sábado, 20 de septiembre de 2025

La bruja triste


 

Si el otro día volvíamos a la excitante metamorfosis de un alelado científico a un Cary Grant ciclotímico, algo parecido ocurre en ZOOLOGIYA, donde a Natasha, la administrativa de un zoológico, le crece una prominente cola, lo que, lejos de suponerle un problema, ejerce de improvisado estimulante, sacándola de una abulia que la aplasta día a día. En el trabajo es objeto de burlas constantes, vive con su madre y un gato, ambos ancianos y su vida sentimental parece no haber existido. Pero ahora su vida ha dado un giro y ha encontrado un propósito, puede que se vea emparentada con los animales, a los que ama más que a las personas; ha encontrado un amigo muy especial en el radiólogo que le ha tomado, con toda naturalidad, una radiografía; y finalmente ha cambiado su imagen, rejuveneciéndola y despertando el asombro de sus envidiosas compañeras. Con sólo 28 años, es encomiable la madurez con la que Tverdovskiy dirige esta apesadumbrada fábula, probablemente una alegoría del peso de la edad sobre una mujer que no encuentra un lugar ni un momento para ser feliz, e igualmente alegórica, ese inusitado apéndice como símbolo de rebeldía. Si la ven, atentos a la escena de la bañera.
No es ninguna maravilla, pero sí más que correcta.
Saludos.

viernes, 19 de septiembre de 2025

De paseo por las ruinas


 

Hay mucho del mejor Ken Loach en POOR COW, su primer largometraje, lo que indica a las claras toda su extensa deriva posterior, sus obsesiones éticas y estéticas, el naturalismo observacional, buscando el protagonismo en esas esquinas poco iluminadas por el cine comercial, donde habitan "sus personas", seres en su agotador día a día, luchando por sacar la cabeza en un mundo hostil, deprimente y a veces terrorífico. Lo que para algunos es la normalidad, y que en la extraordinaria interpretación de Carol White supone el componente de una mujer demasiado joven pegada a su pequeño hijo desde la impactante escena de apertura, pero cuya adorable ingenuidad la lleva a no perder jamás esa "sonrisa de ojos tristes", mientras intenta buscarse la vida tras el ingreso del padre, un ladrón de poca monta, en prisión. Joy (un nombre nada casual) roza la felicidad junto a Dave (un magnífico pero breve Terence Stamp), hasta que éste es también sentenciado a doce años. A partir de ahí, Joy ha de ser simpática como camarera, sexy en una repugnante sesión de fotos y complaciente cuando no le queda otra que abrirle la puerta a algún hombre que otro, porque su pequeño tiene que comer y las facturas no se pagan solas. Lo que nadie sabe es que quizás Joy sólo quiere ser feliz, y por ello entabla conversaciones con facilidad y nunca pierde la esperanza de tener una vida, ni más ni menos. Casi sesenta años han pasado desde que Loach adaptara el polémico libro de Nell Dunn, un insólito manifiesto feminista observado desde los márgenes, como aceptando la oscura invisibilidad a la que las mujeres son sometidas sistemáticamente, pero dispuesto a vislumbrar una nimia rendija de esperanza, lúcidamente expuesta en su desenlace, puede que explícitamente deudor de Antonioni en su fuerza simbólica, pero que adelantaba a uno de los cineastas clave del cine europeo del siguiente medio siglo.
Saludos.

jueves, 18 de septiembre de 2025

La comedia sin voluntad


 

Si descontextualizamos una película como THE ALTO KNIGHTS, sus imágenes, su correlación de estampas estratégicamente dispuestas, espiritualmente emitidas, nos queda un capítulo de SNL sin gracia. Peor: conscientemente arrogada de una excelencia no ya fantasmal, sino directamente decrépita. Nada tiene que ver usar a este pobre, encapsulado Robert deNiro, intentando insuflar humanidad desde el desfile de narices de goma, ojos inexpresivos y otros artilugios de lo más variopinto. No, lo más indefendible aquí es la historia arrastrándose por un montón de lugares comunes, asideros visuales que ni siquiera dejan entrever el talento narrativo que siempre ha caracterizado al cine de Barry Levinson, que a sus 83 años parece haber dado ya su canto del cisne. Desconozco de quien habrá sido la infeliz idea de colocar a deNiro haciendo este ridículo face to face, pero podría dar para algunos memes de lo más jocoso, y es algo que no me hace mucha gracia precisamente. De hecho, no hay nada que me haga ni pizca de gracia en una de las peores películas que he visto últimamente.
Saludos.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Una fórmula perfecta


