lunes, 3 de febrero de 2025

¡Que vienen los ingleses!


 

Curiosa película GET AWAY, que se pudo ver en Sitges, por su mezcla impúdica de géneros y referencias, que explosionan como una pistola trucada, justo al revés de lo que se espera, con resultados cuanto menos controvertidos. Ya su guionista (y también protagonista), Nick Frost, nos da una idea de por dónde puede ir esta especie de comedia de terror, que juega a ser el reverso jocoso de MIDSOMMAR o EL HOMBRE DE MIMBRE, aunque su elevado nivel de sátira la emparenta con la celebérrima "trilogía del Cornetto", que protagonizó junto a Simon Pegg. Mucho de todo esto hay en la llegada de una insoportable familia británica a un remoto pueblo sueco, donde llegan para desconectar del mundanal ruido, y se toparán con la hostilidad de los lugareños, que para colmo se encuentran preparando la festividad local, que recrea precisamente la matanza de ingleses que liberó tiempo atrás a sus antepasados. El tono general, descaradamente bufo, exige olvidarse de convenciones y exactitudes, y abandonarse a sus golpes de gore y diálogos afilados. Al no haber término medio, la película se resiente y no termina de alcanzar sus pretensiones de "comedia inteligente", excepto en algunos gags que Frost deja caer sutilmente, por ejemplo en el giro final, que logra camuflar con habilidad.
Entretenida.
Saludos.

domingo, 2 de febrero de 2025

Rincón del freak #633: Ventanas insurgentes


 

Hay películas a las que notas que les falta "algo", lo que las deja a mitad de camino de casi todo, y en el peor de los casos, sabiendo que la idea era buena pero no la ejecución. RESURRECTED es una pequeñez que va a pasar desapercibida por varios motivos. El fundamental es dejar en anécdota una premisa argumental tan potente como que el Vaticano ha iniciado una conspiración mundial, tras lograr el "gran milagro": reclutar un ejército de resucitados. El gran problema es que hay tan poco presupuesto aquí, que han tenido que utilizar un recurso que parece ingenioso, pero que es muy cutre. La totalidad del metraje está compuesto de llamadas online, por lo que la interactuación entre los personajes nunca es directa, con los consiguientes problemas de montaje y coherencia narrativa. El arranque es directamente un cachondeo, con el enésimo accidente de tráfico absurdo (debería hacer un monográfico sobre eso), en el que un tipo pierde a su hijo, para que en diez minutos el niño sea resucitado y él ordenado sacerdote. Terrible, pero hacia la mitad se desata el thriller conspiranoico y la película ofrece un poco de intriga, con la inclusión de hackers, agentes del FBI y obispos paranoides. Luego vemos una misa en power point de 1997 y volvemos a la cruda realidad. Aunque la pregunta es otra: ¿Por qué no se ve en ningún momento ese ultrasecreto método para resucitar gente?...
La falta de presupuesto lo aguanta todo.
Son casi dos horas, no la vean.
Saludos.

sábado, 1 de febrero de 2025

Sobre dictadores y playas


 
En un debate reciente, tan acalorado como vano, mi reticencia a reconocer los supuestos valores de cierta cinta, en la que un padre convierte el encierro en un campo de concentración nada menos que en una comedia infantil, me acordé de un film notablemente superior, pero del que nadie ha hablado en los diez años que han pasado de su estreno. El director iraní Mohsen Makhmalbaf, perseguido y represaliado por el régimen de su país, se vio obligado a encontrar la manera de seguir rodando fuera de sus fronteras, lo que plasmó (represión y película) en THE PRESIDENT, donde narraba la odisea de un dictadorzuelo y su nieto, perseguidos tras el súbito triunfo de la revolución, para lo que el sátrapa se ve obligado a hacer creer al chaval que están actuando en una comedia, donde se hacen pasar por campesinos en busca del mar. Al contrario que Benigni, aquí no se omite un detalle por escabroso que sea, logrando hacernos partícipes de la mirada inocente del niño, que asiste atónito al derrumbamiento de una sociedad a la que realmente nunca había visto fuera de las murallas del palacio. Makhmalbaf no juzga, ni defiende, ni toma partido, sino que nos convierte en acompañantes improvisados, y que veamos de primera mano cómo las dictaduras corroen a los países que primero miran hacia otro lado, y después piden venganza, con la misma facilidad para cambiar de chaqueta que el protagonista de esta película imprescindible y corrosiva, uno de esos títulos icógnitos que, claro, nunca ganarían un oscar, pero nos dan la medida de tiempos que unos nos hacen creer que no volverán, cuando deberíamos saber que podríamos estar en preámbulos a punto de estallarnos en la cara. La secuencia final, terrible, desafía los estándares de buenismo que desgraciadamente asola nuestra propia y cegata sociedad de desvíos y entretenimientos.
No apta para conciencias culpables.
Saludos.

viernes, 31 de enero de 2025

Películas para desengancharse #129


 

¿Cuántos guionistas hacen falta para un diálogo medianamente decente? Por lo visto, muchos para hilar tramas sobadísimas y lucirse con una colección de parlamentos tiernamente sincopados. A este mal endémico, propongo un curso continuado de cine clásico, por la cosa de que se entienda lo que se cuenta, como para no enrojecer con montajes que intentan camuflar lo que no es más que relleno para sesteos. Lo peor es que se justifican dos, tres, cuatro e incluso más guionistas, sin que yo sepa darle una explicación adecuada a tamaño objeto no identificado. Contada por encima, THE PHILADELPHIA STORY es una bobada para pijos y casamenteras; como mecanismo cinematográfico, es una obra maestra descomunal acerca de cómo se construye y ejecuta un guion. La pobre Tracy Lord, ya metida en la treintena, tras reponerse de su divorcio con C.K. Dexter Haven, un bon vivant misógino y alcohólico, anuncia que vuelve a casrse con el intachable y acaudalado George Kittredge, pero tan magno evento salta por los aires cuando hacen acto de presencia dos periodistas, en realidad introducidos a conciencia por el propio Haven por razones no del todo claras, pero que sirven para hilar un guion tan perfecto que se nutre del relato frívolo de la estomagante clase alta de Filadelfia para deshojar un retablo de caracteres, a cual más retorcido e interesado. No sería lo mismo con un trío protagonista literalmente irrepetible, pues no volvieron a coincidir Cary Grant, Katharine Hepburn y James Stewart (este último, ganador de la estatuilla), que están en estado de gracia bajo la batuta de un George Cukor sentando cátedra sobre cómo elevar la comedia sofisticada hasta sus cotas más altas. 
No sé cuántos guionistas actuales harían falta para poner en pie una copia barata de este monumento del séptimo arte, pero no tienen más que echarle un vistazo para desengancharse de la homogeneidad impuesta por algoritmos fríamente calculados para que nuestros puntos de vista no tengan colisión posible con su contemporaneidad. Me basta ese argumento, pero hay muchos más en esta obra maestra absoluta e intemporal.
Saludos.

