sábado, 14 de mayo de 2016
El punto de vista del extraño
No creo en el choque de culturas, sólo en el choque de personas. Sostengo que todo el mundo tiene las mismas inquietudes en cualquier parte del mundo, y que les mueven las mismas pasiones; sólo cambia el aspecto, la cáscara que hace que la percepción que "el otro" tiene de uno difiera de la que nosotros tenemos de él, y eso puede pasar en Tokio o en nuestro barrio, cualquier oposición a esa idea podría acercarse peligrosamente a la endogamia involuntaria, piénsenlo... Es lo que ocurre en TOKYO FIANCÉE, la supuesta adaptación de "Ni de Eva ni de Adán", la novela de Amélie Nothomb, con la que apenas comparte ese "armazón" del que hablábamos antes, la apariencia de "occidental ante el estupor oriental" que no es ni lo más importante ni lo más atractivo, pero sí lo más fácil de adaptar. Una pena, porque la película tiene buenas intenciones, y además logra que me olvide del "efecto poulain" (ya saben) con un sentido del humor nada excesivo y algunas escenas fascinantes, como la del balneario, la subida al monte Fuji o el concierto de camiones luminosos. Cosas que sólo pueden encontrarse en Japón, como un novio capaz de trascender el concepto de machista porque en Japón los jóvenes eso lo tienen superado... como en las series de Disney Channel, mismamente. No sé, véanla si no tienen nada mejor que hacer, pero si ponen bocadillos de calamares junto a su casa yo no me lo pensaría. Pero asegúrense de que estén bien muertos y fritos...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Indéfilo,
tengo muchas ganas de verla,así que ya te contaré:)
Me la esperaba mejor, pero se puede ver.
Le da mil vueltas a AMÉLIE, eso sí...
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