 

El profesor Barnaby Fulton es un genio de la química que trabaja para encontrar el remedio definitivo contra el envejecimiento. Un genio que no ve tres en un burro, nunca encuentra las llaves de casa aunque las pone siempre en el mismo bolsillo, y vive literalmente en las nubes. Sin embargo, vive enamorado de Edwina, su esposa, que le adora igualmente. Barnaby no encuentra la fórmula, pero uno de los chimpancés con los que experimenta empieza a mezclar ingredientes a lo loco... Y ya se sabe que a lo loco se vive mejor. Mejor no desvelar mucho más sobre MONKEY BUSINESS, esa maravillosa película en la que Cary Grant hace de profesor chiflado con culos de vaso, está casado con la abnegada Ginger Rogers, se lleva a Marylin Monroe a dar un voltio en un descapotable y termina disfrazado de indio y cortándole la cabellera a su mejor amigo. Bueno, dije que no desvelaría nada más, pero a quién diablos le importa... 
Es mejor que el 95% de las comedias que se hacen hoy día, y creo que me quedo corto. Desde luego es la "mejor película con monos" que he visto recientemente...
Divertidísima.
Saludos.

martes, 16 de septiembre de 2025

El escuadrón suicida


 

Como advertencia apenas, si tienen Netflix no sucumban ante la tentación de acercarse a 11 REBELS; dos horas y media de vuelta al mito de los renegados que son reclutados para una misión suicida, revelándose después como más que aptos para la única oportunidad de redimir sus condenas. Algo así como mezclar LOS SIETE SAMURAIS y DOCE DEL PATÍBULO, con un exceso de imágenes digitales, un guion tan simple como confuso, y ninguna actuación memorable, es lo que apuntábamos al principio: un producto teledirigido para aplacar las conciencias de quienes airean en las plataformas a golpe de entretenimiento vacuo, pero que irán raudos a entronizar. No hay nada de eso en una película agotadora por muchos motivos.
Saludos.

lunes, 15 de septiembre de 2025

El coco del oasis


 

Sin ser yo ni mucho menos fan del señor Robbie Williams, reconozco que el tipo es mundialmente conocido, se ha hecho su sitio (un poco a empujones) al lado de los grandes y a día de hoy puede afirmarse que representa el paradigma de gran estrella. Ok, de acuerdo, guardaremos los cayados y nos pondremos al lado del tipo que no para de reivindicar sus orígenes humildes, su cabeza hueca y otros demonios respiratorios; más que nada porque BETTER MAN es apenas eso, un masaje muy confortable con apariencia de infierno personal. Biopics los hay mejor interpretados, más arriesgados o inmisericordes, y éste es el único que podría hacerse sobre un tipo, un artista, tan poco interesante como Williams; que se reinventó, por supuesto, pero que jamás debería obviar que hacía bailes chorras para mojar bragas, mientras intentaba convencer a los managers de que era el nuevo Sinatra. Es lo que hay, porque las boy bands y adláteres, además de machacones son ufanos, porque les cuesta crecer, porque no tenían un Bernie Taupin de la vida escribiendo, y encima te dan el coñazo cuando tienen barriguita y canas. No sé, porque la película es medianamente entretenida, y salen Oasis que son aún más mongoloides, y además el protagonista es un mono, y eso siempre suma algún punto. Lo peor, que es sensiblera, como sólo lo puede ser un malote sin poesía en las venas. El día que hagan un biopic decente (y me cuesta mucho creerlo) sobre Tom Waits, entonces hablamos...
Saludos.

domingo, 14 de septiembre de 2025

Rincón del freak #660: El asesino de todos los días


 