jueves, 30 de enero de 2025

Un guiso desespeciado


Veo dos problemas muy obvios en una serie como DUNE: PROPHECY. Por un lado, la absoluta desconexión de las películas dirigidas por Villeneuve, con una historia situada nada menos que diez mil años antes, que le da un sospechoso aire de "aprovechemos la ola", en una oferta de plataformas sobresaturada. Por otro, su guion es naturalmente formulaico, sin un solo distintivo que nos diga que su trama no podría estar en cualquier otro drama por episodios. No es, por tanto, el gran acontecimiento que esperaban los fans de una saga cuya compleja estructura permite escasas florituras o licencias. Si nos atenemos a su calidad como serie en sí, no es ningún horror de producción, los actores son solventes (con mención especial para Emily Watson y Olivia Williams), aunque la excesiva duración de sus ocho capítulos no ayuda a agilizar un desarrollo que se torna predecible y un pelín aburrido ¿De verdad queríamos saber el origen de las Bene Gesserit? Puede que sí, pero si no existiese este dossier de notas a pie de página tampoco lo echaríamos de menos.
Incluso los incondicionales tienen reticencias para defenderla.
Saludos.

miércoles, 29 de enero de 2025

Patria acrónima


 

Me solía gustar Derek Jarman. Su estilo suicida, confirmando la dificultad del discurso punk con evocaciones cultistas. El resultado, fascinante pero al borde de lo pedante; los enemigos aplaudiendo, los amigos cada vez más lejanos. Jarman fue un incomprendido autoconsciente, ingenuo y, por tanto, audaz. Un criminal en la corte de los bufones con piel de sapo; un chico emergido de los Ruislip, que amaba y odiaba con la misma cortesía que ahora nos obliga a invocarlo por exégesis plenipotenciaria. Por ejemplo, THE LAST OF ENGLAND, que ha quedado como un ruidoso palimsesto anarcobrero, que se cerraba con una jovencísima Tilda Swinton casándose con el príncipe Rustless y exudando su feminidad ideal en las fogatas que, llamativamente, Jarman reservaba para mendigos desnudos y bulímicos de col cruda. El amigo americano jodiendo a los dragones ebrios de IRA, y la Union Jack como telar improvisado de un último festín, molesto por las luces del nuevo día. Bengalas, chatarra, nada y tambores de guerra, o ciudades ardiendo por la gracia del fotograma anecdótico. La conclusión: Jarman es mejor cuanto más vacío se muestra.
Saludos.

martes, 28 de enero de 2025

Supertrump


 

Veamos THE APPRENTICE en sus dos vertientes claramente expuestas. Por un lado, el retrato casi bufonesco de Trump; su ascenso a hombros de un tipo inmoral y pagado de sí mismo como Roy Cohn, que bien podría ser la forja de un tipo con una ambición inversamente proporcional a sus escrúpulos. Por el otro, habría sido más interesante hurgar en las muchas heridas abiertas. La psicopatía indisimulada, la misantropía por encima incluso del machismo o el clasismo; porque había un relato de terror nauseabundo en esa sinfonía de despachos, apretones de manos y pinzas en la nariz. Trump es a día de hoy, y por segunda vez, presidente de Yanquilandia, lo que podría ser un reflejo (todo lo deformado que quieran, pero reflejo) de la sociedad que lo ha votado. La herida infligida por Ali Abbasi, al que se le nota incómodo navegando por fórmulas encorsetadas, es mínima, y tanto hubiera dado haber ido hacia una ficción, posiblemente encubierta, pero más corrosiva. De hecho, ni siquiera funciona en lo formal, gastando toda la munición de gags anaeróbicos en lemas y mantras, que acaban por agotar al más pintado, mientras que la selección musical es tan obvia que parece una playlist preparada por un algoritmo de Spotify ¿Por qué no es un desastre? Por algunos destellos, no muchos, a cargo de Sebastian Stan y Jeremy Strong, cuyas dentelladas visuales y verbales tendrían que haber copado todo el metraje de una cinta que no es tan grande como debería. Quizá su protagonista no es tan grande como él cree, quién sabe...
Saludos.

lunes, 27 de enero de 2025

Guau


 

NIGHTBITCH es una película en la que Amy Adams se convierte poco a poco en una perra. No lo tomen peyorativamente, porque la premisa de esta película es fundamentalmente esa; bueno, también va de lo estresada que está por tener que cuidar de su hijo; y también de lo decepcionada y vacía que se siente al haber tenido que renunciar a su carrera artística. También aprovecha para burlarse de la figura masculina, aquí reducida a un estereotipo que parece salido de The Simpsons, pero sin un gramo de sorna. El resultado es una película que se despeña por las laderas de las buenas intenciones, convirtiendo su excusa de relato fantástico en una anécdota con un trazo grueso e indefendible. Y aun así, tiene una mijita de entretenimiento si se le perdona el pijerío y se queda uno con una magnífica actriz, esforzándose por mantener un mínimo de dignidad en un producto directamente olvidable, y que me pregunto qué función tenía progamarla en Sitges.
Saludos.

domingo, 26 de enero de 2025

Rincón del freak #632: Pescados, tacones y limusinas


 

Una de las primordiales ventajas de esto de internet es, como su propio nombre indica, la red que supone, tanto para ganancia de pescadores como para inusitado bazar de sorpresas enquistadas en otros tiempos, donde explorar era un trabajo desagradecido. Para los más curiosos, YouTube es una joya para desempolvar a artistas pertenecientes a esferas exclusivas, lo que viene a significar distribuciones directamente arcaicas. Por una casualidad que definiría de uno entre un millón, me topé con PENTIMENTO, único largometraje (donde se prodigó fue en el formato corto) del holandés Frans Zwartjes, verdadero hombre del renacimiento, que fue autor de una importante obra en pintura, fotografía, música, literatura y también un cine de corte radicalmente experimental. Con obsesiones insoslayables por el sexo y la violencia más explícita, este film se alinea claramente con el Pasolini de SALÓ, aunque sin alcanzar la calidad cinematográfica de aquélla. 75 minutos en los que se repiten motivos como el cuerpo femenino expuesto en su totalidad, los banquetes pantagruélicos, o unas torturas físicas que la ausencia de diálogos tornan imposibles de contextualizar. Como si de un surrealista embrutecido se tratara, la alternancia entre palacios decadentes y fábricas abandonadas, sonidos de animales o señores orientales que pasaban por allí, dejan este extrañísimo film en una curiosidad mejor filmada de lo que cabría esperar, pero que sólo recomendaría a paladares acostumbrados a los sabores más ácidos.
En el Tubo está.
Saludos.

sábado, 25 de enero de 2025

Ciudadanos del universo


 

