Si descontextualizamos una película como THE ALTO KNIGHTS, sus imágenes, su correlación de estampas estratégicamente dispuestas, espiritualmente emitidas, nos queda un capítulo de SNL sin gracia. Peor: conscientemente arrogada de una excelencia no ya fantasmal, sino directamente decrépita. Nada tiene que ver usar a este pobre, encapsulado Robert deNiro, intentando insuflar humanidad desde el desfile de narices de goma, ojos inexpresivos y otros artilugios de lo más variopinto. No, lo más indefendible aquí es la historia arrastrándose por un montón de lugares comunes, asideros visuales que ni siquiera dejan entrever el talento narrativo que siempre ha caracterizado al cine de Barry Levinson, que a sus 83 años parece haber dado ya su canto del cisne. Desconozco de quien habrá sido la infeliz idea de colocar a deNiro haciendo este ridículo face to face, pero podría dar para algunos memes de lo más jocoso, y es algo que no me hace mucha gracia precisamente. De hecho, no hay nada que me haga ni pizca de gracia en una de las peores películas que he visto últimamente.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario