por ese otro mar de los sargazos que son las aplicaciones de citas.
Y sí, el título alude a una en concreto... no por nada...
Saludos.

martes, 26 de noviembre de 2024

Un lore pasado de vueltas


 

A colación de lo expuesto ayer, y teniendo en cuenta (no por novedoso) que dicha exposición apenas me dejó espacio para ir al film en sí, me parecía oportuno traer su reverso tenebroso, o cómo el lore es capaz de sustituir no ya el argumento de una película, sino directamente cualquier asidero con nuestras incidencias, humanidades y cotidianidades. Me pasa con esta saga que no soy capaz de separar unas de otras, y aunque el mejunje es arduo de tragar, uno siempre termina con cierta sensación de tonta felicidad, de comida rápida de esa que se lleva ahora porque la firma un tipo que cocina de aquella manera. Me faltaba JOHN WICK 4 para darme cuenta de que no había atendido lo suficiente a lo tontísimo que es lo que plantea, y cómo se complica la vida hasta el éxtasis mesiánico, de manera que sus casi tres horas transcurren de la siguiente manera: todo el mundo quiere matarse entre sí; hay un gusto por el lujo cursi, o el que atrae a un yanqui al pisar Europa; hay miles de asesinos desperdigados, y todos están ociosos hasta que les suena el busca, y todos llevan gorra... ¿?...; los rusos y los japoneses hablan inglés entre ellos; en Francia, la gente sigue comiendo como si nada aunque haya una matanza, coches estrellándose y esas cosas; puedes caerte desde un décimo piso y seguir como si nada; puedes alquilar (literalmente) la tore Eiffel para que no haya ni un alma y tú puedas organizar cosas de organización criminal. El asunto es ése, y lo es porque el producto reclamado masivamente por la taquilla no quiere saber nada de coherencias ni giros de guion, y sólo reclama que la coreografía sea interminable y se extienda por todo el metraje. Es igual de estilizada una pelea, una reunión o hasta un tipo poniéndose un lingotazo. El lore todo lo abarca y todo lo cubre con su manto de indulgencia autosatisfecha, lo que viene a indicarnos lo cerca que tenemos ya a los directores abandonados a las estulticias de la IA, porque alguien dijo que el movimiento no favorece la reflexión... ¿o era la crítica?
Ni siquiera estoy seguro de que esto sea cine, y para reforzarlo tengo un dato irónico: aquí, los ciegos ven perfectamente...
Saludos.

lunes, 25 de noviembre de 2024

A vueltas con el lore


 

Uno de esos palabros anglicistas, tan caros a generaciones que determinan su libertad de expresión a cuantos órdagos sean capaces de exhortar a eso que llaman "lo viejo", tiene la desfachatez de venir a sustituir nada menos que lo antes conocido como "universo". Dicho invento sirve para ahorrar en recursos, tanto como para autoconvencerse de que embarrar equivaldría a poseer una mirada compleja y sofisticada. Así, son ya demasiados los productos que, en vez de un guion, nos despliegan un mapamundi de física tachonada, pero con la cualidad de desviar nuestra atención durante el tiempo que ello nos hace creernos inteligentes asimismo. En Sitges concurría AZRAEL, película prácticamente sin un solo diálogo (detalle que creo irrelevante), que se mete en un fregao innecesario, el de ensayar una postura narrativa de gran hondura filosófica en un marco de patadas, puñetazos y gore del basicote. Y todo por el dichoso lore, por la manía de sustituir una historia inteligible por un mundo que somos incapaces de reconocer, y que deviene en campo de pruebas sin ataduras, pero que sin un gran guionista no es más que una chorrada más o menos correcta. De AZRAEL sólo diré que tiene una idea de fondo buenísima, pero sólo a base de interpretaciones subjetivas. O dicho de otro modo: el lore es original, pero el camino transitado es el mismo mil veces repetido en estas producciones, bien facturadas pero con todas sus ambiciones ahogadas, no vayamos a salirnos del mapa...
Saludos.

domingo, 24 de noviembre de 2024

Rincón del freak #623: Principios básicos de astronomía


 

De haber una película que resumiese la idiosincrasia de Los Planetas (el grupo), sería BEYOND THE TIME BARRIER, o "esa película hecha con cuatro duros y planos sobrantes, con la que todos íbamos a ser mejores". Porque el viaje en el tiempo es sólo cosa de poner un avión un poco picúo, darle al acelerador y aterrizar en el Vacie. Lo bueno es que Edgar G. Ulmer (al que siempre le tendremos cariño por hacer diabluras con aquellos presupuestos) se adelantaba a lo de los simios, sin simios, pero con el mismo peritaje argumental, incluso en la foniatría, porque el respingón piloto que aparece en el futuro se encuentra una sociedad de sordomudos (ni idea de por qué), que además son estériles por culpa de una guerra química. Aunque lo más bizarro es que mantienen cautivos a sus enemigos, los "mutantes", cuya mutación consiste en llevar un gorrito de natación... (lo juro). El momento cumbre es, empero, la típica jugarreta en la que el descreído protagonista, proveniente de aquel 1960 cepillero y monócromo, es informado de que (atención)... ¡Se encuentra en 2024!... Con dos cojones, sí señor. Ahí es donde abres los ojos y sonríes, mientras el tocadiscos la emprende con unos sonidos que te recuerdan que irse "de viaje" puede acabar en un "encuentro con entidades"...
Saludos.

sábado, 23 de noviembre de 2024

Tristeza post coitum


 

No creo haber entendido bien MAXXXINE, o al menos qué lugar debería darle en una trilogía que tuvo un estupendo comienzo en X, su punto más alto en PEARL, y se cierra con un discutible paréntesis, que ni es continuación ni broche, sino un compendio de todas las obsesiones estéticas de Ti West, que siempre se sirvió de las mismas para establecer su narrativa, y no al contrario. Desde luego, este giallo posmoderno, con menos pinta de film de terror, es casi un póster metafísico, como si West filmara una película dentro de otra, hasta hacernos perder la perspectiva, o como si le interesara más "filmar el proceso mismo de filmar" que atenerse a un guion inteligible. La sensación es agridulce, porque el cine de este señor me encanta por múltiples razones, pero aquí ha patinado por no integrar su mirada de VHS en la extrañeza de 625 líneas, y más ocupado en atiborrarnos de Mia Goth (finalmente el único suceso destacable) que ficcionar un conjunto que ya les digo que no es tal, como si hablásemos de un 2 y 3/4 ¿Una mala película? No me lo parece, pero creo que habría funcionado mejor como ente autónomo, en lugar de sacarse de la manga unas sobreexplicaciones que llegan, como todo lo demás, un poco tarde. Mi impresión es que Ti West se ha visto superado por las expectativas, ha querido dar una traca final por todo lo alto, y ello ha chocado frontalmente con su naturaleza de gran gestor de bajos presupuestos. Todo ello con una afectación excesiva incluso para él, que quiere ser muchas cosas a la vez, pero todas las deja a medias. Además, alguien tiene que explicarme qué diablos significa el personaje de Kevin Bacon...
Saludos.

viernes, 22 de noviembre de 2024

La espía


 

DAS ZIMMERMÄDCHEN LYNN, de 2014, partía de una premisa sumamente interesante, para terminar divagando en un montón de lugares comunes, que no le permiten alzarse más allá de la magnífica interpretación de su protagonista, la actriz luxemburguesa Vicky Krieps, justo antes de convertirse en gran estrella internacional. Lynn, su personaje, es el centro absoluto de esta historia acerca de una personalidad al tiempo extraña y entrañable, la de una mujer con serios problemas emocionales, cuyo trabajo como camarera de hotel le permite realizar su única afición: esconderse bajo las camas de los huéspedes. Hablaríamos de un Haneke con menos peso sensorial, aunque nos llevaríamos a engaño, pues el relato no llega a explotar su vertiente más escabrosa, que sólo es sugerida cuando Lynn entabla contacto con una dominatrix, que parece la única persona con la que logra alguna conexión emocional. Curiosamente, me da la impresión de que el film se queda algo corto, apresurado en su tramo final, y sin la posibilidad de ofrecer una visión más amplia de una personalidad que se nos muestra compleja, pero a la que le hubiese faltado algo más de arrojo dialéctico. 
Curiosa para dscubrir.
Saludos.

jueves, 21 de noviembre de 2024

La ciencia del sueño


 

Podríamos definir a Anthony Scott Burns como un Cronenberg más asustadizo, un Winding Refn con menos fondo de armario, o un Craven no tan juguetón. Términos éstos que definen el corpus de la sorprendente COME TRUE, que dividió al jurado de Sitges'20, en posiblemente uno de los certámenes de menor calidad, y que coronó (no había otra) a Brandon, hijo de David. Canadiense también, Scott Burns logra sortear las trampas estéticas de su propuesta retro-synth-fluorescente, para agarrarse con convicción a su idea central, que sin ser tramposa, el hecho de no asomar hasta los últimos (y magníficos) quince minutos, es motivo de irritación comprensible. Lo divertido de este film que (aparentemente) indaga en los problemas de sueño de Sarah, es abrirse con un correcto relato generacional, con esta chica durmiendo fuera de casa y peleada con su madre. Inmediatamente, nos vamos hasta una institución que realiza investigaciones sobre el sueño, y Sarah ve la posibilidad de dormir en un sitio confortable y ganar algún dinero. El problema se inicia cuando descubrimos que esos experimentos llegan al límite de "corporeizar" como imágenes los sueños, y en el caso de Sarah llegan a un punto terrorífico. Y aquí hay que detenerse, omitir todo lo que viene después, hasta ese final que necesita ser interpretado, y que me pareció bastante más valiente de lo que estamos acostumbrados a ver en la turba sin final de pequeñas producciones. Desde luego fue de lo mejorcito de aquella mediocre edición pandémica, y nos hace albergar esperanzas sobre un cineasta al que le haría falta algo más de presupuesto, porque imaginación al menos no escatima.
Mezcla LA JETÉE con VIDEODROME y NEON DEMON, agítese a medianoche, y ya estaría...
Saludos.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Aprovechamiento de bienes