La cuestión con una serie como THE EXPANSE me parece meridianamente clara, tanto para lo bueno como para lo malo, al menos para alguien tan poco dado a estos mamotretos, que prometen toneladas de relleno entre dispersos chispazos de ingenio. Es así, porque como historia a seguir THE EXPANSE es una especie de cruce imposible entre Star Trek, Star Wars (con guiños a Blade Runner en su comienzo) y una infinidad de otras luminarias del sci-fi vertiente "exploradores de las galaxias". Por ser breve (algo que brilla por su ausencia en seis temporadas que se eternizan), es encomiable el esfuerzo por implementar un argumentario extraordinariamente complejo en un aparataje técnico apabullante para una serie, al tiempo que no desdeña una acción que incluso se agradece entre tanta conspiración intergaláctica entre terrícolas, marcianos y cinturonianos, término éste que se recomienda aprehender en su totalidad para no perderse en una trama que se dispara en múltiples direcciones. Hablamos de colonizadores, explotaciones de recursos, déspotas implacables, alianzas imposibles y, en mitad de todo, la Rocinante y su tripulación. No podíamos obviar un término tan cercano a nosotros, así como lo que un anodino carguero termina suponiendo para restablecer un equilibrio constantemente amenazado, con un uso de la épica menos exagerado de lo que cabría esperar, lo que la acerca a una ciencia ficción más adulta, efectivamente, con Dune reverberando en sus imágenes más conseguidas, casi todas en una maraña de pantallas holográficas, que son su seña de identidad. El problema, al menos para mí, es lograr escalar lo que considero una montaña innecesariamente elevada. La proeza me ha llevado varios meses y una paciencia que no creía poseer. Cosas que pasan, ni más ni menos...
Sólo se la recomendaría a gente que se aburra viendo cine.
Saludos.

viernes, 24 de enero de 2025

Películas para desengancharse #128


 

El lumínico de una diapositiva se tiñe con una gota de sangre, que se extiende borrando la imagen original. Un niño con un impermeable rojo cae a un estanque y se ahoga. Él, ella, ambos, que se muestran despreocupados, luego desgarrados, más tarde intentando recomponer los pedazos, finalmente buscándose sin encontrarse en una Venecia mohosa, de lutos otras seriedades menos justificadas. La tarea de Nicolas Roeg en DON'T LOOK NOW, lo que la ha elevado a un culto que ofrece nulas respuestas, es deconstruir el relato de Daphne Du Maurier, o sumergir todas las explicaciones en una visión subjetiva que audazmente transmuta de un personaje a otro, dejando al espectador con la responsabilidad de ejercer como demiurgo improvisado, y que se ve expuesto a las incertidumbres que pueblan este film de género indetectable. Es por ello que se mantiene, más de cincuenta años después, en el lugar que pertenece a las obras singulares, fuera de cualquier dogmatismo acomodaticio. Y es curioso, pues la crítica entusiasta no duda en señalar la masiva influencia de un film que no se parece a ninguno, pero extiende lazos por géneros tan dispares como el cine de terror, el drama psicológico o los experimentos cromáticos de Powell y Pressburger, que me parece el marco más definitorio para este descenso a los recovecos más torturados de la mente. Y desde luego, una de esas películas citadas miles de veces, probablemente por descolocar sin esfuerzo a los críticos de mesa camilla y lente sin revisión óptica.
Clásico absolutamente circundado de modernidad.
Saludos.

jueves, 23 de enero de 2025

La ciudad y el tullido


 

Conveniencias e inconveniencias de una serie como THE PENGUIN. Expandir el universo, ya desmarcado, que vimos en THE BATMAN, aunque si obvias la caracterización de Colin Farrell estaríamos hablando de "una nueva serie de gangsters y otras hierbas". La conveniencia es comprobar que aún hay productos para la pantalla pequeña con presupuestos más o menos holgados, pero la inconveniencia es que la sensación final es la misma de tantas otras series: contentar al máximo público posible, diluyendo la potencia del montante. THE PENGUIN es una buena serie, que suponemos tendrá continuación, pero no creo que sea ese punto y aparte que los más entusiastas se han adelantado a señalar, poniéndola en lo más alto del espectro televisivo de ficción. De hecho, todas las idas y venidas para poner en contexto el ascenso al poder de Oz Cobb, se topan con la necesidad de introducir una ingente cantidad de secundarios, la mayoría meras comparsas, que no ayudan a agilizar un ritmo ya de por sí un pelín deslavazado. Por contra, el guion, una vez centrado en su protagonista, consigue evitar las bobadas de la corrección política, con las que flirtea constantemente. Lo mejor, por tanto, me parece ese equilibrio que lo hace un producto satisfactorio tanto para quienes no saben nada de este "universo expandido" de D.C., pero también respeta al fan que viene de comprender los aciertos del gran giro que supuso el film de Matt Reeves.
¿Es buena? Es buena ¿Es grande? No, no es grande.
Saludos.

miércoles, 22 de enero de 2025

Hasta que la vida nos separe


 

Respecto al film de Eggers, lo primero que se me vino a la cabeza fue CORPSE BRIDE, donde Tim Burton encontraba el vehículo ideal para plasmar sus obsesiones fílmicas, y aquí están un buen puñado de las mismas. Claeo que con un trasfondo menos sombrío, pues estamos ante una genuina comedia romántica, con guiños a Lubitsch en lo argumental, o a Hawks en la fisicidad de su desarrollo. Apenas hora y cuarto bastan para viajar desde el mundo de los vivos al de los muertos, cuando Victor Van Dort, prometido con su novia, Victoria Everglot, pero tras un ensayo particularmente desastroso, Victor confunde una raíz con lo que termina siendo el dedo de un cadáver muy particular: una joven que murió con el deseo de casarse, y que al tener ese anillo de bodas reconoce a Victor como su promertido. 
Con un uso del stop motion absolutamente impresionante, Burton se encuentra como pez en el agua en esta historia para todos los públicos y edades, evocando los mejores títulos del cineasta, con esa encantadora mezcla de lirismo y elogio hacia "lo diferente", que compone el leit motiv de una película que gana enteros con el paso de los años. Veinte hace ya desde su estreno, y entre las curiosidades que lo envolvieron, una de las más significativas es la competición que tuvo como mejor film de animación en los oscar. Recuerden que por allí estaba EL CASTILLO AMBULANTE, pero recayó en otro infaltablede las figuras animadas, como eran Wallace & Gromit; o que sucumbió en aquel Sitges ante HARD CANDY, cuando era favorita en todas las apuestas.
No pasa el tiempo por ella.
Saludos.

martes, 21 de enero de 2025

Hermosa corrupción


 

