miércoles, 20 de noviembre de 2024

Aprovechamiento de bienes


 

De cuando en vez, me acuerdo de pelis como THE WATCHER IN THE WOODS, por tal de desmentir aquello de que cualquier tiempo pasado (y ochentero) haya sido mejor, al tiempo que se desmontan falsos mitos acerca de productoras míticas. En este caso estamos en 1980, año en el que la Disney se miró al espejo y dijo la famosa frase, para acto seguido autoconvencerse de que podría abordar cualquier género desde sus propios estatutos, sea eso lo que sea. El resultado es tibio y ñoño, un cuento de fantasmas anticuado no por valerse de una Bette Davis en su canto del cisne, sino por su previsible trama y rutinarias soluciones, para contar el enésimo cuento de fantasmas, vertiente "familia llega a caserón perdido" y esas cosas. Lo remarcable aquí es ensayar un cine de terror "familiar", omitiendo detalles escabrosos y sustituyéndolos por un guion más propio de las aventuras juveniles. El resultado fue un fracaso tal, que la Disney descartó seguir por ese camino, aunque es sorprendente el aura mitificador que ha obtenido con el paso de los años, siendo constantemente citada como una de esas joyas olvidadas a rescatar. Sinceramente, a mí me parece aburrida desde cualquier perspectiva, y poco valorable más que como el excéntrico experimento de una factoría que quería renovarse en una de sus etapas más flojas.
Saludos.


martes, 19 de noviembre de 2024

Del plano al texto


 

NEVER LET GO es una película que quiere funcionar en dos direcciones diferentes, a fin, supongo, de ensayar una cierta complejidad narrativa, haciéndonos dudar entodo momento sobre los vasos comunicantes entre realidad y ficción. Quiere, lo intenta, pero su torpeza estructural nos advierte de lo complicado que es poner en imágenes lo subjetivo, o al menos que funcione. Lo mejor del último trabajo de Alexandre Aja, ya muy alejado de sus salvajes inicios europeos, es la humildad con la que despliega sus cartas, ya desde muy pronto, sabiendo que el típico relato con monstruos no es lo que nos vamos a encontrar, sino un triste descenso a la desesperación de una madre a la que se le acaban los recursos para sacar adelante a sus dos hijos. La excusa es una malévola presencia que no les permite avanzar más que unos cuantos metros, y siempre que se mantengan atados con largas cuerdas que provienen de los cimientos mismos de la casa. Este simbolismo acerca de la familia y los peligros que la ponen en duda, no siempre está bien resuelto, y es ahí donde entra el terror canónico, con sus sustos y criaturas; mejor le va haciéndonos dudar de qué estamos viendo, hasta el punto de no saber quién engaña a quién. Aja consigue su film menos garrulo y más reflexivo, lo que no significa que sea una gran obra, apenas un entretenimiento de calidad, una película sin muchas ambiciones y que nos devuelve a una Halle Berry más que correcta en su vertiente más dramática.
Se puede ver.
Saludos.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Secretos enterrados.


 

El premio especial del jurado en Siges lo obtuvo EXHUMA, nueva vuelta de tuerca al siempre estimulante cine coreano de tintes sobrenaturales. En esta ocasión, las dos horas y cuarto están plenamente justificadas, al expandirse el relato en diferentes direcciones, adoptando la forma de una especie de mapa del tesoro, reservando múltiples sorpresas, que van de lo jocoso a lo directamente grotesco. Con el protagonismo repartido por cuatro personajes (entre los que se encuentra el mítico Choi Min-sik), éstos son requeridos por una importante familia, a fin de que descubran la extraña dolencia de su primogénito, que se encuentra en Estados Unidos, toda vez los métodos científicos no les dan respuesta. A partir de ahí, estos cuatro investigadores se ven literalmente arrastrados hacia un terreno que se vuelve cada vez más turbio y peligroso, y que parece una venganza proveniente de un pasado amenazante. 
Continuando la nueva ola del horror coreano, vertiente posesiones y tradiciones chungas, EXHUMA no es tan truculenta como otros títulos (se me viene a la mente THE WAILING), pero su tono ligeramente desenfadado da como resultado un film muy entretenido, y que se guarda una traca final de lo más estimulante, con algunos guiños de guion de lo más atrevido (si eres japonés, claro), y donde hay lugar para una nueva sesión espiritista que no deja a nadie indiferente. 
No es una gran película, pero sí una muy recomendable.
Saludos.

domingo, 17 de noviembre de 2024

Rincón del freak #622: Cocoloco electrolítico conoce a Don Manita Suelta


 

Conozca a Juan Carlos; no sea como Juan Carlos. Un policía con mente de monje de clausura, que da bofetones a las parejas que se dan besitos porque en realidad arrastra un complejo de Edipo que no se lo salta un albano-kosovar a la hora del té. Su jefe está hasta el gorro de que no resuelva el único caso que le ha asignado, un asesino de mujeres sin identidad conocida, porque ni cejas tiene el hombre. Agobiado por su dilema moral e incapacidad laboral, le viene un amigo hipnotizador, cuyas sesiones lo establecen en una calle neblinosa con farolas y muchas sombras, donde vislumbra penosamente al tipo sin facciones, lo que le frustra e irrita a partes iguales, por lo que decide mandar al carajo a su abnegada e inviolada novia, despedir a la chacha por un cuchicuchi con su ortodoxo novio rural y apretarse una fila de tequilitas por lo de los nervios, y porque la cantante del club de Chihuahua se parece a su mamasita cosa mala. Extrañísimo ejemplo de tardoexpresionismo mexicano, EL HOMBRE SIN ROSTRO es un clásico muy poco clásico, que demostraba que la censura en el país azteca iba beoda perdida y que las máscaras malrrolleras siempre han sido un must insoslayable para subrayar simbolismos psicológicos que se ven a la legua, pero son de lo más eficaz.
Rara es poco, y sólo se la recomiendo a declamadores con chaquetas de un solo uso...
Saludos.

sábado, 16 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo y 3


 

Cerramos este pequeño repaso al celebérrimo texto de Herman Melville con (cómo no) BARTLEBY, de 2001. Se trata de un pequeño largo independiente, montado enteramente por el cineasta Jonathan Parker, apoyado por el grupo de amigos que pusieron en pie el proyecto. Más cercana a la versión británica de 1970, nos encontramos un tono más distendido, incluso con cierto parecido a una serie que transcurría en una oficina... El caso es que lo mejor, entre chascarrillos y diálogos de sitcom, termina siendo la buena elección del siempre reivindicable David Paymer, uno de esos eternos secundarios que hubiese merecido mayor reconocimiento, y la inquietante pasividad del inclasificable Crispin Glover, uno de esos actores que nunca sabes si no llega o se pasa. El film es, ya digo, modesto por naturaleza, y mejora en su trágico desenlace, cuando se decide a abandonar el tono distendido y abandonarse a la indescifrable lección de humanidad que Melville puso en la figura de un hombre que estaba en el reverso de todas las mentiras que sirven para perpetuar una sociedad condenada a devorarse a sí misma. Como les dije en su momento, aprovechen y vuelvan al libro, aunque a lo mejor preferirían no hacerlo, claro está...
Saludos.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Al menos para mí


 

Los grupos de música son como campos de minas. Los tipos hacen de guardianes de sí mismos, vendiendo carteles falsos embotellados en dos minutos y medio de filigrana cósmica. Como si hubiéramos escuchado antes otras cosas. La génesis, auge, muerte y resurrección de estos entes autónomos pueden ser rastreados como quien dispara su chinada cuatro horas frente a un cacharro de esos que echan nieve cuando los agitas. Morirías por estar allí, formar parte de ello, pero el truco es morir antes de entrar, si no no vale. A mí me tocó; momento justo y etapa justa. Lo viví y lo disfruté, y ya no queda nada, y menos mal, porque no puedo imaginar un 2024 con tanto hijo de puta suelto si no lleváramos estas corazas tan cuquis compradas por Amazon. Entonces todo iba un poco en carne viva, con olor a humanidad y silencios incómodos, porque los botellines y las caladas sustituían los 5G y su puta madre. Pero es mucho más fácil, porque todo se ve mucho más claro cuando ves la montaña al empezar, las imposturas, los ripios en movimiento, sólo hasta que Isaki Lacuesta tiene la genial idea de subtitular a J. Genialidad o corte de mangas. No hay muchas buenas películas sobre grupos de música, porque los grupos son campos minados, y las minas son golosinas de mentiras y reproches. Entonces, detrás de Sierra Nevada, respiran los esquiadores tras el esfuerzo, y tú estás llorando como lo hiciste en el 98, pagando una cerveza que no te correspondía y soñando que algo como esto podría ser posible algún día.
Y qué quieren que les diga. Si los americanos no la entienden, que los follen...
Saludos.

jueves, 14 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo 2


 

En 1976, la FR 2 francesa impulsó una nueva adaptación del libro de Herman Melville, aunque cabe señalar el cambio sustancial que propuso Maurice Ronet, colaborador habitual de Claude Chabrol, y que revolucionó el texto original junto a los guionistas Ivan Bostel y Jacques Quoirez, con un resultado tibio, más bien frío. El protagonismo en este BARTLEBY, por ejemplo, corresponde a un estupendo Michael Lonsdale, que interpreta al empleador del taciturno escribiente (un poco inspirado Maxence Mailfort), siendo él quien lleva el peso de una puesta en escena teatral y comedida, en la que Bartleby peca por exceso de celo, con un ritmo de trabajo enfermizo, que espanta al resto de empleados de la oficina. Película modesta, sin mucho trajín, que intuyo hecha en poco tiempo, y más orientada a ser una especie de capítulo o telefilm de la época, lo que unido a la dificultad para acceder a ella (aviso de que no hay subtítulos) la dejan como una adaptación bienintencionada pero fallida.
Saludos.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Los climas


 

Acabaremos por odiar el 4:3, pero no será por películas tan magras como GODLAND, una especie de díptico introductorio a las imponentes fuerzas de la naturaleza de Islandia, coronado por una amarga reflexión acerca de las urgencias de según qué evangelizaciones, si no es que éstas suelen llegar acompañadas de sorda (y sórdida) violencia. La fotografía de Maria von Hausswolff se aprovecha del emprendido por Timo Salminen, hace ya una década, en JAUJA, de Lisandro Alonso; una fotografía, digamos, minimalista y exuberante al mismo tiempo, y que favorece planos paisajísticos tanto como primeros más cerrados. Técnicamente es una virguería, los actores dan lo que se les pide, que es poco más que expresiones calladas, mientras la narración pugna por no embotellarse en un complicado vuelco de intenciones. Se nos advierte del carácter salvaje e ignoto de Islandia aún en el siglo XIX, adonde llega un joven sacerdote danés con una doble y descabellada misión: asentar una iglesia en un punto de difícil acceso, y hacerlo por tierra, con tal de conformar una historia fotográfica de un lugar del que no se tenían documentos gráficos. Así, la primera parte relata el tortuoso camino de la partida, comandada por un hosco nativo, mientras que la segunda se centra enotro camino aún menos transitable, el de la pérdida de la fe, que puede llevar a actos terribles. GODLAND es una película importante, apabullante en según qué segmentos; un fresco de una extraña violencia contenida, no apta para espectadores impacientes, pero que alberga sus mejores recompensas en sus tramos menos evidentes.
Saludos.

martes, 12 de noviembre de 2024

Preferiría no hacerlo 1


 

Independientemente de si conocen o no el texto de Herman Melville, no cabe duda de que acercarse en algún momento a BARTLEBY es entrar en un estadio superior de creación literaria. Este breve cuento es, aparentemente, una invitación hacia una especie de absurdo metafísico, encarnado en la figura del enigmático Bartleby, que es contratado en una oficina, y que un día decide "no hacer" ninguna tarea, no como protesta, sino como actitud vital, lo que queda de manifiesto con el transcurrir de los días, en los que literalmente se queda a vivir en dicha oficina, absorto en una existencia rayana en lo vegetal. Esta versión de 1970 es la primera de la que tengo constancia en el cine, y contiene una historia personal casi paralela, puesto que poco o nada más se supo de su director, Anthony Friedman, que obtuvo una mención especial en San Sebastián en 1971, y luego apenas llegó a dirigir algún capítulo de alguna serie. Altamente recomendable, el insólito duelo interpretativo entre el gran Paul Scofield y un John McEnery, que parece nacido para este personaje, es el gran sostén de una historia que nos coloca directamente frente a nuestra propia y aceptada circunstancia vital. Sin aspavientos, sin violencia, el hombre que ya no es un ser social no tiene cabida en esa sociedad aparentemente ordenada, pero donde siempre aguarda una esquina de fauces abiertas. 
Mi recomendación es que lean el relato y luego intenten encontrar alguna motivación para ponerse con las películas...
Saludos.

lunes, 11 de noviembre de 2024

El motivo gravitacional


 
Hay directores que hacen mejores a sus películas, pero también películas que se benefician poco de estar dirigidas por realizadores ensimismados. Había cierto revuelo en Sitges por ver ODDITY, el nuevo trabajo de Damian McCarthy, tras sacarse de la chistera (nunca mejor dicho) aquella inquietante aunque irregular CAVEAT. Hay cosas muy mejoradas en este nuevo film, como un guion más trabajado, o hacer al espectador cómplice absoluto de una trama que propone muchas sorpresas, pero no le importa ir desvelándolas antes de lo previsto. A su favor, de nuevo el espacio único, en un apartado caserío al que se muda una pareja, pero ella es brutalmente asesinada. Él, médico en una institución psiquiátrica, intenta rehacer su vida con otra mujer, pero la hermana de su difunta esposa le hace una imprevista e inquietante visita en el aniversario de su fallecimiento. Aquí empiezan los problemas de guion, y a McCarthy le cuesta horrores no caer en la autoparodia, no ya por integrar a la hermana, una médium ciega, sino por una trama muy difícil de creer, y no sólo por el elemento sobrenatural, que tampoco tiene una relevancia crucial. Tiene algunos momentos muy conseguidos, incluso puntualizaciones que oscilan de lo macabro a lo divertido, pero voy a permitirme pensar que este director aún tiene bastante más que ofrecer, sobre todo si es capaz de sacudirse algunos complejos que parecen autoimpuestos, como la tendencia a una sobriedad que deviene tedio. 
Es una buena película de terror, pero espero bastante más próximamente.
Saludos.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Rincón del freak #621: El pespunte asesino


 

Extenderse en la inconveniencia de una película tan vergonzosa como REBEL MOON 2: THE SCARGIVER, es apenas reiterarse en la doble piltrafa perpetrada por Zack Snyder. Doble por doble motivo, tanto por masacrar el guion de los siete samuráis, como por montar más de cuatro horas de una doble sesión inaguantable, repleta de planos gratuitos, actores que no pasan de figurar en pantalla sin un gramo de carisma, o un desarrollo argumental que parece sacado de un manual barato de guiones. La primera era mala, pero podías perdonarle la candidez de unos productores que aún deben estar preguntándose dónde está la pasta. Pero de este engendro no paso. Es aburrida, previsible, sosa, imbécil y todo lo que se le pueda achacar es poco ¿El título? tiene su porqué. Vosotros sois muy jóvenes, pero en tiempos de escasez, el jolgorio era agenciarse una guerrera, que era una chaqueta que te protegía del frío, pero solía estar cosida de aquella manera, por lo que se corría el riesgo de acabar como el malo de esta bazofia, lleno de "mataúras"...
Zack Snyder, me cago en tu casta...
Saludos.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Como si no hubiera estado


 