En su momento dimos cuenta del director húngaro György Pálfi, con una segunda obra tan polémica como desconcertante, titulada TAXIDERMIA. En su ópera prima, HUKKLE, de 2002, Pálfi ya dejó constancia de su capacidad para captar imágenes "únicas", que parecen provenir de un imaginario onírico y algo destartalado. El reto aquí consiste en hilvanar una narración más o menos inteligible, pero sin recurrir a las palabras. En el entorno cerrado de un pequeño pueblo, todo comienza con un anciano que se levanta con hipo (a lo que alude el título), y que se sienta como todos los días en la puerta de su casa para observar la vida, aunque el hipo sea una constante. Con un lenguaje visual tremendamente ingenioso, el film nos lleva por cada rincón del pueblo, los quehaceres diarios, las comidas familiares, los niños descubriendo la naturaleza. Hasta que un suceso, aparentemente banal, desencadena una serie de desgracias que ponen al pueblo en alerta. El film vendría a ser una especie de falso thriller en la piel de un documental rural, con la atención a los detalles más nimios de un Lynch, pero con un sentido del humor completamente deudor del Jacques Tati más descacharrante. Una película inclasificable, conscientemente extraña, que igual te muestra una cabrita triturada por una cosechadora, los enormes huevazos de un gorrino en primer plano o un avión supersónico volando a ras de tierra... Básicamente como si el diablo se sentara junto al anciano y le diera por quitarle el hipo...
Extraña no, lo siguiente.
Saludos.

sábado, 13 de septiembre de 2025

La aguja en el pajar ajeno


 

En 2015, el director danés Thomas Vinterberg aceptó la propuesta de revitalizar FAR FROM THE MADDING CROWD, con los cuatro papeles principales otorgados a Carey Mulligan, Matthias Schoenaerts, Tom Sturridge y Michael Sheen. Dos aspectos sobresalen sobremanera a la hora de enjuiciar una adaptación que adopta un tono más solemne y contenido, y que además recorta el metraje en casi una hora respecto al original de Schlesinger. Por un lado, el gran trabajo de Mulligan, que se erige en protagonista absoluta, alejada de la frivolidad impuesta por Julie Christie, e imponiendo una gravedad más acorde a la Bathsheba de Hardy. Hasta ahí el gran acierto, porque lo que me choca es la domesticada dirección de Vinterberg, a quien siempre he tenido cierto aprecio desde sus notables comienzos en aquello del Dogma 95; de aquel "salvajismo controlado" no hay rastro en esta película correcta pero un poco rutinaria, que no se regodea tanto como su antecesora, pero es también más aburrida, sin ser mala ni mucho menos, pero ha pasado una década y no hablamos de un film en modo alguno memorable. Y por cerrar, el trío protagonista masculino es infinitamente peor, más soso y acorde con cierta ñoñez, que es lo que recorre esta adaptación, a la que posiblemente no me hubiese acercado de no ser por el homenaje a Stamp.
Saludos.

viernes, 12 de septiembre de 2025

La aguja en el pajar


 

Controvertida la adaptación que John Schlesinger acometió de FAR FROM THE MADDING CROWD, la intensa y polémica novela de Thomas Hardy, que proteizaba la figura de su protagonista, la improvisada terrateniente Bathsheba Everdene, satelitelizando a tres hombres que encarnan las tres caras prototípicas del macho enamorado: el prudente, el entregado y el hijoputa. Y a este último lo interpretaba un magnífico Terence Stamp, en la piel del díscolo sargento Troy, el único de los tres que obtiene inmediatos favores de una Julie Christie que navega entre la niñata caprichosa y la mujer empoderada, sin la capacidad para valorar la honestidad de Alan Bates, un pastor que se pone a su servicio tras perder todo su rebaño, ni del potentado Peter Finch, probablemente el personaje más interesante de todos, un solterón rígido y distante, famoso por rechazar a cuanta mujer se le ha puesto por delante, pero que pierde la cabeza (y quién no) ante la señorita Everdene. No creo que sea la mejor adaptación que ha conocido la obra de Hardy, por su excesiva duración (casi tres horas), o el desigual reparto que se concede a sus cuatro protagonistas, porque en la novela existe un retroalimentación en el cuadrado imperfecto pero compensado.
Buena película, para nada un clásico.
Saludos.

jueves, 11 de septiembre de 2025

La importancia y el motivo


 

Curioso, muy curioso el caso de THE DAMNED, film que se pudo ver en el último Sitges y que luego se esfumó entre los habituales problemas de distribución y una promoción inexistente, cuando hubiese sido un título más que apetecible para cualquier parrilla de una plataforma. Curioso porque su apariencia formal es lo suficientemente elaborada y sugestiva para hacernos pensar que no estamos ante un film de horror al uso, sino ante un esfuerzo por maridar el género con una mirada más autoral. Una lástima, porque esta historia sombría, que habla de fantasmas y de aislamiento, de superstición y desconfianza hacia lo que llega de fuera, no logra zafarse de su tendencia paisajista (difícil, por la belleza del marco islandés), mientras intenta elaborar un argumento que se torna confuso, que habla de un oscuro mito desencadenado por el hundimiento de un pesquero foráneo, pero cuyo motivo oculto podría deberse a algo más mundano, y por tanto indetectable. La película es insatisfactoria en casi todo lo que propone, un quiero y no puedo que a lo mejor hubiese ganado en un formato de miniserie, donde el misterio no fuese desvelado tan pronto.
Saludos.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

La novia era él


 

No lo suelo hacer, pero hoy titulamos la reseña con el título de la película en cuestión... Básicamente porque tampoco es el título original, aunque no estaba mal tirado respecto a I WAS A MALE WAR BRIDE, que bien pareciera un film de Corman más que de Hawks, para que vean que el cine clásico también tiene estas cosas. No es de las comedias más inspiradas suyas, adquiriendo un tono más ligero, teniendo en cuenta la estrambótica peripecia de su protagonista, un Cary Grant que es lo mejor con mucha diferencia. Aun así, la historia fue real, y perteneció al mayor belga Roger Henri Charlier, quien tuvo un accidente de coche y conoció en el hospital militar a la enfermera norteamericana Cathy Gates, con la que contraería matrimonio. Este film cuenta el tortuoso periplo de ambos para lograr embarcar en dirección a Estados Unidos, hasta el punto de tener que recurrir al travestismo (incluyendo una cola de caballo como peluca), lo que ya sabemos que no era tan inusual en la filmografía de Grant. Su compañera era Ann Sheridan, que no tenía una vis cómica tan acusada, lo que se nota una barbaridad en una película que transita de gag en gag sin solución de continuidad. Curioso, por cuanto se impone la comedia física a los diálogos mordaces, y eso es extraño en una película de Hawks.
Se puede ver, sin más.
Saludos.

martes, 9 de septiembre de 2025

Sociedad de responsabilidad limitada


 

A vueltas con el rollo de los mockumentaries, el found footage y demás zarandajas, es tanta la escoria aprovechacionalista de este tipo de producciones, que el mero hecho de encontrar algo que no produzca vergüenza ajena ya es todo un logro. Es el caso de HELL HOUSE LLC, una pequeñísima película de 2015, de la que desconocía por completo su paradero, y que luego (como no podía ser de otra manera) ha originado una franquicia, a cual peor. Sin embargo, la primera resulta ser un dispositivo bastante bien armado e ingenioso, gracias a la naturaleza misma de su argumento, que de alguna manera roza el metacine. A diferencia de títulos similares, la excusa de rodar constantemente no es forzada, y encaja como un guante para lo que se quiere contar. Esto es la construcción de una atracción de casa encantada (en Estados Unidos son devoción), que sus propietarios proyectan tener inaugurada en pleno Halloween, con la ventaja de que ya posee un aspecto lo suficientemente tétrico, y ello les va a ahorrar costes de decoración. Hay un pasado oscuro, sí, pero tampoco se detalla tanto como para ser tenido en cuenta, y ello contribuye al clima de extrañeza que se va apoderando del día a día. Lo diferencial aquí es que esa cotidianidad es el sustento de clima terrorífico, conviviendo diariamente con muñecos y luces inquietantes, que hacen que los mismos organizadores vivan en sus carnes la experiencia que pretenden recrear.
No es especialmente sangrienta, y ni siquiera abusa de los clichés que uno podría esperar, pero un par de momentos francamente espeluznantes, y todo con un presupuesto casi inexistente, lo que recuerda inevitablemente a propuestas similares como PARANORMAL ACTIVITY y, especialmente, BLAIR WITCH PROJECT.
Si lo quieren pasar mal durante apenas 80 minutos, es su película.
Saludos.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Obligados por contrato


 

THUNDERBOLTS* funciona cuando se olvida de tener que estar constantemente dando explicaciones por todo, como la extraña película de orígenes que es, y se zambulle en unas escenas de acción bien coreografiadas, más orgánicas de lo que cabría esperar, merced a un grupo de personajes que si hacen gala de algo es de su imperfección como superhéroes. No todos los actores aquí tienen precisamente una vis cómica, por lo que David Harbour parece el único en mantener una personalidad cohesionada con el desenfado del guion, mientras que Florence Pugh hace lo que puede por no parecer avergonzada, Sebastian Stan se queda muy al fondo, Wyatt Russell aún más atrás y Hannah John-Kamen me cuentan que anduvo por allí, aunque el esfuerzo supremo es averiguar dónde aparece Olga Kurylenko. Curiosamente, hay un punto disruptor muy bien escrito en el personaje interpretado por Lewis Pullman (sí, podríamos acuñar el término "nepo-film"), un antihéroe complejo y estimulante, una especie de "todopoderoso", pero que alberga una mente cándida y torturada. Nada dura aquí, y es lógico, porque sus dos horas no son suficientes para narrar lo que en los comics necesitó de una serie propia, que es nada menos que la creación de los Nuevos Vengadores y el porqué de esta bizarra escisión. Lo cierto es, como decía al principio, que funciona para los que vienen de la grapa, mientras que el recién llegado apenas va a encontrarse con una cinta más o menos entretenida, algunos chistes resultones y una escena post-créditos que anuncia una continuación que quizá esté aún mejor.
Saludos.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Rincón del freak #659: Los Derby motorettas vs. el veterinario intrépido y casquivano


 

MOTORPSYCHO, de 1965, es la película que inicia el período mítico de Russ Meyer, abducido entre las pechugas de señoritas que van por el campo y/o desierto con un traje de noche escotado y tacones de aguja, por lo que sea. El quilombo se inicia con tres tipos muy macarras que se encaminan a Las Vegas en sendos scooters, porque se ve que Meyer también economizó en los transportes. En su fetichista fijación por los desequilibrios conyugales, la pandilla, compuesta por un tronado del Vietnam, un bailongo con chupa de cuero y un autista que escucha constantemente un transistor, se topa con una explosiva joven en bikini y su marido, un pescador cincuentón al que dejan fuera de combate para beneficiarse a la muchacha. Seguidamente (esto no llega a los 75 minutos), se encuentran con el veterinario local, que mientras se morrea con una clienta en mono integral, aprovechan para vejar sin medias tintas en su propio domicilio, y hasta poner una conferencia a New Jersey. Luego entra en acción nada menos que Haji, la gran diosa de la serie Z, que ya lo rompe al viajar con un señor que podría ser su abuelo, y que tampoco se libra del asalto correspondiente. Dada por muerta, es rescatada por el veterinario vengativo, conformando una alianza para derrocar a los temerarios punks. La película es lo más decente que se puede hacer con un presupuesto indecentemente irrisorio, pero por aquí amamos los "por la puta cara" de Meyer, que jamás dejaba pasar la oportunidad de llevar el escote hasta la misma linde del pezón. La escena mítica es aquélla en la que el veterinario es mordido por una serpiente, y para no morirse inútilmente le pide a Haji que muerda la pierna y chupe el veneno antes de que sea demasiado tarde. Sí, el diálogo es ¡Chupa más fuerte!... hasta que ella ha de escupirlo, claro...
No sé qué haríamos sin estas películas.
Saludos.

sábado, 6 de septiembre de 2025

Una leyenda a contrarreloj


En Enero de 1975, Keith Jarrett era un paria, un genio también, pero era el tipo que le había dicho no dos veces a Miles Davis, que renegaba del jazz ¡por encorsetado!, que tenía constantes disputas con productores y músicos, ganándose una reputación de difícil por no decir imposible. Nadie daba un duro por él en América, lo que venía a importarle un carajo; había dado su primer concierto, interpretando a Bach, con 12 años, y era "ese tipo inclasificable del catálogo de ECM". Jarrett se lió la manta a la cabeza y se embarcó en una destructiva gira europea, con la única compañía del productor Manfred Eicher, el único que no tomó al pianista por un loco caprichoso. El estilo de Jarrett, catártico e impetuoso, de concentración absoluta, de lucha con el instrumento, le provocó unos dolores insoportables de espalda, que convertían cada concierto (uno por noche) en una proeza física. Tenía 30 años por entonces. 
En Enero de 1975, la joven Vera Brandes, con apenas 18 años, se las arregló para que Jarrett tocara en la Ópera de Colonia. Engañó, estafó, pidió prestado, e incluso la leyenda dice que llegó a prostituirse para conseguir los diez mil marcos que costa arrendar tan magno lugar. Aquel día se representaba la ópera Lulú, de Berg, por lo que habría que esperar hasta las once de la noche... en pleno Enero alemán. 
La historia es conocida. Brandes llegó a las desoladas oficinas de la Ópera, donde todo el mundo se había marchado de fin de semana, encontrándose un piano Bösendorfer, como había prometido, solo que era uno muy pequeño, para ensayar, con varias teclas desafinadas y un pedal inservible. Cuando Jarrett y Eicher pasaron la mano por encima, miraron inexpresivamente a Brandes y dijeron que aquello no podía tocarse, y menos en un recinto tan grande. Qué podía esperarse de una cría que apenas era mayor de edad. Los dolores de espalda, aquel piano de broma, todo parecía encaminado a lanzar una moneda al aire. Brandes suplicó bajo la lluvia, literalmente, prometió que los afinadores pondrían a punto el piano, y Jarrett, el tipo frío e implacable, le dijo que jamás olvidara que tocaría esa noche sólo por ella. Las entradas se agotaron, y aquel 27 de Enero de 1975 se obró un milagro al que asistieron 1400 personas, y que desde entonces su grabación, para más inri registrada a una velocidad diferente, se convirtió en uno de los discos de ¿jazz? más legendarios de toda la maldita historia. 
Así fue, y así lo cuenta KÖLN 75, no la película del concierto, sino de cómo del caos puede surgir lo sublime. Por cierto, Jarrett abomina de aquel concierto y mucho más del disco, pero ni siquiera eso debería ser óbice ni circunstancia atenuante para no emocionarnos con la belleza de esa obra maestra intemporal... una vez más.
Saludos.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Prisioneros


 

Había que abordar, por supuesto, la desaparición de Terence Stamp, otro grandísimo nombre que nos dejó recientemente, y cuya vasta filmografía intentaremos completar en estas próximas semanas. Stamp siempre fue un actor de difícil ubicación, con una mirada turbia y un físico que creaba un punto de discordancia en torno suyo. Personalmente, y pese a haber tenido una carrera ilustre y longeva, creo que le hubiese faltado ese gran protagónico indiscutible, aunque claro, Stamp era más de "antagónicos". Y sería necio no abrir este homenaje con THE COLLECTOR, aquel oscurísimo descenso a los recovecos de una mente inaccesible, la del joven Freddie Clegg, un retraído y poco sociable empleado de banca, que tras ganar una fortuna en las quinielas adquiere una desvencijada mansión a las afueras de Londres, donde pasa el tiempo entregado a su pasión, cazar mariposas y coleccionarlas. Podría ser una introducción obvia, pero la sequedad emocional de la obra original de John Fowles encaja a la perfección con la brusquedad de acecho, sin mediar explicación, de Clegg a la joven Miranda Grey (Samantha Eggar), a la que secuestra y mantiene cautiva, como parte de su colección privada. Deliberadamente sobreexpuesta, la dirección de Wyler busca un cierto expresionismo formal, rozando el terror más clásico, a lo que contribuye la angulosa interpretación de Stamp, un monstruo sin ningún atributo especial, lo que le hace más monstruoso, aunque lo más interesante es, sin duda, esa puesta en cuestión de los límites afectivos entre dos personas en una situación extrema. Clegg mima exageradamente a su prisionera, no le exige nada que ella no esté dispuesta a hacer, e incluso parece estar dispuesto a liberarla si en un tiempo determinado no se gana su cariño. Es en ese juego del gato y el ratón donde la película se crece, hasta llegar a una coda final descolocante, de moralidad ponzoñosa y una certeza aún más amarga y desconcertante. 
Cabe preguntarse el carácter necrofílico de quien sólo puede amar una naturaleza muerta, inofensiva para quien en todo ve una amenaza. Tampoco estoy seguro de que aquí se encuentre la respuesta.
Saludos.

jueves, 4 de septiembre de 2025

Una cazuela de nostalgia


 