El NOSFERATU de Robert Eggers no es una película de terror, su mayor preocupación consiste en alejar todo lo posible las siempre molestas problemáticas provenientes del "contentismo". Hay que contentar al público, a los productores, a quienes consumen cine como caramelos, por lo que es más necesario que nunca acordarse de los preceptos de David Lynch ¿No es eso esta historia? ¿No estamos, acaso, ante la celebración de la corrupción como único camino a cierta integridad? Mancillar lo puro, despreciar lo pacato, coordinar la guerra al "plataformismo"totalitario y ceporril. Eggers no inventa nada, ni lo pretende, sino que cabalga a lomos de Murnau, y de cuando en vez choca copas con Herzog. El resultado es un hermoso relato de antiterror, en el que es imprescindible leer entre líneas, de las interpretaciones sobre todo. De hecho, la gran protagonista es Lily-Rose Depp, que navega por todos los éxtasis posibles; del ofendido al curioso, del erótico al astuto. Su personaje es puntuado por un Orlok que va agigantándose como amenaza inevitable, aunque el mérito de Bill Skarsgard está en componer un personaje que apenas aparece en pantalla, pero curiosamente está omnipresente del primer al último fotograma. Pensaríamos que esto va de matar al vampiro, que prevalezca el bien, pero nos quedaríamos muy lejos de la potencia de unas imágenes que nos llevan de la mano hasta un estado de ánimo alterado, donde (sí) la destrucción sólo puede sobrevenir de la miserable entrega a la que el amor obliga, sin que nada ni nadie quede por encima de este hecho. Imprescindible el doble visionado, y no les digo nada de verla en pantalla grande y en versión original. De no ser así, todo lo afirmado anteriormente carece del menor sentido.
Cine abriéndose paso en la era del audiovisual mongólico.
Saludos.

lunes, 20 de enero de 2025

Huida del tedio


 

No hay nada menos defendible en cine que hacer apología de lo que nos ha aburrido, lo que suele hacerse en pos de que lo solemne, lo circunspecto, son sinónimos de calidad, y tampoco es eso. Una de las películas más entretenidas del último Sitges fue ESCAPE, y puedo asegurar que ésta es su gran baza, pues su endiablado ritmo y corta duración nos hace pensar en otras épocas, donde noventa minutos bastaban para despachar una historia con planteamiento, nudo y desenlace, que debería ser la norma si amos a lo puramente comercial. Básicamente, es la historia de un sargento norcoreano, cuyo sueño es cruzar la frontera y largarse del inmundo régimen que lo atenaza, para lo que idea un ingenioso plan de escape, que ensaya invariablemente en unos pocos minutos diarios. El guion, magnífico, se dedica a familiarizarnos con lo inverosímil, y el plan de huida se complica hasta extremos insospechados, sobre todo con la introducción de otro personaje, un mayor que oscila entre la genialidad y la psicopatía, y que se obsesiona con el protagonista por culpa de un pasado en común que explica muchos de los cabos sueltos de una trama siempre en el alambre, pero que logra llegar indemne hasta un tramo final especialmente emotivo. No es la película que les cambiará la vida, pero son 90 minutos en los que cabe acción, drama, comedia y hasta denuncia social. No sé quién da más.
Saludos.

domingo, 19 de enero de 2025

Rincón del freak #631: Teenage Amateur Zombie Turtles


Me viene como anillo al dedo una película como ALL YOU NEED IS BLOOD para explicar la diferencia entre la subversión y la mofa, habitualmente enmascarada por la bomba de humo que supone el género en su vertiente más reconocible para los fans. También vista en Sitges'23, Cooper Roberts proponía en su debut una estimulante comedia de terror, punteada por multitud de guiños metanarrativos, entre los que se encuentra la broma de colocar al personaje protagonista como codirector. Y es que esto va de un chaval que sueña con rodar una peli amateur y presentarla a un "prestigioso" festival, aunque su único capital son una pequeña cámara de video y su entusiasmo. Con lo que no contaba es que un misterioso meteorito ha aterrizado en su patio, y que tocarlo supone convertirse en un zombi hambriento, pero finalmente hace de la necesidad virtud, y el problema es la solución: puede rodar una película de muertos vivientes... reales. Sin ser un desastre, todo lo que Roberts presenta como explosivas irreverencias son apenas extractos de títulos similares, ante los que se postra como un fan más. El tema de los zombis irrumpiendo en un rodaje parece una constante en los últimos tiempos, y aunque este pequeño film se vea sin mayores agobios, lo cierto es que aporta muy poco novedoso... excepto que a lo mejor es la primera vez que vemos en pantalla una tortuga zombi...
Saludos.

sábado, 18 de enero de 2025

More emo than an emo


 

Terminar una película con el "Drácula ye-ye" de Andrés Pajares es suficiente argumento para ponderar cualquier cosa que suceda en ella. Lo digo porque VAMPIRE HUMANISTE CHERCHE SUICIDAIRE CONSENTANT es canadiense, y hasta donde sabemos este gesto coloca a su directora alineada con el frikismo musical de, por ejemplo, un Tarantino. No solo ello, sino también la saludable sorna con la que se nos cuenta la difícil tesitura de Sasha, una joven vampira de 68 años que se niega a morder a nadie, porque su postura es respetar la vida ajena, aunque suponga su alimento. Todo ello ante la incomprensión de su familia, que piensa que sólo es una fase tonta de juventud, y que Sasha mantendrá intacta la tradición familiar en cuanto muerda un buen cuello. Un poco a caballo de la melancolía de DÉJAME ENTRAR y la comedia desaforada de LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS, la película, aun con sus altibajos y problemas de ritmo, es una curiosidad de esas que se celebran por su concisión y falta de prejuicios, con un trasfondo muy interesante como retrato generacional y sin renunciar a cierta truculencia, lo que le valió una mención especial en el Sitges de 2023. Y todo ello hace que vuelva a preguntarme el porqué de que estas propuestas tengan una distribución tan pésima, hasta el punto de pasar completamente desapercibidas.
Es una película más de vampiros, pero también es mucho más que eso.
Saludos.

viernes, 17 de enero de 2025

Películas para desengancharse #127


 

Pocas películas más modernas que THE WIND, que cumple 97 años en estos días. Lo es por su sencillez argumental, entrando en la psique de sus personajes sin que éstos necesiten tan siquiera hablar. Lo es también por su acertado empleo del simbolismo, que le da ese aire de fábula intemporal, de tratado sobre la inocencia acechada, pisoteada por intereses de todo tipo. La joven Letty llega hasta una casa familiar donde no es aceptada, y se ve empujada a aceptar un matrimonio con un hombre al que apenas conoce, aunque su verdadera amenaza la encarna un siniestro ganadero, que la embauca con mentiras. A Victor Sjöström le basta el espacio único de una destartalada cabaña, la mirada desquiciada de una Lillian Gish que nunca estuvo tan expresiva, y, sobre todo, el viento. Un viento omnipresente, incesante, que empuja los cuerpos y desordena todo a su paso; el viento como demonio de los celos, de la envidia, la violencia, la rudeza que enmascara los buenos sentimientos. Hay muy pocas películas que sean capaces de expresar tantísimas cosas con tan pocos elementos, pero aún menos que se mantengan plenamente vigentes a lo largo de los años, conformando un manual ideal para contextualizar el sobrecogimiento de lo desconocido, o el tortuoso camino hacia la justicia.
Y aprovecho esta oportunidad impagable para rendir homenaje a una señora llamada carmen, que era (siempre será) mi abuela, y que se marchó (quién sabe si con el viento) con la misma edad que esta gran obra maestra. Para ella...
Saludos.


 

 Buenas noches a todos y a todas. Escribo esto por sorpresa, desde la cama y en el móvil. Una forma silvestre de escribir, y que no parece estar tan mal después de todo. No es la norma, pero ha muerto David Lynch, y por primera vez en mi medio siglo de vida, puedo afirmar que el cine me ha traspasado en directo, sin editar. Lynch no era el mejor director de la historia, pero era el director de mi película favorita, y eso marca. Ser único, inimitable en una industria que es, de ser algo, una factoría de facsímiles indistinguibles, Lynch adoptaba la actitud del niño, la mejor, que es fascinarse en la simbiosis que va de sentir a pensar, y por ello sus películas siempre parecían desarrollarse en un plano onírico, mental, abstracto. Deconstruir a David Lynch sería lo ideal, introducirlo en su mundo particular, donde una idea fundamental brillaba por encima de las demás. Lynch fue el director que con mayor saña enfrentó a la verdad, la bondad, la inocencia, contra las fuerzas oscuras que rigen este mundo, y a menudo nos decía que el bien puede prevalecer, sólo hay que tener claro que el diablo nos espera tras cualquier esquina. 

Es el último montaje de una película apasionante que acaba en el día de hoy, a contracorriente, como no podía ser de otra manera.  No hay mucho más que decir, entre otras cosas porque todos sus largos ya están en estas páginas, y los cortos son harina de otro costal. Vuelvan a Lynch, azoten su mirada y sorprendan a su capacidad de sorpresa. 

No hay banda. 

Saludos...


jueves, 16 de enero de 2025

El material de la virtud


 

Uno no debería dejar que lo recorran los sentimientos, menos viendo cosas como MEGALOPOLIS, o el canto del cisne de uno de los pilares del cambio de paradigma en el cine norteamericano. En esencia es eso, una oda a la megalomanía como unica reacción a la estupidez, una reflexión tan insólita como riesgosa, a la que el público amamantado por las plataformas no está acostumbrado a procesar. Véanlo como una experiencia, un corte de mangas o una lección de viejo chocho, que también es un excepcional cineasta al que siempre le vino bien alguien que se la echara al suelo. Ponerse a polemizar con una imagen gigante de Ayn Rand a tus espaldas no parece la opción más tranquilizadora, pero a Coppola esto le importa un bledo, el resultado final es un drama íntimo ridículo mixturado con un desmesurado anuncio de Gaultier y una retransimisión de las doce campanadas (esto es literal). De repente aparece un flash, un eco remoto de unos tiempos y unos modos que ya son ininvocables, pero que sirven como epitafio finisecular de esa manecilla que detona a la humanidad entera. Erróneamente ambiciosa, con un extraño encanto que no esquiva imperfecciones en su apariencia de campeonato de curling gélidamente acendrado, lo más inquietante es que ni siquiera, y ni mucho menos, es lo peor que ha rodado este gigante cuyo telón sigue haciendo mucho ruido después de haber sido echado.
Saludos.

miércoles, 15 de enero de 2025

Conlegado


 

La gente echará la vista atrás y verá a un señor de más de ochenta años dirigiendo una superproducción. La gente tendrá una perspectiva de 25 años para decidir si era necesaria una continuación, si esta GLADIATOR II responde a un capricho industrial, una anomalía contractual o nos sirve para que dentro de otros 25 años constatemos el momento justo en el que el cine se convirtió en sólo audiovisual. La cosa es ¿es tan mala? No me lo parece, aunque la otra tampoco me parecía tan buena. Así las cosas, hay rinocerontes, monos raros, monos enanos, tiburones y una absoluta ausencia de prejuicios. Es una película de aventuras del montón, que se aprovecha del tirón de su predecesora, que la acribilla cuando se queda sin ideas, o que inaugura el peplum congelado, por sus postales de rostros y cuerpos pétreos, por su colección de miradas perdidas, emperadores pastilleros y, sobre todo, un protagonista que parece querer huir de ahí a toda prisa, pero también se queda frío. El único on fire, Denzel Washington recuperando a Alonzo Harris, como no podía ser de otra manera...
Si fuera leche, dolería tomarla.
Saludos.

martes, 14 de enero de 2025

La memoria estropeada


 

Es lo que tiene dejar pasar los años, no volver a una película, manteniendo el recuerdo en la bruma de no haber entendido bien la historia, y conformarse. No recordaba que EL ESPINAZO DEL DIABLO fuese tan buena, cómo el guion van mutando con buen ojo, desde el relato sobrenatural, apenas una excusa por muy bien que esté rematada en el escalofriante desenlace, hasta una especie de western truculento e inesperado. Se trata de hilar con paciencia todos los cabos, la mayoría sugeridos: el orfanato en ninguna parte en los últimos estertores de la guerra civil; la llegada de un chaval y su difícil adaptación; las tensiones internas entre la directora, el médico y un antiguo interno que realiza los trabajos físicos; la presencia inquietante de un fantasma. Pero ya lo dice el propio lema del film ¿Qué es un fantasma? Del Toro se las arregla para que nada chirríe, y debería, pero los actores están convincentes, las relaciones tienen sentido, el trasfondo de la guerra, aun en sordina, incrementa el clima de violencia creciente y no hay un solo paño caliente en una historia repleta de niños, algo insólito en estos tiempos de cristal fino. En definitiva, una película que se me ha revitalizado sorpresivamente y que no recordaba volver a ver desde el año de su estreno. Eso y disfrutar, claro, de una pareja de actores que son un lujo para los sentidos...
Hasta aquí el homenaje. El cine sigue...
Saludos.

lunes, 13 de enero de 2025

Más fuerte que la muerte


 

Hace nada menos que 25 años, la actriz Carrie-Anne Moss, aupada al estrellato por MATRIX, protagonizaba la que me sigue pareciendo la muy mejor película de Christopher Nolan, MEMENTO, en la que era testigo de la terrible existencia del protagonista, aquejado de una extraña amnesia temporal. Un cuarto de siglo después, pareciera que a Moss la persiga dicho papel, aunque con unos matices que es mejor no desvelar. De hecho, todo secretismo es poco con DIE ALONE, última ganadora en la sección Midnight X-Treme de Sitges, donde sorprendió por la solidez de un guion tan preciso que solventa una gran cantidad de problemas técnicos, que desvela una producción modesta. Hay que tener paciencia con este film, que arranca como el enésimo apocalipsis zombi, y que arrastra un ritmo cansino y unos personajes bastante irritantes. Ni siquiera los zombis son especialmente impactantes, y la historia central va a trompicones, con un protagonista que busca a su novia, pero tiene una amnesia recurrente, que lo lleva de un lugar a otro sin acordarse de gran cosa al día siguiente. Es Carrie-Anne Moss, es una historia fragmentada por la condición del personaje central y es un tramo final magnífico, que parece otra película diferente, que no sólo dota de sentido a todo lo que antes parecía deslavazado, sino que nos regala uno de los finales más sentidos y emotivos de los últimos tiempos. Así que ahora, igual que entonces, la actriz canadiense da cartas de nobleza al cine de género, y eso es una magnífica noticia para los aficionados.
Saludos.

domingo, 12 de enero de 2025

Rincón del freak #630: Gente que le pone Noa a los niños...