Todas las buenas intenciones contenidas en la película de ayer se diluyen en SHE NEVER DIED, innecesaria e indefendible secuela, que ni tiene nada que ver, ni logra encadenar algo parecido a una especie de saga. Lo digo porque como concepto, uno puede relamerse pensando en héroes bíblicos inmortales, que se muestran como antropófagos insaciables de moral relajada. Esta pequeña producción canadiense es eso, una peliculita con alguna idea interesante, pero incapaz de superar su estrecha circunstancia. La misma película pero sin Henry Rollins, con una dirección aún más amateur, y una historia tirando a aburrida, en la que se nos hace creer que las red rooms están ahí mismo, y que cualquiera puede entrar sin problemas, mientras un señor bastante cascado por la edad es presentado como el policía que va a desmantelar esa red. Película chapucera, con la que se debería dar por cerrada esta historia de altos vuelos y nulos medios.
Saludos.

viernes, 8 de noviembre de 2024

El hombre que siempre estuvo allí


 

Una película como HE NEVER DIED ejemplifica a la perfección las dificultades a la hora de conciliar presupuestos exiguos con ideas ambiciosas. He aquí la historia, sin alargarnos mucho (bonita paradoja), de un hombre que no muere, que de hecho es tan viejo como la humanidad misma, y que arrastra su existencia como una condena, sin saber muy bien en qué emplear un tiempo inagotable. La idea, ya digo, es fantástica como concepto, pero se topa con dos obstáculos. Por un lado, es un film de bajo presupuesto que se nota y traduce en una realización esquemática y encorsetada, y un elenco generalmente trufado de actores de tercera fila; por el otro, la magnitud de la historia se atasca en el relato, y acaba por optar por un puñado de escenas de lucha que ni siquiera están bien rodadas ¿Qué la hace interesante, recomendable y hasta entrañable? Henry Rollins, en un papel que le va como anillo al dedo, el de ese ogro hasta los cojones de tanta gilipollez, eternamente acosado por matones a sueldo, y que, como él, es un vegano estricto que no consume ningún tipo de drogas... Aunque esto queda matizado en algunas escenas especialmente escabrosas. Rollins siempre ha sido de los que amas u odias, pero rara vez deja indiferente, gracias a un carisma desbordante, que a este personaje tan singular le viene que ni pintado, pero es insuficiente para que esta película pase de curiosidad con ínfulas de ingresar en el culto de títulos a descubrir.
Saludos.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Loca por ti


 

En un principio, si te cuentan por encima de qué va LOVE LIES BLEEDING, surge un sesgo de desconfianza. Podría ser la pose de una joven cineasta a la que la crítica ha tratado demasiado bien, o también el homenaje rendido de una fan incapaz de ocultar sus obvias referencias. Lo que yo veo es un thriller que no lo parece, pero que se va convirtiendo con la seguridad de un guion muy bien escrito, que no teme abrazar lo hiperbólico, porque su anclaje pertenece al detalle intimista. Lou lleva un gimnasio en un pueblo perdido de Nuevo Mexico, y no puede evitar caer rendida ante Jackie, que acaba de llegar. Jackie se prepara para un concurso de culturismo en Las Vegas, pero hay un problema: ha aceptado trabajar en el campo de tiro del padre de Lou, sin saber que se trata de un traficante de armas altamente peligroso, y que a partir de ahí su idílica historia de amor está destinada al desastre. El triángulo formado por Kristen Stewart, Ed Harris y la desconocida Katy O'Brian, dota de personalidad y empaque a uno de los títulos importantes del año, un magnífico ejemplo de cómo mezclar y agitar varios géneros para conseguir una visión personal y novedosa. Un "thriller romántico y fatalista", con una banda sonora del gran Clint Mansell, que se funde con una gozosa selección de anti-clásicos ochenteros. 
Hay que seguir a Rose Glass.
Saludos.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La forma del horror


 

Acercarse a Junji Ito por primera vez se explica con el estupor. Hacerlo con una cierta perspectiva despierta un vértigo sacrílego, cercano a un anguloso masoquismo, esquinado y malsano, pero del que uno no puede apartar la mirada. UZUMAKI es su obra maestra, y al fin ha tenido una adaptación digna fuera del manga, esta vez en un anime que capta la intención del original, al tiempo que le adhiere una dimensión aspectual novedosa y continuista. Hay quien se empeña en comparar a Ito con Lovecraft, y se puede caer en ese error con facilidad; el horror del autor japonés huye del mundo de dioses antiguos y entidades cósmicas del de Providence, para abrazar el absurdo del hijo ilegítimo que podrían haber parido Kafka, Borges y un guionista de Barrio Sésamo con esquizofrenia ¿Cuántas interpretaciones aceptan las espirales que van adueñándose de Kurôzu-cho, el pueblo costero que parece consumirse a sí mismo a través una actitud general entre apática, agresiva y de viscosa sensualidad? Las espirales como pérdida de la humanidad, más que como amenaza; porque más que atacar, se invita al abandono, a desaparecer sin dejar rastro. La espiral como metáfora de la sociedad abandonando la virtud como posibilidad, y que geométricamente representa al horror del vórtex, que todo lo engulle y nada pregunta. El desvanecimiento implacable de la razón, que es, según Junji Ito, el sitio al que todos vamos cayendo sin darnos cuenta.
Repulsiva, magnética y desoladora. Está en MAX, son sólo cuatro episodios y les conviene tener una ducha cerca...
Saludos.

martes, 5 de noviembre de 2024

Deadminator


 

Se me pasó en su momento DEADPOOL 2, supongo que fruto de la sobresaturación de este tipo de producciones, que termina por desorientar al más pintado. Y esto es lo que es, ni más ni menos; un puente, o continuación, o explotación entre la gran acogida de la primera y el bombo internacional de la tercera. Una película, en fin, impecable en lo técnico, con todo el arsenal de irreverencias en boca de un Ryan Reynolds que comprende la vertiente autodestructiva del personaje, y unos secundarios que complementan sin estorbar. Dos aspectos a destacar: la dirección de David Leitch, que aporta su buena mano para las escenas de acción, mientras la cascada de metarreferencias se sucede sobre una evidencia textual, que termina por ser un gran acierto. La excusa argumental es un homenaje indisimulado al TERMINATOR de Cameron, aprovechando a otro personaje "liefeldiano", nada menos que Cable, interpretado con convicción por un Josh Brolin que se crece cuando se trata de aportar gravedad en un entorno de chiflados con tendencias suicidas. Es una buena secuela, sin más; ni magnífica ni desastrosa, sino una entretenida vuelta a los viajes temporales, las paradojas y los superhéroes con piernas de bebé... 
Si me pongo fino, a lo mejor es la que más me ha gustado de las tres, fíjense...
Saludos.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Pollo relleno


 

La secuela que no se debía haber hecho. Me pregunto qué, aparte del comisionismo plataformero (obvio), ha impulsado ponerse con una película que ni continúa a la primera, y ni mucho menos propone ningún giro argumental que aporte nuevas sensaciones a lo ya visto. EL HOYO 2 hace aguas por todos lados, empezando por una historia incomprensible, que alguien más espabilado que yo habrá entendido, pero para mí es un sinsentido repleto de frases solemnes declamadas por actores que "pasaban por ahí". Y esa es otra, porque he tenido que ponerme los subtítulos para enterarme de de qué diablos estaban mascullando entre dientes, y visto que no eran más que gilipolleces me los podría haber ahorrado. No hay nada aquí de la primera entrega, ni de la valentía que destilaba, ni de la mala baba de un guion que destrozaba cualquier expectativa biempensante. Esto es un batiburrillo con ínfulas, que la gente verá arrastrada por el impulso de su predecesora, pero que queda como un borrón sospechoso e indefendible.
Podría cebarme con algunas escenas que parecen de comedia involuntaria, pero un film tan mediocre tampoco merece mayor escarnio del que ya se procura a sí mismo.
Saludos.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Rincón del freak #620: Un escaparate hecho con botellas de tinto barato