 

De cuando en vez, me acuerdo de pelis como THE WATCHER IN THE WOODS, por tal de desmentir aquello de que cualquier tiempo pasado (y ochentero) haya sido mejor, al tiempo que se desmontan falsos mitos acerca de productoras míticas. En este caso estamos en 1980, año en el que la Disney se miró al espejo y dijo la famosa frase, para acto seguido autoconvencerse de que podría abordar cualquier género desde sus propios estatutos, sea eso lo que sea. El resultado es tibio y ñoño, un cuento de fantasmas anticuado no por valerse de una Bette Davis en su canto del cisne, sino por su previsible trama y rutinarias soluciones, para contar el enésimo cuento de fantasmas, vertiente "familia llega a caserón perdido" y esas cosas. Lo remarcable aquí es ensayar un cine de terror "familiar", omitiendo detalles escabrosos y sustituyéndolos por un guion más propio de las aventuras juveniles. El resultado fue un fracaso tal, que la Disney descartó seguir por ese camino, aunque es sorprendente el aura mitificador que ha obtenido con el paso de los años, siendo constantemente citada como una de esas joyas olvidadas a rescatar. Sinceramente, a mí me parece aburrida desde cualquier perspectiva, y poco valorable más que como el excéntrico experimento de una factoría que quería renovarse en una de sus etapas más flojas.
Saludos.


martes, 19 de noviembre de 2024

Del plano al texto


 

NEVER LET GO es una película que quiere funcionar en dos direcciones diferentes, a fin, supongo, de ensayar una cierta complejidad narrativa, haciéndonos dudar entodo momento sobre los vasos comunicantes entre realidad y ficción. Quiere, lo intenta, pero su torpeza estructural nos advierte de lo complicado que es poner en imágenes lo subjetivo, o al menos que funcione. Lo mejor del último trabajo de Alexandre Aja, ya muy alejado de sus salvajes inicios europeos, es la humildad con la que despliega sus cartas, ya desde muy pronto, sabiendo que el típico relato con monstruos no es lo que nos vamos a encontrar, sino un triste descenso a la desesperación de una madre a la que se le acaban los recursos para sacar adelante a sus dos hijos. La excusa es una malévola presencia que no les permite avanzar más que unos cuantos metros, y siempre que se mantengan atados con largas cuerdas que provienen de los cimientos mismos de la casa. Este simbolismo acerca de la familia y los peligros que la ponen en duda, no siempre está bien resuelto, y es ahí donde entra el terror canónico, con sus sustos y criaturas; mejor le va haciéndonos dudar de qué estamos viendo, hasta el punto de no saber quién engaña a quién. Aja consigue su film menos garrulo y más reflexivo, lo que no significa que sea una gran obra, apenas un entretenimiento de calidad, una película sin muchas ambiciones y que nos devuelve a una Halle Berry más que correcta en su vertiente más dramática.
Se puede ver.
Saludos.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Secretos enterrados.


 

El premio especial del jurado en Siges lo obtuvo EXHUMA, nueva vuelta de tuerca al siempre estimulante cine coreano de tintes sobrenaturales. En esta ocasión, las dos horas y cuarto están plenamente justificadas, al expandirse el relato en diferentes direcciones, adoptando la forma de una especie de mapa del tesoro, reservando múltiples sorpresas, que van de lo jocoso a lo directamente grotesco. Con el protagonismo repartido por cuatro personajes (entre los que se encuentra el mítico Choi Min-sik), éstos son requeridos por una importante familia, a fin de que descubran la extraña dolencia de su primogénito, que se encuentra en Estados Unidos, toda vez los métodos científicos no les dan respuesta. A partir de ahí, estos cuatro investigadores se ven literalmente arrastrados hacia un terreno que se vuelve cada vez más turbio y peligroso, y que parece una venganza proveniente de un pasado amenazante. 
Continuando la nueva ola del horror coreano, vertiente posesiones y tradiciones chungas, EXHUMA no es tan truculenta como otros títulos (se me viene a la mente THE WAILING), pero su tono ligeramente desenfadado da como resultado un film muy entretenido, y que se guarda una traca final de lo más estimulante, con algunos guiños de guion de lo más atrevido (si eres japonés, claro), y donde hay lugar para una nueva sesión espiritista que no deja a nadie indiferente. 
No es una gran película, pero sí una muy recomendable.
Saludos.

domingo, 17 de noviembre de 2024

Rincón del freak #622: Cocoloco electrolítico conoce a Don Manita Suelta


 