 

Dejen de llamar Noa a sus hijos, no suena bien, como una lima sobre barniz, espaguetis tras dos días sin ducha o votarle a los que están contra tus intereses, para que un día te manden a freír espárragos, porque lo que querían era quedarse con ese trozo de queso que te hicieron creerte la ratita más afortunada de un corral repleto de gatos. Lo digo porque quizá se topen con NOWHERE, porque es de Netflix (en el amplio sentido del engañabobos), es española (aunque hablar se hable poco) y su premisa es cojonuda: por fin sale Abascal elegido, así que todo el mundo a cascala, a buscarse la vida fuera de España, sobre todo los niños y las embarazadas... ¿Por qué?... NPI. Entonces es Anna Castillo encinta que se quiere largar a lo ilegal, y junto a su chorbo los meten en un container rumbo a Irlanda, que es (alucina, vecina) el único país exento de totalitarismo. Pero no se flipen, que esto no es HIJOS DE LOS HOMBRES, sino un mashup del NÁUFRAGO de Tom Hanks con una señora que se ve solateras, a punto de dar a luz y flotando en mitad del océano ¿Lo quieren más difícil? Lo difícil es verte terminándote esta cosa, y hasta creyéndote que es eficaz, o que el género está de enhorabuena en el cine patrio. Es tan conductista, tan efectista, tan robaperas con tantas cosas resonando en cada imagen, cada solución argumental (incluyan LA VIDA DE PI o MADRE CORAJE, que no sé si existe), que al llegar la catarsis final te da lo mismo quién gobernaba o si las imágenes del principio eran de Aluche, o si no tendremos idealizados a los irlandeses, que no deja de ser gente que escribe cosas raras... 
En serio, piénsenlo dos veces antes de ponerse con esto, y consideren Maricarmen por un segundo. Yo les avisé antes.
Saludos.

sábado, 11 de enero de 2025

Dos tipos duros dos


 

Sin que sirva de precedente, el juego metatextual que me ha salido en el título de la reseña, básicamente porque ni siquiera lo tenía pensado, lo que es el lema de este blog, que se va improvisando a medida que se construye. Dicho esto, ANOTHER 48 HRS., sí, porque ya me parecía curioso reparar en que la primera despertara en Hollywood el gusto por explotar las buddy movies, pero no lo es menos "reexplotarse" ocho años después, que parece un lapso excesivo para retomar a unos personajes que, sin estar olvidados, habían quedado atrás. La razón, "of course", provenía de las mareantes cifras cosechadas por el tándem Glover/Gibson, a las que esta tibia continuación ni rozó. Como reescrita en una plantilla similar, ésta es una historia por y para el lucimiento de Eddie Murphy, que se lleva el protagonismo, y que de hecho él mismo escribió, mientras Nick Nolte se dedica a vociferar, apuntar con las piernas abiertas y encender Marlboros compulsivamente ¿Es mala esta continuación? No, si sabemos contextualizarla en aquella complicada transición de los 80 a los 90, y nos quedamos con el sentido del ritmo de Hill, que siempre ha sido seña de identidad de su cine, y que nos da la apariencia de un western, un poco estrafalario y atropellado, pero que te arregla una tarde abúlica sin tener que recurrir a sustancias de las que luego nos podamos arrepentir...
Eran otros tiempos, ni los mejores ni los peores.
Saludos.

viernes, 10 de enero de 2025

Películas para desengancharse #126


 

Sin ser muy tradicionalistas nosotros, hay tradiciones a las que profesamos inquebrantable apego, como la cita bienal en la que aprovechamos para resintonizar conceptos, afinar sintagmas o simplemente refocilarnos en el bel arte cinematográfico, en un paseo por títulos que, de una u otra forma, dotan de significante a la historia del cine. Y empezaremos por un, a mi entender, inesperado título, que por fecha nos es clásico, aunque los es por derecho propio. KIMI NO NA WA. (TU NOMBRE.) parte de uno de los tropos más manoseados en la comedia romántica juvenil y reciente (y el término no debe acortarse), para construir un hermosísimo relato acerca de la interconexión entre dos jóvenes, que para mayor confusión intercambian sus cuerpos tras el avistamiento de un extraño cometa. Hemos visto esto en muchísimas producciones de dudoso pelaje, comedietas en las que el chaval de turno alucina con su nuevo cuerpo femenino y viceversa. Y también hay de esto aquí, aunque más divertido y menos ñoño, pero lo que eleva a YOUR NAME. hasta el Olimpo del anime es, por un lado, su lírica textual, que funciona milimétricamente, y por el otro una calidad técnica apabullante, que encuentra su propio camino desmarcándose de los monstruos de la animación japonesa. Estamos ante una película que parece ligera, incluso despreocupada, pero que contiene un guion magníficamente escrito, que aborda la amistad, el amor, el paso del tiempo o la muerte, sin caer en lugares comunes y legando algunas de las escenas más imborrables del cine de animación... pero del otro también.
Por si anhelan desengancharse de los preceptos de Ghibli sin renunciar a altas cotas de calidad.
Saludos.

jueves, 9 de enero de 2025

Dos tipos duros


 

No logro imaginar una película como 48 HRS. hoy día, lo que nos sirve para trazar la deriva de la corrección política incluso para un film que no es más que un ejercicio de género, muy sólido y eficiente, pero sin tocar fibras sensibles. En su favor, Walter Hill aprovecha la química entre el consagrado Nick Nolte y un Eddie Murphy que empezaba a despuntar como actor, para revitalizar el subgénero de las buddy movies, en poco más de hora y media. De hecho, la premisa argumental es simple y absurda, tanto que nos tragamos que un convicto al que le quedan seis meses para salir de la cárcel va a arriesgar su vida colaborando con un policía bajo ultimátum, tras perder su arma en una operación tan chapucera que termina con otros dos agentes muertos. La conexión entre el personaje de Murphy, un ladrón insolente y pagado de sí mismo, y los dos fugados es cuanto menos cuestionable, aunque no menos que los chascarrillos racistas, machistas o directamente reaccionarios. Para redondear, el personaje de Nolte no para de fumar y beber de una petaca en horas de trabajo, aunque tiempo hubo en el que el cine negro se nutría de arquetipos aún más soeces. Dicho esto, parecería improbable defender este film en plena invasión "woke", sea eso lo que sea. En lugar de ello, les invito a que recuperen este thriller vibrante y noctámbulo, y que gocen otra vez con uno de los mejores ejemplos de contraste entre la comedia irreverente y el policíaco más eficaz.
Saludos.