 

Sensación extraña, única, la que me ha invadido en el visionado de REBEL MOON: A CHILD OF FIRE, la primera (¡primera, glups!) de las entregas de la saga con la que Zack Snyder aspiraba a consagrarse como el director de género más grande de todos tiempos, y que confirma lo que ya sabíamos: es un hacedor de imágenes, y ya se repite más que el ajo. Es rarísimo ver una película que de repente te encaja un plano extasiante, que te deja con la boca abierta, y seguidamente ver otro de una cutrez indigna de un tipo que, al menos, podría mostrar algo de oficio. El montaje no tiene sentido, con escenas que se suceden como provenientes de distintos ámbitos, como si lo hubiesen hecho a toda prisa. Los actores lo mismo declaman en cursiva, que sólo son rostros que aparecen un segundo, para que no nos olvidemos de ellos. El tema de la cámara ultralenta ya es de aurora boreal, y ves lo que no son más que repeticiones chuscas de lo ya hecho en 300, WATCHMEN o JUSTICE LEAGUE. Ahora bien, lo peor de este despropósito es el guion, la historia y cómo está desarrollada. Snyder no tiene ni puñetera idea de escribir, así que se flipa con lo que le ha tocado la patata, mientras masculla "yo sé hacerlo mejor". Esto va de unos agricultores, a los que visitan unos militares sanguinarios para pedirles comida, pero matan al campesino jefe, y como allí vivía una señora que en realidad es una guerrera implacable, jura venganza contra el malo malísimo, que es un tipo con un palo... ¡un palo, joder! Bueno, la cosa es que se marcha por la galaxia para reclutar gente random, que por motivos arcanos le dicen que sí a su causa, así por las buenas. Y no hay mucho más, aparte de una escena sonrojante de las que yo llamo "siéntate ahí una hora, y lo único que tienes que hacer es no tocar el botón rojo". Los más optimistas hablan de un cruce mitómano entre STAR WARS y LOS SIETE SAMURÁIS... yo sólo he visto un horror indefendible, y que encima tiene continuación...

P.D.: Les explico el título de la reseña, que no es más que una traducción en un andaluz cerrado, por seguir el chiste. "Luna reverde"... Más que nada porque era Manolo Caracol el que cantaba aquello de la Niña de Fuego...

De lo peor del año.
Saludos.

sábado, 2 de noviembre de 2024

De una desadaptación


 
Tenía curiosidad por ver BATMAN: GOTHAM BY GASLIGHT, la adaptación animada de la mítica novela gráfica de Brian Augustyn y Mike Mignola, que precisamente estos días cumple nada menos que 35 años. Ha sido mi primera vez con una de estas producciones, que me consta que cuentan con legiones de adeptos, puede que atraídos por la posibilidad de ver un comic en movimiento. Concretamente, éste es un volumen que adquirí en el momento de su publicación, y que es uno de mis grandes tesoros, al ubicar al hombre murciélago en un hipotético Gotham del siglo XIX, sirviéndose del personaje de Jack "the ripper" para construir una trama que le viene como anillo al dedo, mezclando las aventuras con el cuento de tintes terroríficos. El problema salta a la vista casi inmediatamente: alguien debió decirle a Sam Liu que las series animadas de Batman abría un mundo de posibilidades a una franquicia a la que le cuesta reinventarse, pero dibujar como Mignola es otra cosa, ni más ni menos. Es decir, que si no existiera la obra original hablaríamos de una propuesta interesante, pero las diferencias cualitativas son tan insoslayables, que casi la hacen irreconocible a ojos del aficionado que llegue a ella sobre aviso.
Saludos.

viernes, 1 de noviembre de 2024

Enamorado de la moda juvenil


 

Como lo voy a decir una sola vez, allá vamos. TAJEMSTVÍ HRADU V KARPATECH fue la adaptación que Oldrich Lipský (ese gran olvidado) realizó, allá por 1981, de la no menos olvidada novela de Julio Verne "El misterioso castillo en los Cárpatos". En clave de locura, a mitad de camino de un steampunk que puede llegar a remitir al mismísimo Miyazaki, o un Lovecraft que al fin hubiese encontrado su propia y oculta veta cómica, el argumento nos habla de ese misterioso castillo, en realidad una tapadera para que un barón malavenido, y su ayudante, un mad doctor estrambótico, puedan llevar a cabo su pasión más inconfesable: mantener a una cantante de ópera cautiva en una cripta escondida. La llegada del joven amado, junto a un amigo, desatará la ira del barón, que intentará detenerlo con un arsenal de trampas, a cual más ingeniosa. Recuperar a Lipský es devolvernos a ese cine checo tan reconocible, artesanal y repleto de inventiva; un cine que incoporaba magistralmente los recursos del guiñol y el stop-motion, mientras su tono, jocoso y desenfadado, puede ser denominado como "comedia cruel". Están tardando en disfrutar de esta joya ignota, tanto como de una novela que, créanolo o no, fue escrita algunos años antes de la que todos estaban pensando... Castillos en los Cárpatos y rescates accidentados...
Divertidísima.
Saludos.

jueves, 31 de octubre de 2024

Abracen al bufón


 

Es muy obvio comentar algo como DEADPOOL & WOLVERINE, además de necesario para no perder la perspectiva de un producto tan teledirigido, y así disfrutarlo tal y como lo que es. El personaje interpretado por Ryan Reynolds es un petardo de mecha corta, un cuñado borracho en tu boda, una citación para el juzgado que has olvidado en un cajón. El ejercicio de metanarrativa aquí es tal, que uno puede perder la noción de lo que está viendo, y puedes pensar que su primera media hora no es más que el trailer de otra cosa, y que no te han avisado en taquilla. En realidad esto ocurre durante todo el film, donde Deadpool alterna las coreografías de lucha con alusiones verbales a personajes y también personas reales, rompiendo la cuarta pared sin un solo escrúpulo, y construir un relato que ni siquiera sabemos si existe. La inclusión de Wolverine está bien llevada, haciendo una similitud muy divertida entre el personaje naturalmente cascarrabias, y las habituales luchas de ego en películas de corte comercial. La cascada verbal puede ser agotadora si se llega virgen, pero muy disfrutable si se traen los deberes aprendidos. Porque esto, por si no lo habían notado, es Marvel, esa factoría fundamentada en gente dándose hostias en mallas, y tomarse demasiado en serio algo así puede pasar de lo solemne a lo ridículo. Personalmente, sin aspavientos, me lo he pasado moderadamente bien y luego a otra cosa.

Dos gags mágicos: un Honda y las dos apariciones de Chris Evans... Ahí lo dejo.
Saludos.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El laberinto humano


 

Uno de los mayores quebraderos de cabeza que podríamos tener para no subestimarnos como espectadores pacientes, de bagaje, con las alertas siempre dispuestas al noble arte de inmiscuirnos en los entresijos de un film del que creemos saberlo todo incluso antes de empezar a verlo, consiste en negarnos la posibilidad de trasladarnos al momento preciso de su producción. Antes de quecaigamos en un círculo de pedantería, les propongo el contenido en CIRCLE OF DANGER, de Jacques Tourneur, donde no ya es que nada sea lo que parece, sino que el único sentido apalabrado en esta joya oculta de 1951 es ese equívoco continuo, en un desarrollo extrañísimo, como si clasicismo y posmodernismo maridaran sin esfuerzo, lo que habla una vez más de la maestría del cineasta parisino a la hora de desorientar al espectador más "equipado", por así decirlo. O en otras palabras: Ray Milland interpreta a un estadounidense que viaja hasta tierras británicas para esclarecer la extraña muerte de su hermano, única baja en una misión aparentemente anodina en la WWII, donde se alistó en las filas inglesas. Una vez allí, diversas pistas lo llevan desde Londres a Gales o Escocia, donde también conoce a una joven de la que queda prendado. Nada es lo que parece, ni en la historia, ni mucho menos en la estructura del film, que se va convirtiendo en una tribulación constante, donde importan tanto las sospechas en las investigaciones, llegar tarde a una cita para una cena romántica, la alergia al brezo o la inconveniencia de comprar un coche con tal de avanzar sobre una pista tan vaga como críptica. Todos los elementos parecen a contrapelo, y no se sostendrían en este audiovisual neoplástico, tan mascadito y tan temeroso de suspenderse en el vacío. Tourneur nos propuso, hace ya más de setenta años, un antithriller metamorfoseado en comedia romántica, estudio costumbrista, y finalmente observación minuciosa de las imperfecciones y desatinos de los seres humanos. Sin dar nada por sentado, sin sentar cátedra, y sólo rodando como si nos estuvieran esperando para tomar el té...
Uno se queda pensando en cómo algo tan complejo se puede hacer de manera tan sencilla.
Saludos.