Conozca a Juan Carlos; no sea como Juan Carlos. Un policía con mente de monje de clausura, que da bofetones a las parejas que se dan besitos porque en realidad arrastra un complejo de Edipo que no se lo salta un albano-kosovar a la hora del té. Su jefe está hasta el gorro de que no resuelva el único caso que le ha asignado, un asesino de mujeres sin identidad conocida, porque ni cejas tiene el hombre. Agobiado por su dilema moral e incapacidad laboral, le viene un amigo hipnotizador, cuyas sesiones lo establecen en una calle neblinosa con farolas y muchas sombras, donde vislumbra penosamente al tipo sin facciones, lo que le frustra e irrita a partes iguales, por lo que decide mandar al carajo a su abnegada e inviolada novia, despedir a la chacha por un cuchicuchi con su ortodoxo novio rural y apretarse una fila de tequilitas por lo de los nervios, y porque la cantante del club de Chihuahua se parece a su mamasita cosa mala. Extrañísimo ejemplo de tardoexpresionismo mexicano, EL HOMBRE SIN ROSTRO es un clásico muy poco clásico, que demostraba que la censura en el país azteca iba beoda perdida y que las máscaras malrrolleras siempre han sido un must insoslayable para subrayar simbolismos psicológicos que se ven a la legua, pero son de lo más eficaz.
Rara es poco, y sólo se la recomiendo a declamadores con chaquetas de un solo uso...
Saludos.

sábado, 16 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo y 3


 

Cerramos este pequeño repaso al celebérrimo texto de Herman Melville con (cómo no) BARTLEBY, de 2001. Se trata de un pequeño largo independiente, montado enteramente por el cineasta Jonathan Parker, apoyado por el grupo de amigos que pusieron en pie el proyecto. Más cercana a la versión británica de 1970, nos encontramos un tono más distendido, incluso con cierto parecido a una serie que transcurría en una oficina... El caso es que lo mejor, entre chascarrillos y diálogos de sitcom, termina siendo la buena elección del siempre reivindicable David Paymer, uno de esos eternos secundarios que hubiese merecido mayor reconocimiento, y la inquietante pasividad del inclasificable Crispin Glover, uno de esos actores que nunca sabes si no llega o se pasa. El film es, ya digo, modesto por naturaleza, y mejora en su trágico desenlace, cuando se decide a abandonar el tono distendido y abandonarse a la indescifrable lección de humanidad que Melville puso en la figura de un hombre que estaba en el reverso de todas las mentiras que sirven para perpetuar una sociedad condenada a devorarse a sí misma. Como les dije en su momento, aprovechen y vuelvan al libro, aunque a lo mejor preferirían no hacerlo, claro está...
Saludos.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Al menos para mí


 

Los grupos de música son como campos de minas. Los tipos hacen de guardianes de sí mismos, vendiendo carteles falsos embotellados en dos minutos y medio de filigrana cósmica. Como si hubiéramos escuchado antes otras cosas. La génesis, auge, muerte y resurrección de estos entes autónomos pueden ser rastreados como quien dispara su chinada cuatro horas frente a un cacharro de esos que echan nieve cuando los agitas. Morirías por estar allí, formar parte de ello, pero el truco es morir antes de entrar, si no no vale. A mí me tocó; momento justo y etapa justa. Lo viví y lo disfruté, y ya no queda nada, y menos mal, porque no puedo imaginar un 2024 con tanto hijo de puta suelto si no lleváramos estas corazas tan cuquis compradas por Amazon. Entonces todo iba un poco en carne viva, con olor a humanidad y silencios incómodos, porque los botellines y las caladas sustituían los 5G y su puta madre. Pero es mucho más fácil, porque todo se ve mucho más claro cuando ves la montaña al empezar, las imposturas, los ripios en movimiento, sólo hasta que Isaki Lacuesta tiene la genial idea de subtitular a J. Genialidad o corte de mangas. No hay muchas buenas películas sobre grupos de música, porque los grupos son campos minados, y las minas son golosinas de mentiras y reproches. Entonces, detrás de Sierra Nevada, respiran los esquiadores tras el esfuerzo, y tú estás llorando como lo hiciste en el 98, pagando una cerveza que no te correspondía y soñando que algo como esto podría ser posible algún día.
Y qué quieren que les diga. Si los americanos no la entienden, que los follen...
Saludos.

jueves, 14 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo 2


 