miércoles, 8 de enero de 2025

Los solitarios sueñan juntos


 
Endre trabaja como director en un matadero; tiene un brazo inutilizado y vive solo. María llega como responsable de calidad, pero su carácter, rozando lo maquinal, provoca el rechazo, y también el temor, de los empleados. Un robo hace que el protocolo de seguridad de la empresa haga pasar a cada empleado por un test psicológico, en el que se incluye el relato de su último sueño. Endre y María sueñan lo mismo, y no un sueño cualquiera: sueñan que son una pareja de ciervos y pasan el tiempo en el bosque. La metáfora implícita en TESTRÖL ÉS LÉLEKRÖL (EN CUERPO Y ALMA) nos exige que encontremos las correspondencias entre dos desconocidos que se aman sin saberlo, y que tampoco saben cómo acercarse el uno al otro, excepto en sus sueños. Afortunadamente, la directora y guionista Enyedi Ildikó rechaza acomodarse en un romanticismo vacuo, transitando su relato desde un realismo social, el del matadero, hasta una hondura psicológica trazada con gran sensibilidad, deteniéndose en el hartazgo de mediana edad de él, pero sobre todo en la terrible soledad de ella, incapaz de construir una vida presente, porque su memoria prodigiosa la obliga a retornar a un pasado del que no sabe salir. 
Es una película que pide paciencia, y durante muchos momentos de sus dos horas asoma una cursilería cultureta de la peor calaña. Nada de eso, porque este es un film extraordinario, que respeta tanto a sus protagonistas como a sus espectadores, y que tiene un final hermosísimo, brutal y tierno al mismo tiempo, que nos habla de lo separados que estamos de las personas que más nos quieren, y cómo una simple frase en el momento justo puede marcar nuestro destino sin que lo sepamos.
Un descubrimiento.
Saludos.

martes, 7 de enero de 2025

Vida de diva


 

Es de justicia exponer la importancia de TACONES LEJANOS en la carrera de una actriz siempre respetada, pero a la que le costaba encajar el peso de su estrella en una industria, la española, poco dispuesta a ir en aras del glamour. Es difícil constatar si fue Almodóvar quien encontró a la actriz perfecta para interpretar a Becky del Páramo, o Marisa Paredes la que al fin obtenía un personaje que, eso sí, sólo ella (con permiso de Charo López) podía interpretar. La película es otra cosa, un aprisionar por la fuerza del melodrama exacerbado, con una trama deliberadamente quijotesca, que respira sus mejores momentos en unos números musicales inolvidables, sobre todo los que tienen a la propia Marisa Paredes y Miguel Bosé haciendo suyos dos excelentes boleros interpretados por la divina Luz Casal, y que se cuentan entre las mejores escenas filmadas por el manchego. Una mamarrachada colorista, iconoclasta, con el pretexto de la vuelta de la actriz exiliada en México, que se encuentra con su hija (Victoria Abril) nada menos que casada con su antiguo amor. A partir de ahí, putiferios sincronizados, polvetes para sustituir al Valium, barbas postizas, bollerismo de intramuros y hasta una Schweppes cola, que ha sido un recuerdo desbloqueado de los buenos. Almodóvar en estado puro, dándole el centro del escenario a la actriz (no tengo ninguna duda) que redimensionó su cine y lo lanzó definitivamente al reconocimiento internacional. No es poco.
Saludos.

lunes, 6 de enero de 2025

Por la cara


 

Va a ser difícil encontrar en el extenso cartel de Sitges de este año un film mejor que A DIFFERENT MAN, que, a excepción de alguna imagen inquietante, poco tiene que ver con el cine fantástico, pero que nos presenta un terror que podríamos identificar inmediatamente con el imaginario de Charlie Kaufman. Personas angustiadas más allá de una situación que, no por visible, se intensifica por la imposibilidad de moverse con fluidez en una sociedad que exige herramientas que sólo se venden en el bazar de la hipocresía galopante. Nadie es explícitamente cruel con Edward, no al menos por su aspecto, pues su rostro deformado le aparta menos de la gente que su propia tendencia antisocial. Es el gran acierto del guion escrito por Aaron Schimberg, por el que ganó el galardón a esta categoría, aunque el trío protagonista está absolutamente genial, con un Sebastian Stan en las antípodas de sus héroes de acción, la noruega Renate Reinsve dando una lección de naturalidad sin esfuerzo, o un antológico Adam Pearson, o qué diablos significa ser un actor de verdad, haciendo que te importe un bledo cómo luce su rostro. Al contrario que en LA SUSTANCIA, el cambio físico extremo no es motivo de celebración por poder hacer lo que antes sólo era un sueño, sino la constatación (pesadillesca, sí) de que uno es como es por dentro por mucho que todo cambie por fuera. Una película ácida, mordaz, que da incluso reparo que te haga gracia, o ese reverso hollywoodiense que resuena como la pequeña venganza de quienes tienen talento pero carecen de visibilidad.
Hay que seguir a este director.
Saludos.

domingo, 5 de enero de 2025

Rincón del freak #629: Las piedades


 

De entre las rarezas más inesperadas que me he encontrado últimamente, destaco THE JUNIPER TREE, o la película que hizo Björk antes de ser conocida, y que evidentemente no conoce nadie. Ya la historia de su accidentada producción nos da una idea de por qué es, a casi cuarenta años de su realización, una joya olvidada en fondos de catálogo. Se comenzó a rodar en 1987, pero no estuvo terminada hasta dos años después, y su estreno formal se pospuso hasta 1990, aunque pasó sin pena ni gloria tras unas alabanzas críticas que sirvieron de más bien poco. Su directora, la estadounidense Nietzchka Keene, apenas rodó un par de cortos más, y tampoco pudo ver estrenada su obra póstuma, al fallecer de cáncer con sólo 52 años en 2004. Centrándonos en la historia, nos trasladamos a un lugar indeterminado en plena Edad Media, donde dos hermanas intentan subsistir tras la muerte de su madre, acusada de brujería, estableciéndose con un hombre que vive junto a su hijo pequeño, habiendo perdido también a su esposa. De ritmo pausado, casi contemplativo, es sorprendente la economía de recursos de la directora, usando un espacio único para revelar este drama intimista, donde pesan más los odios y rencores que el elemento sobrenatural, aunque éste es recurrente en las visiones de la joven Margit, que no sabe interpretar su naturaleza. Film extraño, de formas modernas, que necesita paciencia en su visionado, pero que esconde un mensaje que es bello y terrible, y que podríamos entroncar con el velado alegato feminista de Robert Eggers y "su bruja".
Todo un descubrimiento.
Saludos.

sábado, 4 de enero de 2025

La nota sostenida


 