martes, 29 de octubre de 2024

Una noche loca


 

El premio a mejor fotografía en Sitges lo ha recibido Giovanni Ribisi, nombre más que conocido por su faceta de actor, y que últimamente parece más centrado en su trabajo como director de fotografía. Y ciertamente uno de los puntos fuertes de STRANGE DARLING es el notable trabajo de su imagen, mucho más avanzado de lo que parecería indicar lo escueto de su producción, exprimida hasta el máximo. Conocía a J.T. Mollner por un western de esos modernos de hace unos siete años, pero no me había parecido nada del otro mundo; en este caso, hay tres puntos fuertes, e incluso notables, pero existe un intangible que, más que otra cosa, da rabia, porque esta película podría haber sido memorable. Lo primero que salta a la vista es su estructura, deliberadamente desordenada, que puede remitirnos al montaje del primer Tarantino, aunque no es gratuito, puesto que la percepción del espectador depende de este montaje de episodios aparentemente caprichoso, lo que obliga a desvelar el mínimo de información. Estupenda está también su pareja protagonista, formada por Kyle Gallner y Willa Fitzgerald, que con pocos aspavientos elevan el tono de la cinta en un crescendo de mal rollo que provoca multitud de preguntas hasta que no se van mostrando las respuestas. Por último, el motivo argumental principal es de altura, deshaciéndose de todo lo superficial y yendo a lo mollar de la oscura noche que espera a estos dos amantes ocasionales, aunque la llegada del día no va a mejorar las cosas.
¿Qué es entonces lo que me desplaza del film, y evita que esté hablando de un acontecimiento? Supongo que plantear un puzzle diabólico que siempre acaba optando por resoluciones terrenales. O dicho de otra forma: Tarantino es grande porque no sabías que "eso" se podía hacer. Con todo, es una película solvente, que mantiene el interés y se guarda un par de sorpresas de guionista inteligente, una especie que no se prodiga tanto como debería.
Saludos.

lunes, 28 de octubre de 2024

Dignidades imperfectas


 

Aparcamos este pequeño homenaje a la figura de Maggie Smith, con un título que de nuevo ha quedado en el ostracismo, pero que merece la pena recuperar, con tal de redimensionar la altura de una actriz inmensa. Smith se alzó en 1987 con el premio a mejor intérprete en los BAFTA por THE LONELY PASSION OF JUDITH HEARNE, un intenso y mordaz retrato de la feminidad acosada, enclaustrada y finalmente aplastada por un entorno que la usa y jamás la valora. El film, uno de los últimos rodados por el gran Jack Clayton, se abre con un fugaz pero elocuente flashback, que nos lleva hasta la niñez de Judith, criada por su inflexible tía, y que a la muerte de ésta ha de afrontar la vida sin saber nada de ella, atrapada entre una educación de clase intachable, pero una realidad económica muy diferente. Manteniéndose gracias a unas clases de piano, su única habilidad, llega hasta Dublín, donde se aloja en una modesta pensión, chocando frontalmente con la vigilancia de la casera e ilusionándose con el hermano de ésta, un hombre tosco pero que la embelesa con sus relatos de un New York en el que supuestamente vivió. Bob Hoskins da perfecta réplica a Smith en una película mucho más oscura y amarga de lo que parece aparentar, con unos personajes humanos ante todo, que quisieran ser mejores de lo que son, para acabar fallando en el intento. Uno de esos films de diálogos perfectos, hirientes, cuyas heridas se rastrean en el rostro de una mujer siempre a punto de quebrarse, y que no necesita más que lo único que siempre se le escapa de las manos: alguien que la quiera...
Una joya de las que nos gusta traer del olvido de tanto en tanto.
Saludos.

domingo, 27 de octubre de 2024

Rincón del freak #619: A la sombra de los cineastas en flor


 

Una de las razones más elocuentes del porqué de la longevidad de esta sección, radica fundamentalmente en el eclecticismo que la compone. Freaks y frikismo, entendidos como el gusto por lo raro, el desvío de la norma, las herramientas periféricas y los rincones olvidados de una industria que no espera a nadie; y como nosotros, otra cosa no, pero tiempo y libertad nos sobra, entendemos esta esquina dominical como solaz desprejuiciado, tanto que a veces aparecen cosas que nos sorprenden más de lo esperado. Y como uno de los temas recurrentes que más ampollas está levantando actualmente es el pastizal que ha costado el último film de Francis Ford Coppola, y el batacazo (otro más) que se ha dado en taquilla (con todos los condicionantes del audiovisual moderno), no se me ocurría nada mejor para ilustrar el gigantismo en el que caen algunos cineastas, presa de su propia y albuminada condición, que irnos hasta sus inicios, que incluían trabajos tan cloaqueros como... ¿cómo lo explicaría?... como rodar un blandiporno con señoritas cardadas en picardías y ensamblarlo con un oscuro film erotiquillo alemán ¿Que cómo se hace eso? THE BELLBOY AND THE PLAYGIRLS son los minutos que un jovencísimo Coppola rodó en 1961, con la intención de lanzar a un tal Don Kenney, como un Jerry Lewis de regional, rodeado de muchachas con menguante vestuario. Pero lo increíble es que todo el material adicional proviene de MIT EVA FING DIE SÜNDE AN, película alemana de 1958, cuyos derechos fueron directamente ignorados y saqueados. El resultado es extrañísimo, con momentos de comedia chusca, jovencitas cambiándose sujetadores y lecciones de historia con atrezzo. Primeros créditos como realizador de Coppola, y más de sesenta años de arco temporal, sólo para contextualizar qué oficio tan extraño, incomprendido y desagradecido es el cine.
Saludos.

sábado, 26 de octubre de 2024

En el espacio nadie puede oír tus gritos #7


 

Usando la frialdad analítica de los androides, que en toda la saga, pero especialmente en esta última entrega tienen un papel capital, diríamos que Ridley Scott tenía 42 años cuando filmó ALIEN, y Fede Álvarez cuatro más al estreno de ALIEN: ROMULUS. Sigamos diciendo que la primera es una película que revoluciona por completo el cine de ciencia ficción, pero también el de terror e incluso aventuras; la segunda es el power point, lujoso y efectivo, del niño que tenía un año entonces, y que actualmente puede considerarse un privilegiado por contar con amplios presupuestos para llevar a cabo sus sentidos homenajes. La consecuencia de todo esto es que la saga está agotada por expresión intensiva, que nos ha legado una secuela sobresaliente (la de Cameron), precisamente por desmarcarse del inigualable lore de Scott y O'Bannon; una ristra de tristes exploitations, que ni siquiera el propio Scott ha sido capaz de enderezar más tarde. Y ahora esto. Mimética en el diseño de producción, su impersonalidad le permite que hablemos impúdicamente de mímesis. Terrible en lo conceptual del guion, en el mundo ideal de Fede Álvarez y Rodo Sayagues no hay sitio para la gente de más de 25 años, lo que entendemos como el cansino vencimiento de las cláusulas de cuotas de espectadores, pero no es serio si tu intención es no tomar por tontos a esos "otros espectadores". No todo es malo, y la primera hora mantiene el interés, paradójicamente mientras no aparece el bicho, y es un film decentito, entretenido, como para no huir despavorido. En cierto momento, Álvarez decide que la genuflexión ha terminado y se pone a hacer una cosa que no sabe: crear. La segunda parte de ROMULUS es otra copia, pero esta vez a ALIENS; un multipistas interminable de carreras, disparos y suspensión alcalina de la incredulidad, hasta desembocar en un desenlace directamente bromista, porque el uruguayo hace lo que nadie: homenajear a Jeunet... Entre tanto homenaje (esto parece un blowjob cinéfilo), les resumo con la advertencia de que sean muy condescendientes y cero exigentes, sólo así pueden disfrutar de una película que ostenta esta contradicción: "Está mal hecha y bien hecha"...
Por favor, dejen en paz a la gallina...
Saludos.

viernes, 25 de octubre de 2024

Despoliticemos las correcciones


 

A vueltas con lo de Sitges, no son pocos los títulos que, más o menos intencionadamente, me van surgiendo de ediciones pretéritas. Un ejemplo, BLOODLINE, que se pudo ver hace cinco años, y en la que se le daba una supuestamente original vuelta de tuerca al subgénero de los asesinos en serie, mostrándonos a uno que mantiene una doble vida de lo más curiosa. Trabaja como asistente psicológico en un instituto, para alumnos con ambientes familiares problemáticos; en su casa le esperan su mujer, su madre y el bebé que acaban de tener. Como no hay ningún secreto que desvelar, efectivamente, este esposo y padre ejemplar es un despiadado asesino, que eventualmente da rienda a su macabro instinto. Por un lado, tenemos una película modesta, de pocos recursos, que fía su potencial a los continuos giros y al carrusel de situaciones al límite, derivadas de la dificultad de mantener esas dos vidas tan opuestas. Por el otro, estaría una decepcionante resolución, que ata demasiados cabos con excesiva premura, y que hubiese tenido más impacto, por ejemplo, en una miniserie, pero en un film tan funcional como éste no permite que el montante permanezca en nuestra retina ¿Es recomendable? Bueno, sirve para distraerse una hora y media sin muchos remordimientos. Prácticamente como su protagonista...
Saludos.

jueves, 24 de octubre de 2024

La importancia


 
La importancia está en los pequeños detalles, los que son capaces de labrar historias imposibles, explicar la escurridiza humanidad saltándose las convenciones, dejando el relato para lo único que sirve. Me he encontrado pocas películas que expliquen esto mejor que LE VIEIL HOMME ET L'ENFANT, la maravillosa película con la que Claude Berri se estrenó en la dirección allá por 1967, en la que un inmenso Michel Simon interpretaba un personaje, Pepe, que hoy día sería un antagonista, y aquí es capaz de sacudir los corazones con una verdad y una humanidad que traspasa la pantalla, para llevarnos directamente a la patria de nuestras infancias. Este hombre, viejo patriota y soldado, que sigue los bombardeos en una radio llena de interferencias, junto a un perro aún más viejo que él, y una mujer empeñada en cocinar sus conejos, recibe con los brazos abiertos a un chiquillo, al que sus padres envían desesperados por lo incierto de su suerte. Haciendo del abuelo que no es, Pepe va a darle los momentos más felices a este niño, enseñándole los valores de la vida sencilla sin tabúes, sentimentalismos ni subterfugios ¿Pero qué sería de Pepe si se enterara de que este niño es realmente judío? De eso se encarga el prodigioso guion del propio Berri, presumiblemente autobiográfico, mostrándonos las enseñanzas de un hombre al final de su vida, pero al que la naturalidad de un niño desarma de todas sus ideas preconcebidas; esas ideas que no sirven más que para separarnos, o peor, para ni siquiera intentemos entendernos. 
80 minutos de los de no cerrar la boca ni parpadear.
Obra maestra absoluta.
Saludos.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Otro lavado de cara


 

Siendo muy breve, como creo que no hay otra forma de ser con este tipo de productos, la plataforma MAX ha auspiciado una nueva adaptación de la primera novela de Stephen King. El resultado es claro: nada de acontecimiento insuperable, pero tampoco el desastre infumable del que se está hablando. Esta SALEM'S LOT es un telefilm de los de ahora, sin el aroma a "cosa especial" que destilaba la (en mi opinión, notable) miniserie de Tobe Hooper; uno de esos números de catálogo, de formas correctas y guiños medidos, que llegan con suavidad a generaciones menos entrenadas, y al menos no escandalizan a las restantes. Es como coger lo ya hecho, darle una pátina de meneo digital y tirar hacia delante, sabiendo que no hay nada que contar que no se supiese ya, a no ser que no se sepa, que es otro cantar. Por eso hago hincapié en que me parece una buena entrada al "universo King" para espectadores jóvenes, que se encontrarán aquí un "telefilm" de formas actuales, pero que proviene de otros tiempos, que por no ser pretéritos habrían de sr mejores.
Se puede ver, y no es poco.
Saludos.

martes, 22 de octubre de 2024

Descenso y filtración de una pobre diabla


 

Acabó Sitges, reseñemos Sitges, empecemos este año por lo gordo, nada nos lo impide. La ganadora ha sido DES TEUFELS BAD, del ya consolidado tándem Franz/Fiala, y que nos sirve para considerar este certamen como el reverso inquietante del pasado; en absoluto por este film, que pasa de puntillas por una especie de folk horror que en realidad sirve como excusa para apuntalar un tristísimo acotamiento a una mente incapaz de soportar su propia deriva existencial. Esto hoy día tiene psicoanalistas, pastillas de esas y terapias chorras, pero en mil setecientos y pico, en un entorno rural y apartado, era otra cosa más soterrada y pendiente de las veleidades de la resignación y el arrepentimiento como único asidero para un día a día toscamente inamovible. No esperen encontrar aquí un film de terror al uso, aunque su premisa es terrible, y mira directamente a esa angustia existencial que destilaba Bergman desde, por ejemplo, LOS COMULGANTES, que sí me parece la influencia más directa para descifrar este desesperanzado estudio sobre la depresión, la incomprensión y la incapacidad que los entornos cerrados ofrecen para un mínimo desarrollo sensorial, a menos que se acepten los sacrificios diarios como parte de la vida misma. 
No me parece una grandísima película, y su tono puede dejar frío a espectadores con pocas expectativas intelectuales, pero sí creo que es un camino acertado para unos cineastas que se resisten a ser encasillados en un género.
Saludos.

lunes, 21 de octubre de 2024

Gente corriente


Película extraña, "películas" más bien, en ese corpus episódico, inconexo, que hace perder el hilo de lo que creo que era la intención de Neil Simon a la hora de concebir CALIFORNIA SUITE, que tiene mucho de las típicas películas de historias cruzadas, pero no lo utiliza. El único nexo es, efectivamente, la llegada a California de varias personas, cada uno por distintos motivos, pero nada los une ni concilia, ni siquiera el tono empleado por Herbert Ross, que se destapa como un director todoterreno. Por ejemplo, la historia protagonizada por Alan Alda y Jane Fonda, en la que ella viene desde New York para discutir la custodia de su hija adolescente, lo que da pie a unos diálogos hirientes, pero que dejan entrever el cariño que alguna vez se tuvieron. Menos fortuna tienen los cuñados interpretados por Bill Cosby y Richard Pryor, con sus respectivas mujeres llegan desde Chicago, en una comedieta física que quiere apoyarse en los hermanos Marx, pero es bastante ridícula. Tampoco tiene mucho sentido el segmento de Walter Matthau, a la que su díscolo hermano le paga una prostituta el día antes de que llegue su mujer desde Philadelphia, para asistir al Bar Mitzvah de su sobrino. Todo ello palidece ante el magisterio interpretativo de Michael Caine y Maggie Smith, sobrevolando esta película desde un nivel inalcanzable. Seguramente esté entre lo mejor que ha escrito Simon, aunque uno no pueda concebir esta maravilla de texto con otros actores. Ella es una prestigiosa actriz inglesa, curtida en teatro clásico y con una filmografía respetada pero sin brillo internacional, y que curiosamente va a ser nominada al oscar por haber aceptado un papel en una cinta comercial y un poco tontuela, lo que unido a sus insalvables inseguridades la sume en un estado entre la depresión y el sarcasmo, que utiliza contra su marido, un anticuario que acepta el rol de segundón a su lado, y del que puede que algún rumor malintencionado no vaya desencaminado del todo. Smith y Caine están majestuosos, y no deja de ser curioso que ella ganara su segundo oscar con un personaje que cuestiona permanentemente un certamen que sólo vemos de soslayo, pero del que se extrae con precisión su carácter de "trastienda de los sueños". En mi opinión, ahí estaba la película, y no hacía falta casi nada más.
Saludos.