El problema de los directores que optan por lo autobiográfico, es que casi siempre dispersan su discurso, incapaces de sujetar una memoria que se desborda entre la fantasía, la melancolía y el deseo de exorcizar fantasmas. Le ha ocurrido a Robin Campillo con L'ÎLE ROUGE, interesante pero muy descompensado corolario de la época que el cineasta pasó en Madagascar en su infancia. Parece mentira que un guionista tan reputado como Campillo no haya sido capaz de sintetizar todas las vías narrativas que abre, como si no pudiese contener la hemorragia emocional de la mirada infantil del protagonista (suponemos que trasunto suyo), un chaval que asiste al incomprensible espectáculo de los adultos, mientras se refugia en la lectura de los relatos de "Fantomette", una simpática heroína que, al igual que él, terminará desencantada por tanta hipocresía enmascarada de alegría impostada. Paralelamente, se narra a regañadientes la lenta emancipación de los nativos de una Madagascar no tan idílica como parece, lo que obliga a su padre, militar de aviación, a plantearse volver a Francia. Todo ello con una dirección de actores más bien flojita, como si Campillo lo fiase todo a una ensoñación que tampoco acaba de cuajar, dejando al espectador sin saber hacia qué foco, de los muchos abiertos, ha de atender.
Sólo la recomendaría a cursis irredentos, lo que no es mucho.
Saludos.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Rapsodia del fuselaje


 

Título tremendamente olvidado, AIR FORCE es uno de los mejores panfletos de propaganda jamás filmados por Hollywood en plena WWII. Panfleto, sí, y sin ocultar su vocación, primero porque es imposible, y después porque la verdad es que da igual, tal es la calidad que destilan sus imágenes, escudadas tras un excepcional guion de Dudley Nichols, aunque el gran baluarte es propuesto por el genial montaje de George Amy, que se alzó con el oscar el año que ganó, por decir algo, CASABLANCA. Aquel fue un año repleto de títulos similares, el reto era poner en pie un film mínimamente decente, en realidad una proeza técnica para narrar las tensiones y dilemas entre los integrantes de un bombardero B-17, camino de Pearl Harbour. Una apuesta segura, por supuesto, pero que revela la exquisita profesionalidad de Hawks, que hace del interior del avión un personaje más. A destacar también un reparto repleto de ilustres secundarios, como John Garfield, Gig Young o John Ridgely, que suplen a la perfección la falta de una gran estrella. 
Uno de esos títulos sólidos e impecables, y para quien se inicie en el montaje cinematográfico una verdadera joya.
Saludos.

martes, 2 de septiembre de 2025

El trabajo os hará libres 2


 

Co la segunda temporada de SEVERANCE voy a ser bastante breve. Primero porque parece ser que hay prevista una tercera, por lo que se justifica el cierre tan abierto (y precipitado) de ésta, pero también porque me ha dejado un regusto no tan dulce, como si la transición fuese demasiado evidente e inevitable. Para quien, como fue mi caso, flipara con la extraordinaria T1, aquí hay un exceso de vueltas en círculo, sendas muertas y, sobre todo, un desaprovechamiento de su grandísimo reparto, optando por potenciar más a roles más secundarios. Cierto que hay una producción más exuberante, y no se limita al asfixiante entorno de la enigmática factoría Lumon, complejizando la trama, pero restándole mucho de la potencia de su premisa argumental. De manifiesto, que de nuevo pesa más culminar en una traca final que en un genuino giro copernicano que nunca llega, y que la amalgama de simbolismo no consigue disculpar del todo.
Está bien, incluso muy bien, pero no es la locura revolucionaria que muchos han querido ver.
Saludos.

lunes, 1 de septiembre de 2025

Ni un pájaro, ni un avión #8


 

"Una película para hacerlos enojar a todos"... O a casi todos, porque el SUPERMAN de James Gunn es la película que realmente necesitaba el personaje para reinventarse sin traicionarse, adaptarse a una época que no tiene nada que ver con la que nos enamoró Richard Donner, pero extrayendo todas las virtudes de aquella gran, emocionante y épica película. Es imposible haber disfrutado con los comics, las grapas, aquellas historietas con muchos puñetazos, malos muy malos y colegas que venían a echar una mano en el último momento. Este Superman no es "tan" todopoderoso, ni tan malhumorado, sino que viene a recordarnos su mejor metáfora, esa que dice que siempre hay que mover un dedo ante las injusticias y no ser tan cabrón con quien alguna vez nos quiso. De eso va también este film, de soltar un necesario dardo contra la manipulación digital y cómo los extremistas se sirven de ella para lograr sus oscuros objetivos. Este Superman le habría quitado la peluca a Trump, le hubiese dado una patada en el culo a Netanyahu y habría suturado la brecha que tiene dividido a este planeta. Todo eso cabe en una película que tiene humor, acción y algunos momentos de verdad emocionantes. No es perfecta, pero ¿quién pensaba que Superman lo era?...
Véanla.
Saludos.