En 1976, la FR 2 francesa impulsó una nueva adaptación del libro de Herman Melville, aunque cabe señalar el cambio sustancial que propuso Maurice Ronet, colaborador habitual de Claude Chabrol, y que revolucionó el texto original junto a los guionistas Ivan Bostel y Jacques Quoirez, con un resultado tibio, más bien frío. El protagonismo en este BARTLEBY, por ejemplo, corresponde a un estupendo Michael Lonsdale, que interpreta al empleador del taciturno escribiente (un poco inspirado Maxence Mailfort), siendo él quien lleva el peso de una puesta en escena teatral y comedida, en la que Bartleby peca por exceso de celo, con un ritmo de trabajo enfermizo, que espanta al resto de empleados de la oficina. Película modesta, sin mucho trajín, que intuyo hecha en poco tiempo, y más orientada a ser una especie de capítulo o telefilm de la época, lo que unido a la dificultad para acceder a ella (aviso de que no hay subtítulos) la dejan como una adaptación bienintencionada pero fallida.
Saludos.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Los climas


 

Acabaremos por odiar el 4:3, pero no será por películas tan magras como GODLAND, una especie de díptico introductorio a las imponentes fuerzas de la naturaleza de Islandia, coronado por una amarga reflexión acerca de las urgencias de según qué evangelizaciones, si no es que éstas suelen llegar acompañadas de sorda (y sórdida) violencia. La fotografía de Maria von Hausswolff se aprovecha del emprendido por Timo Salminen, hace ya una década, en JAUJA, de Lisandro Alonso; una fotografía, digamos, minimalista y exuberante al mismo tiempo, y que favorece planos paisajísticos tanto como primeros más cerrados. Técnicamente es una virguería, los actores dan lo que se les pide, que es poco más que expresiones calladas, mientras la narración pugna por no embotellarse en un complicado vuelco de intenciones. Se nos advierte del carácter salvaje e ignoto de Islandia aún en el siglo XIX, adonde llega un joven sacerdote danés con una doble y descabellada misión: asentar una iglesia en un punto de difícil acceso, y hacerlo por tierra, con tal de conformar una historia fotográfica de un lugar del que no se tenían documentos gráficos. Así, la primera parte relata el tortuoso camino de la partida, comandada por un hosco nativo, mientras que la segunda se centra enotro camino aún menos transitable, el de la pérdida de la fe, que puede llevar a actos terribles. GODLAND es una película importante, apabullante en según qué segmentos; un fresco de una extraña violencia contenida, no apta para espectadores impacientes, pero que alberga sus mejores recompensas en sus tramos menos evidentes.
Saludos.

martes, 12 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo 1


 

Independientemente de si conocen o no el texto de Herman Melville, no cabe duda de que acercarse en algún momento a BARTLEBY es entrar en un estadio superior de creación literaria. Este breve cuento es, aparentemente, una invitación hacia una especie de absurdo metafísico, encarnado en la figura del enigmático Bartleby, que es contratado en una oficina, y que un día decide "no hacer" ninguna tarea, no como protesta, sino como actitud vital, lo que queda de manifiesto con el transcurrir de los días, en los que literalmente se queda a vivir en dicha oficina, absorto en una existencia rayana en lo vegetal. Esta versión de 1970 es la primera de la que tengo constancia en el cine, y contiene una historia personal casi paralela, puesto que poco o nada más se supo de su director, Anthony Friedman, que obtuvo una mención especial en San Sebastián en 1971, y luego apenas llegó a dirigir algún capítulo de alguna serie. Altamente recomendable, el insólito duelo interpretativo entre el gran Paul Scofield y un John McEnery, que parece nacido para este personaje, es el gran sostén de una historia que nos coloca directamente frente a nuestra propia y aceptada circunstancia vital. Sin aspavientos, sin violencia, el hombre que ya no es un ser social no tiene cabida en esa sociedad aparentemente ordenada, pero donde siempre aguarda una esquina de fauces abiertas. 
Mi recomendación es que lean el relato y luego intenten encontrar alguna motivación para ponerse con las películas...
Saludos.

lunes, 11 de noviembre de 2024

El motivo gravitacional


 
Hay directores que hacen mejores a sus películas, pero también películas que se benefician poco de estar dirigidas por realizadores ensimismados. Había cierto revuelo en Sitges por ver ODDITY, el nuevo trabajo de Damian McCarthy, tras sacarse de la chistera (nunca mejor dicho) aquella inquietante aunque irregular CAVEAT. Hay cosas muy mejoradas en este nuevo film, como un guion más trabajado, o hacer al espectador cómplice absoluto de una trama que propone muchas sorpresas, pero no le importa ir desvelándolas antes de lo previsto. A su favor, de nuevo el espacio único, en un apartado caserío al que se muda una pareja, pero ella es brutalmente asesinada. Él, médico en una institución psiquiátrica, intenta rehacer su vida con otra mujer, pero la hermana de su difunta esposa le hace una imprevista e inquietante visita en el aniversario de su fallecimiento. Aquí empiezan los problemas de guion, y a McCarthy le cuesta horrores no caer en la autoparodia, no ya por integrar a la hermana, una médium ciega, sino por una trama muy difícil de creer, y no sólo por el elemento sobrenatural, que tampoco tiene una relevancia crucial. Tiene algunos momentos muy conseguidos, incluso puntualizaciones que oscilan de lo macabro a lo divertido, pero voy a permitirme pensar que este director aún tiene bastante más que ofrecer, sobre todo si es capaz de sacudirse algunos complejos que parecen autoimpuestos, como la tendencia a una sobriedad que deviene tedio. 
Es una buena película de terror, pero espero bastante más próximamente.
Saludos.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Rincón del freak #621: El pespunte asesino