domingo, 20 de octubre de 2024

Rincón del freak #618: Viólame sin que se note


LESLIE, MY NAME IS EVIL es una película que parte de una idea interesante, pero está tan mal contada, interpretada y ejecutada, que parece una especie de broma privada para gastarle a Tarantino justo antes de reinventar todo el mito de Charles Manson. Esto va de eso, del juicio a Manson y su séquito de jóvenes asesinas, mientras hay un intento de construir al personaje central, esta Leslie devenida en Lulu, al tiempo que nos presentan a un joven integrante del jurado, atrapado en una familia ultraconservadora y una novia que trasciende la beatitud, y que cae rendido ante las provocaciones de estas acusadas. La película, insisto, es una de esas producciones de muy bajo perfil, que sin embargo en Canadá se suelen tomar en serio, poniendo en manos de profesionales solventes presupuestos reducidos. Reginald Harkema demuestra que lo suyo no es la dirección, porque brilló como guionista en la estupenda HARD CORE LOGO, pero aquí es incapaz de superar un cartón piedra vergonzoso, otorgando cartas de solemnidad a esos modestos telefilms de hace cuarenta o cincuenta años, donde hablar de "pequeño celuloide" se hace imprescindible y hasta necesario. No hay más que echar un vistazo al actor elegido para hacer de Manson, porque abrir mucho los ojos no es suficiente...
Terrible.
Saludos.

sábado, 19 de octubre de 2024

Triple H de garrafón


 

Nada me ha impedido indagar en el extraño ínterin televisivo de la mítica productora Hammer, descubriendo otra miniserie de episodios autoconclusivos allá por 1984. Desgraiadamente, los trece episodios de HAMMER HOUSE OF MYSTERY AND SUSPENSE, pese a su lujoso envoltorio de pequeños telefilms de casi hora y media, no va más allá de un endeble pastiche de la serie original, más comprometida con los cánones que hicieron de la Hammer puntera en el cine de culto. Extraño, porque la nómina de directores estaba compuesta por nombres insignes de la productora, además de contar con actores y actrices de renombre. El problema está en unos guionistas que se dedican a sestear, mientras acribillan clásicos de todas las épocas, apenas barnizando las sospechas con los consabidos aliños de la época, confiando en ofrecer un producto ultramoderno, pero que el tiempo ha revelado como prematuramente antiguo. Hay algún episodio notable, como el penúltimo, en el que una familia se despierta descubriendo que toda su casa está rodeada de un extraño e impenetrable material, lo que me recordó algún cuento de Matheson y un film francés muy reciente que se presentó en Sitges. Es la excepción, y entre los caganchos tenemos a un estupefacto Dirk Benedict, que intenta en vano demostrar que podía ser un actor solvente más allá del "Equipo A", o un último capítulo que mezclaba tenis y pilotos de combate... A ver, si son nostálgicos y coleccionistas, existe una edición en DVD, un poco cara, pero con buena calidad; el resto, absténgase...
Saludos.

viernes, 18 de octubre de 2024

Los diálogos hormonales


 

Para evitar toda la mierda de los discursos únicos, toda vez ya has colonizado con tu propaganda cualquier espacio recreativo-artístico, no es mala idea hacer todo lo posible para salir de los corchetes de la corrección, los tubulares pasillos de la cuota autoimpuesta. THE WASP "va de lista" en lugar de ser inteligente. Un escenario único que ni siquiera lo es; una premisa descabellada que deja expedito el camino para el anhelado supergiro; un tour de force entre dos buenas actrices, que queda en un Estudio 1 un pelín mejor planteado, pero que se abandona en sus propias y acartonadas ambiciones. Ni thriller psicológico, ni terror cotidiano, y ni mucho menos un artefacto implosivo y autoconsciente de sus detonaciones controladas. Ni más ni menos que un telefilm que propone gratuitamente demasiados nudos, sólo para que veamos la incapacidad del director y el guionista (ambos dos) para deshacerlos. Un batiburrillo que mezcla fantasmas del pasado, traumas inmanentes y simbolismos de primero de simbología. Natalie Dormer y Naomie Harris hubiesen merecido un producto a la altura de sus interpretaciones, que llegan a sobreponerse al disloque general, pero no son suficientes para aprobar una película destinada a navegar hacia el ostracismo.
Saludos.

jueves, 17 de octubre de 2024

En cualquier sitio un pesebre


 

De nuevo me encuentro con una recomendación que deriva en agradable sorpresa. WHISTLE DOWN THE WIND es una película que fue tremendamente popular allá por los primeros sesenta, gracias al carisma de su joven protagonista, una quinceañera Hayley Mills (de quien hablamos no hace mucho), así como del controvertido mensaje que lanza, y que la sitúa en un lugar menos confortable de lo que cabría esperar de un supuesto film de aventuras infantiles. En una granja del norte de Inglaterra, la joven Kathy descubre a un extraño en su pajar, que antes de desmayarse por la herida que arrastra sólo acierta a decir "Jesucristo", lo que enciende la descabellada idea de que tamaño personaje se ha corporeizado allí mismo. Realmente, el extraño (Alan Bates) es un fugitivo, nada menos que buscado por asesinato, pero Kathy, junto a sus dos hermanos, alimenta el rumor, que crece y dispara la curiosidad de los niños, pero también estrecha el cerco de la policía. Es un muy buen film, cuya idea argumental parece insuficiente para sostener todo el metraje, pero que va creciendo al mismo tiempo que la fábula se va tornando en dolorosa realidad, lanzando la venenosa invectiva de si ese en principio buenista discurso cristiano del "amarás a tu prójimo", no admitiría medias tintas cuando lo que nos rodea no es más que el mundo real.
Nuevamente, magnífica recomendación.
Saludos.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Povidona yodada, ¿gustan?


 

Pocas películas son tan sencillas de resumir como SPEAK NO EVIL, el incomprensible, innecesario y atontolinado remake del film danés de hace un par de años. En realidad ya lo acabo de resumir, lo que unido a la particularidad de que su estructura no permita adlantar casi nada de su argumento, pues es que ya estaríamos. Añadiré (por ser generosos, y porque me siento con ganas de escribir) que es habitual encontrarse con la desidia de Hollywood para construir historias propias, pero jamás cambia la dulcificación de la propuesta, que embriona aquí una curiosa analogía, tratando a la familia americana de directamente imbécil, para redimirla justo en el momento crucial. Y adivinen qué... Efectivamente, la película es otra. Y es muy muy curioso, porque lo único que me mosqueó del film original era esa reducción al absurdo inconcebible de su resolución, pero claro, vista esta pequeñez buenista, aquello cobra todo su sentido. O mejor dicho: ¿podemos (debemos) considerar al cine comercial americano como esa familia de aspirantes a esnobs, que fingen cada temporada poder y saber codearse con esos tipos políticamente incorrectos, que sí saben divertirse a lo grande?
No pierdan el tiempo, que jodan al osito de peluche...
Saludos.

martes, 15 de octubre de 2024

Sigan al líder


 

Es extraño encontrarse con un film como THE PRIME OF MISS JEAN BRODIE, tan olvidado, arrinconado casi, cuando mantiene intacta toda la fuerza de su endiablado y complejo discurso. Cierto que tuvo una distribución pésima, lo que ni siquiera fue obstáculo para la avalancha de nominaciones que obtuvo, culminando con el encumbramiento definitivo de Maggie Smith, ganadora en los BAFTA, pero sobre todo en los oscar, donde prácticamente acudía (es un decir, porque ni siquiera estuvo en la ceremonia) como invitada de piedra. Su reconocimiento no admite dudas, y Smith compone un personaje inasible, repleto de fuerza y debilidad, luminosa y oscura al tiempo, una mujer que no tendría cabida en la hipocresía actual, pero tampoco en la conservadora Edimburgo de los años 30, donde imparte clases en una conservadora escuela de señoritas, con la esperanza de que sus ideas liberales calen en sus alumnas. Contar en pocas líneas la complejidad de este personaje es tarea imposible, pero estamos ante una mujer resplandeciente, que no teme a su soltería, mientras pone a los hombres a sus pies y desafía el puritanismo de una directora que mueve cielo y tierra para expulsarla. El problema es que sus ideales, arcáicos, rozando la fantasía heróica, incluyen el panegírico desmesurado hacia dictadores como Mussolini o Franco, a los que retrata como "hombres de acción". El film tiene un mordaz e inteligente guion de Jay Presson Allen, que conecta magníficamente con la novela de la escritora escocesa Muriel Spark, componiendo una película rabiosamente moderna, incluso provocadora, y que necesita más de un visionado para captar sus capas de significado y sus feroces y desafiantes contradicciones morales. El trabajo de Smith sublima lo impecable, convirtiendo la afectación en naturalidad, en un terreno vedado para privilegiados de la interpretación.
Impresionane película.
Saludos.

lunes, 14 de octubre de 2024

Donde se oculta la leyenda


 

Para cerrar este pequeño repaso a títulos recientes del western, me he acordado de una recomendación que me hicieron hace ya algún tiempo, y que reconozco que me había pasado totalmente desapercibida. OLD HENRY consigue eso tan difícil de ser original, apenas aferrándose a una sola idea, manteniéndola convenientemente oculta hasta llegar a un clímax, que no por esperado es menos efectivo y sorprendente. Con una maravillosa interpretación a cargo de Tim Blake Nelson, uno de esos actores de físico difícil pero enorme talento, volvemos a la figura de ese hombre taciturno, retirado voluntariamente del mundanal ruido, que se ocupa de una apartada granja junto a su hijo. La llegada de un extraño, gravemente herido, desencadena un dilema imposible de resolver, y que pone a prueba a este hombre, que debe elegir entre su propia supervivencia o enfrentarse a los perseguidores del visitante, descubriendo poco a poco una verdad más extraña de lo que suponía. No queda aquí el argumento, que aún se permite un último e impactante giro, que es el gran hallazgo de la esta película de maneras modestas pero cuidada factura. Una de esas sorpresas que surgen inesperadamente, y que mantienen viva nuestra fe en la construcción de guiones sin añadidos innecesarios, al viejo estilo que el film parece invocar en cada escena.
Sin ser notable, es un muy buen western contemporáneo, y no es poco.
Saludos.

domingo, 13 de octubre de 2024

Rincón del freak #617: Las bondades del cartón piedra


 

Por mantener esta semana con cierta coherencia incluso en domingo, acordémonos de cuando Mel Brooks sublimó la cosa esta del spoof con un western en el que un tipo llamado Heldy Lamarr quiere hacer pasar un ferrocarril por un pueblo, y para desalojarlo no se le ocurre otra cosa que nombrar sheriff a uno de los trabajadores negros, con la desgracia de que el tipo es más listo de lo que piensa, y junto a un pistolero borracho acabará por arruinar sus planes. BLAZING SADDLES ha pasado a la historia, más que por sus bondades cinematográficas, por pasarse por el arco del triunfo toda la mitología del género, para terminar haciendo lo que más le gustaba, un vodevil repleto de números musicales, chistes absurdos y un apoteosis final que derriba la cuarta pared, la quinta y la sexta. Vista hoy, creo que tiene menos gracia que hace unos años, y algunos de sus chistes han envejecido regular, pero también es justo reconocer que Brooks ha sido uno de los comediantes más irreverentes de todo Hollywood, y en sus películas se salvaba poca gente. Verla hoy necesita un poco de indulgencia y relajo moral, pero no es menos cierto que es otra de esas películas que te salva una tarde aburrida con muy poco esfuerzo, y por eso mismo la recomendamos...
Saludos.

sábado, 12 de octubre de 2024

Los escapistas


 

Se acaba de estrenar THE THICKET, un western extraño y como queriendo evadirse de todas las mitologías y correspondencias del género, pero que aun así es capaz de erigir algunas ideas interesantes, que la dejan como un curioso ejercicio de renovación del mismo. Siete años han pasado desde el último largometraje dirigido por Elliott Lester, que presenta aquí la típica historia de venganza, partiendo del rapto de una joven por una cruel y sanguinaria forajida (una brutal Juliette Lewis, que es lo mejor del film), y la desesperada búsqueda emprendida por su hermano, que recluta por el camino a un improbable pistolero, interpretado por Peter Dinklage, demostrando otra vez que es un actor tremendo. Hay pequeños detalles diseminados, como la aparición de vehículos motorizados, que nos ubican en un mundo ya agonizante, o la valentía a la hora de plantear una violencia cruda, sin guardarse mucho. Por el contrario, la película se nota renqueante en el ritmo, con problemas de continuidad de guion, o el desequilibrio a la hora de priorizar algunos roles.
Ahora bien, ver a esta temible y renacida Juliette Lewis pateando a James Hetfield... Preciosa alegoría, claro que sí...
Saludos.

viernes, 11 de octubre de 2024

La carta de amor


 

La carta de amor no debe ser sentimentalista, pero tampoco ha de eludir los sentimientos. Nada mejor para ubicar el destartalado gigantismo de HORIZON que repescar sin solución de continuidad OPEN RANGE, o la auténtica reivindicación de Kevin Costner como el gran director de westerns que es, sin medias tintas. Película grande y pequeña al mismo tiempo, concebida a modo de embudo, con un inicio de babita caída, con un primerizo James Muro fotografiando unas panorámicas celestiales, hidromiel para una pantalla grande, y con una presentación de personajes ejemplar, deudora de los maestros en esto de la concisión, y que se aprovecha (cómo no hacerlo) del estado de gracia de una pareja protagonista impresionante, formada por el propio Costner en uno de sus personajes más complejos y completos, y un colosal Robert Duvall, por mucho que el hijo de perra nos malacostumbrara a sus clases magistrales de interpretación. Es una historia simple, incluso parca en detalles, pero que sabe qué cuerda tocar en cada momento, y que nos lleva en volandas de esos "campos abiertos" hasta el pueblo donde el cacique de turno les hará la vida imposible por motivos que parecen atávicos, mostrando el sesgo cuasi mitológico que todo western debe al menos aspirar a tener. Sin contar casi nada (y es mejor así), sólo rubrico con el detalle de que uno de los mejores tiroteos de todos los tiempos (y juro que no estoy exagerando) ha de necesitar nada menos que una hora y cuarenta y cinco minutos previos sin que se malgaste una sola bala. Es sacarse la chorra o elaborar un sentido homenaje a esos clásicos, cuyos creadores manejaban la contención con mano maestra, para culminar en un estallido, siempre rabioso, y bello, y con el cuadro de la dignidad colgando muy al fondo...
Le falta un nosequé para ser una obra maestra.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!