¿Está mejor hecha que la de Bakshi? Evidentemente... ¿Es mejor? No... Y la batería de preguntas no desvelaría la conveniencia de hacer algo tan aparatoso como THE LORD OF THE RINGS: THE WAR OF THE ROHIRRIM, para acabar teniendo la certeza de que su aportación al ya nutrido universo Tolkien no es todo lo sustancial que podría pensarse. La impresión constante es ver al estudio Ghibli mangoneado por Dreamworks, por poner un ejemplo. Un despliegue de medios técnicos, que ha requerido de una veintena de estudios de animación japoneses, al servicio de una historia muy sencilla de narrar, pero confusa por culpa de un guion con multitud de problemas. Si los aficionados recuerdan la batalla del abismo de Helm, probablemente uno de los picos de épica de la obra maestra de Peter Jackson, cuesta reflejar en ella la narración de por qué ese lugar emblemático tomó el nombre del rey de Rohan, que resistió contra los Dunlending. O mejor dicho, que se podría haber hecho un estupendo film de animación desgajado de la mitología a la que alude, mientras que así nos queda el título menor de la saga (serie incluida), además de la certeza de que aquí ha habido un montón de pasta no del todo bien gestionada.
Lo mejor, la escena del monstruo del lago. Lo peor, que no parece Tolkien.
Saludos.

viernes, 3 de enero de 2025

Arrancando los motores del sci-fi moderno


 

No había pasado nada parecido, al menos desde que Orson Welles desafiara los límites de la ficción con su genial locución radiofónica, que aterrorizó a todo un país con la posibilidad de estar bajo una invasión alienígena. Byron Haskin elevó la serie B a sus cotas más altas con THE WAR OF THE WORLDS, y proponía el reto de mostrar una amenaza extraterrestre más audaz, en esplendoroso technicolor, también con un uso del sonido sin precedentes, y demostrando que menos es más. Parece increíble que esta cinta cuente ya con más de setenta años, con sus naves voladoras, marcianos acechantes y un ejército que se ve impotente para contrarrestar lo que simplemente desconoce. Despojada de toda su imaginería visual, no hay mucho más que interpretaciones estándar y un tufillo religioso que, en fin, es lo que había, pero que no empañan la labor de un director no tan reconocido como debiera, que empezó su andadura nada menos que en los años 20, y que legó uno de esos clásicos intemporales que son de obligada revisión de tanto en tanto. Una vez vista, se comprende mejor la devoción de Spielberg por, según él mismo, uno de los momentos cinematográficos que fueron decisivos para conformar su propia visión del cine. Palabras mayores.
Saludos.

jueves, 2 de enero de 2025

La aventura al borde


 

Puede que sea WAR OF THE WORLDS la película de Steven Spielberg que más divisiones crea, entendiendo por ello a entusiastas defensores de la adaptación que realmente merecía el clásico de H.G. Wells, enfrentando a quienes ven apenas un espectáculo pirotécnico (sólido e indubitable) que encubre un guion casi de telenovela barata. A mí no me dijo mucho en su estreno, lo reconozco, y veinte años después le he encontrado el sabor distintivo de su autor, que quizá no hiciese la mejor película del mundo, pero sí una película que difícilmente podría hacer otro director. Al igual que ocurre con otros título suyos, Spielberg nos calza en sus personajes principales (con Tom Cruise como pivote absoluto) con facilidad pasmosa; en apenas veinte minutos, tenemos una problemática familiar, la desgana con la que los dos hijos van a pasar el fin de semana con su padre, un inútil para este tipo de cuestiones aparentemente mundanas, pero que es capaz de desplazar el eje de la Tierra para proteger a su familia de una invasión alienígena. Éste, y no otro, es el distintivo, imbricar el epíteto de un héroe que no renuncia a su mortalidad, y que ha de demostrar su valía justo donde otros no llegarían. Es cierto, Koepp y Friedman no hacen más que este esbozo en tenderete, pero a Spielberg le basta y sobra para engrasar su maquinaria pesada, porque las imágenes de esas maquinarias gigantescas, alzadas sobre tres patas y aniquilando todo a su paso es un icono de la ciencia ficción, quizá no tan impactante como el clásico de Byron Haskin, pero sí un redimensionado que gana enteros si no le exigimos más de lo que nos puede dar... Bueno, y si eliminamos toda la parte con Tim Robbins, claro...
Saludos.

miércoles, 1 de enero de 2025

El primer día del resto de tu vida


 

Primer día del curso 2025 en El Indéfilo. No se me ocurre nada mejor para inaugurarlo que hablar un poco (tarea nada fácil) de la que es, sin medias tintas ni debates posibles, la mejor serie de televisión de la puñetera historia. Díganme ustedes un nombre, el que sea: Coppola, Scorsese, Kubrick, Welles... incluso Ford, me da igual. THE WIRE es un coloso de proporciones aún por descubrir, un estudio humanista como se han visto pocos, una pincelada de cinco temporadas en las que se desmontan todos los mitos del audiovisual americano, despojándolo de sus mentiras condescendientes y llevándonos directamente al agujero, sin cuñadismos y sin paños calientes. Esto va de polis y ladrones, o mejor traficantes, en Baltimore, que hace que desees comprar un pisito en las Vegas... y no las de Nevada. Tan simple como eso, pero no has visto nada igual en tu vida de espectador adormecido. No has visto a los traficantes exentos de glamour, rompiéndose el coco, atrapados en su misma red para no caer en la de los polis. Los polis son caso aparte, lidiando con incompetentes, corruptos y recién llegados con buenas palabras; pateándose las calles donde la vida no vale nada, a veces ni una dosis. THE WIRE mete la cámara donde nadie lo hace, en los recortes de presupuesto, en las zancadillas administrativas según los intereses políticos, en la camaradería de una borrachera como único punto de escape a otro día de mierda en el culo del mundo. La verdad pisoteada, los valores en la basura, los niños como balas en una recámara esperando a ser disparados. No hay altibajos, no hay tregua, no hay un solo respiro en esta andanada de esa otra América de la que no oirás hablar a Trump, ni a Musk, pero tampoco a la Disney o la Marvel, y esa América existe de una forma más real y dolorosa. Son las escuchas, las horas muertas, las pistas falsas, los culpables en libertad, restregándoles a sus captores que ganan su sueldo en un par de minutos. Es Omar, un Robin Hood mortífero y homosexual, una leyenda, un fantasma; es Stringer Bell, un capo con alma de empresario, frío, implacable, sin emociones aparentes. Pero también es el jefe de policía Daniels, aferrado a un código de valores que podría parecer ingenuo, pero que es lo único que no le permite renunciar; es Lester Freamon, que fabrica muebles en miniatura y sabe que las escuchas son lo único que les llevará a cazar a los malos. Pero sobre todo es Jimmy McNulty, posiblemente el mejor personaje escrito jamás para una serie. McNulty es un bocazas, un borracho, un mujeriego que apenas ve a sus hijos, que desprecia la autoridad, que usa su placa para salir de los problemas que él mismo se crea, o que es capaz de fabricar pruebas falsas para lograr el dinero para seguir investigando que las administraciones deniega sistemáticamente a su departamento. McNulty es la esencia de The Wire, y por eso cuando desaparece siempre parece que falta algo. Falta un borracho hijo de puta, seguramente el mejor policía de todo Baltimore.
Sólo puedo decir gracias, Mr. Simon.
Obra maestra absoluta e intemporal.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!