 

Extenderse en la inconveniencia de una película tan vergonzosa como REBEL MOON 2: THE SCARGIVER, es apenas reiterarse en la doble piltrafa perpetrada por Zack Snyder. Doble por doble motivo, tanto por masacrar el guion de los siete samuráis, como por montar más de cuatro horas de una doble sesión inaguantable, repleta de planos gratuitos, actores que no pasan de figurar en pantalla sin un gramo de carisma, o un desarrollo argumental que parece sacado de un manual barato de guiones. La primera era mala, pero podías perdonarle la candidez de unos productores que aún deben estar preguntándose dónde está la pasta. Pero de este engendro no paso. Es aburrida, previsible, sosa, imbécil y todo lo que se le pueda achacar es poco ¿El título? tiene su porqué. Vosotros sois muy jóvenes, pero en tiempos de escasez, el jolgorio era agenciarse una guerrera, que era una chaqueta que te protegía del frío, pero solía estar cosida de aquella manera, por lo que se corría el riesgo de acabar como el malo de esta bazofia, lleno de "mataúras"...
Zack Snyder, me cago en tu casta...
Saludos.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Como si no hubiera estado


 

Todas las buenas intenciones contenidas en la película de ayer se diluyen en SHE NEVER DIED, innecesaria e indefendible secuela, que ni tiene nada que ver, ni logra encadenar algo parecido a una especie de saga. Lo digo porque como concepto, uno puede relamerse pensando en héroes bíblicos inmortales, que se muestran como antropófagos insaciables de moral relajada. Esta pequeña producción canadiense es eso, una peliculita con alguna idea interesante, pero incapaz de superar su estrecha circunstancia. La misma película pero sin Henry Rollins, con una dirección aún más amateur, y una historia tirando a aburrida, en la que se nos hace creer que las red rooms están ahí mismo, y que cualquiera puede entrar sin problemas, mientras un señor bastante cascado por la edad es presentado como el policía que va a desmantelar esa red. Película chapucera, con la que se debería dar por cerrada esta historia de altos vuelos y nulos medios.
Saludos.

viernes, 8 de noviembre de 2024

El hombre que siempre estuvo allí


 

Una película como HE NEVER DIED ejemplifica a la perfección las dificultades a la hora de conciliar presupuestos exiguos con ideas ambiciosas. He aquí la historia, sin alargarnos mucho (bonita paradoja), de un hombre que no muere, que de hecho es tan viejo como la humanidad misma, y que arrastra su existencia como una condena, sin saber muy bien en qué emplear un tiempo inagotable. La idea, ya digo, es fantástica como concepto, pero se topa con dos obstáculos. Por un lado, es un film de bajo presupuesto que se nota y traduce en una realización esquemática y encorsetada, y un elenco generalmente trufado de actores de tercera fila; por el otro, la magnitud de la historia se atasca en el relato, y acaba por optar por un puñado de escenas de lucha que ni siquiera están bien rodadas ¿Qué la hace interesante, recomendable y hasta entrañable? Henry Rollins, en un papel que le va como anillo al dedo, el de ese ogro hasta los cojones de tanta gilipollez, eternamente acosado por matones a sueldo, y que, como él, es un vegano estricto que no consume ningún tipo de drogas... Aunque esto queda matizado en algunas escenas especialmente escabrosas. Rollins siempre ha sido de los que amas u odias, pero rara vez deja indiferente, gracias a un carisma desbordante, que a este personaje tan singular le viene que ni pintado, pero es insuficiente para que esta película pase de curiosidad con ínfulas de ingresar en el culto de títulos a descubrir.
Saludos.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Loca por ti


 

En un principio, si te cuentan por encima de qué va LOVE LIES BLEEDING, surge un sesgo de desconfianza. Podría ser la pose de una joven cineasta a la que la crítica ha tratado demasiado bien, o también el homenaje rendido de una fan incapaz de ocultar sus obvias referencias. Lo que yo veo es un thriller que no lo parece, pero que se va convirtiendo con la seguridad de un guion muy bien escrito, que no teme abrazar lo hiperbólico, porque su anclaje pertenece al detalle intimista. Lou lleva un gimnasio en un pueblo perdido de Nuevo Mexico, y no puede evitar caer rendida ante Jackie, que acaba de llegar. Jackie se prepara para un concurso de culturismo en Las Vegas, pero hay un problema: ha aceptado trabajar en el campo de tiro del padre de Lou, sin saber que se trata de un traficante de armas altamente peligroso, y que a partir de ahí su idílica historia de amor está destinada al desastre. El triángulo formado por Kristen Stewart, Ed Harris y la desconocida Katy O'Brian, dota de personalidad y empaque a uno de los títulos importantes del año, un magnífico ejemplo de cómo mezclar y agitar varios géneros para conseguir una visión personal y novedosa. Un "thriller romántico y fatalista", con una banda sonora del gran Clint Mansell, que se funde con una gozosa selección de anti-clásicos ochenteros. 
Hay que seguir a Rose Glass.
Saludos.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La forma del horror


 

Acercarse a Junji Ito por primera vez se explica con el estupor. Hacerlo con una cierta perspectiva despierta un vértigo sacrílego, cercano a un anguloso masoquismo, esquinado y malsano, pero del que uno no puede apartar la mirada. UZUMAKI es su obra maestra, y al fin ha tenido una adaptación digna fuera del manga, esta vez en un anime que capta la intención del original, al tiempo que le adhiere una dimensión aspectual novedosa y continuista. Hay quien se empeña en comparar a Ito con Lovecraft, y se puede caer en ese error con facilidad; el horror del autor japonés huye del mundo de dioses antiguos y entidades cósmicas del de Providence, para abrazar el absurdo del hijo ilegítimo que podrían haber parido Kafka, Borges y un guionista de Barrio Sésamo con esquizofrenia ¿Cuántas interpretaciones aceptan las espirales que van adueñándose de Kurôzu-cho, el pueblo costero que parece consumirse a sí mismo a través una actitud general entre apática, agresiva y de viscosa sensualidad? Las espirales como pérdida de la humanidad, más que como amenaza; porque más que atacar, se invita al abandono, a desaparecer sin dejar rastro. La espiral como metáfora de la sociedad abandonando la virtud como posibilidad, y que geométricamente representa al horror del vórtex, que todo lo engulle y nada pregunta. El desvanecimiento implacable de la razón, que es, según Junji Ito, el sitio al que todos vamos cayendo sin darnos cuenta.
Repulsiva, magnética y desoladora. Está en MAX, son sólo cuatro episodios y les conviene tener una ducha cerca...
Saludos.

martes, 5 de noviembre de 2024

Deadminator


 

Se me pasó en su momento DEADPOOL 2, supongo que fruto de la sobresaturación de este tipo de producciones, que termina por desorientar al más pintado. Y esto es lo que es, ni más ni menos; un puente, o continuación, o explotación entre la gran acogida de la primera y el bombo internacional de la tercera. Una película, en fin, impecable en lo técnico, con todo el arsenal de irreverencias en boca de un Ryan Reynolds que comprende la vertiente autodestructiva del personaje, y unos secundarios que complementan sin estorbar. Dos aspectos a destacar: la dirección de David Leitch, que aporta su buena mano para las escenas de acción, mientras la cascada de metarreferencias se sucede sobre una evidencia textual, que termina por ser un gran acierto. La excusa argumental es un homenaje indisimulado al TERMINATOR de Cameron, aprovechando a otro personaje "liefeldiano", nada menos que Cable, interpretado con convicción por un Josh Brolin que se crece cuando se trata de aportar gravedad en un entorno de chiflados con tendencias suicidas. Es una buena secuela, sin más; ni magnífica ni desastrosa, sino una entretenida vuelta a los viajes temporales, las paradojas y los superhéroes con piernas de bebé... 
Si me pongo fino, a lo mejor es la que más me ha gustado de las tres, fíjense...
Saludos.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Pollo relleno


 

La secuela que no se debía haber hecho. Me pregunto qué, aparte del comisionismo plataformero (obvio), ha impulsado ponerse con una película que ni continúa a la primera, y ni mucho menos propone ningún giro argumental que aporte nuevas sensaciones a lo ya visto. EL HOYO 2 hace aguas por todos lados, empezando por una historia incomprensible, que alguien más espabilado que yo habrá entendido, pero para mí es un sinsentido repleto de frases solemnes declamadas por actores que "pasaban por ahí". Y esa es otra, porque he tenido que ponerme los subtítulos para enterarme de de qué diablos estaban mascullando entre dientes, y visto que no eran más que gilipolleces me los podría haber ahorrado. No hay nada aquí de la primera entrega, ni de la valentía que destilaba, ni de la mala baba de un guion que destrozaba cualquier expectativa biempensante. Esto es un batiburrillo con ínfulas, que la gente verá arrastrada por el impulso de su predecesora, pero que queda como un borrón sospechoso e indefendible.
Podría cebarme con algunas escenas que parecen de comedia involuntaria, pero un film tan mediocre tampoco merece mayor escarnio del que ya se procura a sí mismo.
Saludos.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Rincón del freak #620: Un escaparate hecho con botellas de tinto barato


 

Sensación extraña, única, la que me ha invadido en el visionado de REBEL MOON: A CHILD OF FIRE, la primera (¡primera, glups!) de las entregas de la saga con la que Zack Snyder aspiraba a consagrarse como el director de género más grande de todos tiempos, y que confirma lo que ya sabíamos: es un hacedor de imágenes, y ya se repite más que el ajo. Es rarísimo ver una película que de repente te encaja un plano extasiante, que te deja con la boca abierta, y seguidamente ver otro de una cutrez indigna de un tipo que, al menos, podría mostrar algo de oficio. El montaje no tiene sentido, con escenas que se suceden como provenientes de distintos ámbitos, como si lo hubiesen hecho a toda prisa. Los actores lo mismo declaman en cursiva, que sólo son rostros que aparecen un segundo, para que no nos olvidemos de ellos. El tema de la cámara ultralenta ya es de aurora boreal, y ves lo que no son más que repeticiones chuscas de lo ya hecho en 300, WATCHMEN o JUSTICE LEAGUE. Ahora bien, lo peor de este despropósito es el guion, la historia y cómo está desarrollada. Snyder no tiene ni puñetera idea de escribir, así que se flipa con lo que le ha tocado la patata, mientras masculla "yo sé hacerlo mejor". Esto va de unos agricultores, a los que visitan unos militares sanguinarios para pedirles comida, pero matan al campesino jefe, y como allí vivía una señora que en realidad es una guerrera implacable, jura venganza contra el malo malísimo, que es un tipo con un palo... ¡un palo, joder! Bueno, la cosa es que se marcha por la galaxia para reclutar gente random, que por motivos arcanos le dicen que sí a su causa, así por las buenas. Y no hay mucho más, aparte de una escena sonrojante de las que yo llamo "siéntate ahí una hora, y lo único que tienes que hacer es no tocar el botón rojo". Los más optimistas hablan de un cruce mitómano entre STAR WARS y LOS SIETE SAMURÁIS... yo sólo he visto un horror indefendible, y que encima tiene continuación...

P.D.: Les explico el título de la reseña, que no es más que una traducción en un andaluz cerrado, por seguir el chiste. "Luna reverde"... Más que nada porque era Manolo Caracol el que cantaba aquello de la Niña de Fuego...

De lo peor del año.
Saludos.

sábado, 2 de noviembre de 2024

De una desadaptación


 
Tenía curiosidad por ver BATMAN: GOTHAM BY GASLIGHT, la adaptación animada de la mítica novela gráfica de Brian Augustyn y Mike Mignola, que precisamente estos días cumple nada menos que 35 años. Ha sido mi primera vez con una de estas producciones, que me consta que cuentan con legiones de adeptos, puede que atraídos por la posibilidad de ver un comic en movimiento. Concretamente, éste es un volumen que adquirí en el momento de su publicación, y que es uno de mis grandes tesoros, al ubicar al hombre murciélago en un hipotético Gotham del siglo XIX, sirviéndose del personaje de Jack "the ripper" para construir una trama que le viene como anillo al dedo, mezclando las aventuras con el cuento de tintes terroríficos. El problema salta a la vista casi inmediatamente: alguien debió decirle a Sam Liu que las series animadas de Batman abría un mundo de posibilidades a una franquicia a la que le cuesta reinventarse, pero dibujar como Mignola es otra cosa, ni más ni menos. Es decir, que si no existiera la obra original hablaríamos de una propuesta interesante, pero las diferencias cualitativas son tan insoslayables, que casi la hacen irreconocible a ojos del aficionado que llegue a ella sobre aviso.
Saludos.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Enamorado de la moda juvenil


 

Como lo voy a decir una sola vez, allá vamos. TAJEMSTVÍ HRADU V KARPATECH fue la adaptación que Oldrich Lipský (ese gran olvidado) realizó, allá por 1981, de la no menos olvidada novela de Julio Verne "El misterioso castillo en los Cárpatos". En clave de locura, a mitad de camino de un steampunk que puede llegar a remitir al mismísimo Miyazaki, o un Lovecraft que al fin hubiese encontrado su propia y oculta veta cómica, el argumento nos habla de ese misterioso castillo, en realidad una tapadera para que un barón malavenido, y su ayudante, un mad doctor estrambótico, puedan llevar a cabo su pasión más inconfesable: mantener a una cantante de ópera cautiva en una cripta escondida. La llegada del joven amado, junto a un amigo, desatará la ira del barón, que intentará detenerlo con un arsenal de trampas, a cual más ingeniosa. Recuperar a Lipský es devolvernos a ese cine checo tan reconocible, artesanal y repleto de inventiva; un cine que incoporaba magistralmente los recursos del guiñol y el stop-motion, mientras su tono, jocoso y desenfadado, puede ser denominado como "comedia cruel". Están tardando en disfrutar de esta joya ignota, tanto como de una novela que, créanolo o no, fue escrita algunos años antes de la que todos estaban pensando... Castillos en los Cárpatos y rescates accidentados...
Divertidísima.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!